Doscientos inquilinos tendrán que desalojar el camping El Portús antes del 1 de enero
Los arrendatarios reciben una carta de la dirección obligándoles a dejar sus parcelas, donde algunos llevan viviendo décadas en casas prefabricadas
Como un jarro de agua muy fría recibieron más de doscientos inquilinos del Camping Naturista El Portús, el pasado 9 de noviembre, una carta de ... la dirección instando a desalojar las parcelas en las que muchos de ellos, la mayoría extranjeros, llevan viviendo décadas. En el escrito, claro y directo, la gerencia de la nueva empresa que se hace cargo de las instalaciones desde el pasado mes de julio les indica que el «contrato de estancia temporal», suscrito el pasado 1 de enero de 2023, expirará en el plazo de doce meses, o lo que es lo mismo, el primer día del año 2024.
Los afectados, 210 aproximadamente, ya han puesto el caso en manos de sus abogados y buscan cualquier resquicio para revocar esta situación, porque algunos dicen tener contratos que expiran más tarde. El aviso indica también que antes de que se cumpla la fecha límite las personas implicadas deben «proceder al desalojo de la parcela, retirando sus enseres personales, así como otros elementos de acampada y dejar aquella limpia y expedita».
Algunos de los inquilinos con los que ha hablado LA VERDAD viven en bungalós y casas prefabricadas. En ciertos casos es la única vivienda que tienen en la actualidad. Pese a ello, la empresa dueña de las instalaciones especifica que en un mes y medio, los elementos de acampada o cualquier pertenencia que quede en el terreno quedará en estado de «abandono» y la propiedad «no se hará cargo de su custodia». Pasada la fecha impuesta, los arrendatarios solo podrán acceder a sus solares para «tareas de limpieza y desalojo». Entre los afectados hay extranjeros y españoles, jubilados y trabajadores, como Javier García, un médico que vive en el camping desde hace once años.
Obras integrales
Los nuevos dueños del recinto son un conglomerado de empresas con más campings en su paquete de propiedades. Antes de este verano estaba en manos de seis socios, entre ellos el conocido empresario Aurelio Vaquero. La recién nombrada dirección argumentó a los inquilinos que va a acometer obras integrales de reforma, rehabilitación y adecuación en todo el complejo. Los trabajos, añadieron, supondrán hacer la estancia más confortable y con mayores estándares de calidad. Por último, el escrito también señala que «no es voluntad de la propiedad suscribir nuevas reservas para contratos de estancia temporal».
Un decreto regional de 2022 dice que la estancia en estos establecimientos debe ser temporal y no superior a 12 meses
Según lo establecido en el artículo 9 del Decreto 193/2022, de 27 de octubre, por el que se regulan los alojamientos turísticos en las modalidades de campings y áreas de autocaravanas, caravanas, camper y similares en la Región de Murcia, «la estancia en los establecimientos será siempre con carácter temporal, no pudiendo ser superior a 12 meses». Y añade que «se podrá celebrar una nueva reserva para la ocupación de una parcela una vez transcurrido un mes completo desde la extinción de la reserva anterior».
LOS DATOS
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Número de afectados Hay alrededor de 210 inquilinos que han recibido la carta de la nueva dirección.
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Qué dice la carta Que el contrato de estancia temporal expira a finales de este año 2023.
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Qué dice la ley El Decreto 193/2022, de 27 de octubre dice que en recinto de estas características, la estancia no puede ser superior a 12 meses.
Además, la norma establece que no podrán instalarse en las parcelas, por parte de los usuarios, elementos fijos que no se correspondan con la estancia temporal propia de los establecimientos objeto del presente decreto, tales como cierres, vallados, suelos y pavimentos», o cualquier otro elemento «que transmita la idea de un uso permanente».
Sin indemnización
Y resalta que «el incumplimiento de lo indicado en el apartado anterior es causa suficiente para la resolución del contrato de alojamiento, sin derecho a indemnización alguna». LA VERDAD trató de contactar por teléfono y por correo electrónico con los nuevos gestores del complejo para recoger su explicación. No hubo contestación.
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«Tenemos que dejar nuestras casas de la noche a la mañana»
Juana Martínez
La incertidumbre se apodera estos días de muchos residentes en el Camping Naturista El Portús. «Nos vemos obligados a dejar nuestras casas de la noche a la mañana», según Javier García, que vive en el complejo desde hace años. «Estuve durante tres años viniendo con mi caravana, hasta que al final hace once años me instalé de forma definitiva. No tengo otra casa a la que ir y nos piden que las levantemos, pero están muy ancladas al terreno, no es tan sencillo como traer una grúa y llevársela», explicó.
García no sabe qué pasará con su bungaló. «Una vez que lo tengamos fuera ¿qué hacemos? No podemos instalarlo en cualquier lado, nos están desahuciando de nuestros hogares», cuestionó.
Dijo que no saben qué hacer porque no les ofrecen una alternativa ni ningún tipo de compensación. Contó que las familias que sufren esta situación son muy diversas «hay algunas incluso con hijos menores que no tienen otro lugar al que ir».
Su contrato expira a final de año, por lo que tiene un mes y medio para dejar el camping pero «hay otros vecinos para los que finaliza el día uno de diciembre y solo tienen 15 días, nos han avisado a todos a la vez».
Como sanitario, es médico, está preocupado por la salud de los residentes afectados por el desalojo porque «todos estamos en 'shock', nos han dicho que nos vamos casi sin tiempo de reacción». Este hecho está produciendo «mucha tristeza y ansiedad a las casi doscientas personas que vivimos aquí, es algo que me inquieta porque hay muchas personas vulnerables».
Muchos inquilinos no quieren dar declaraciones por miedo a represalias de la nueva propiedad. «Tememos ser desalojados», declararon con angustia al ver peligrar sus viviendas. Algunos de ellos tienen contratos que se renuevan anualmente y «aunque sabemos que al final nos tendremos que ir, que al menos nos dejen tiempo para organizar las cosas».
«Muchos de los residentes son de avanzada edad y estamos sometidos a mucho estrés debido a esta situación», lamentaron algunos vecinos.
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