El Ayuntamiento de Cartagena planea regular las entradas a la Cueva del Agua tras la muerte de una buceadora

La regulación es una idea que ronda por el Ayuntamiento desde hace años, para extremar la seguridad de los cientos de buceadores que cada año se sumergen en las entrañas de este laberinto de pasadizos, donde el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil ha tenido que intervenir, al menos, en media docena de ocasiones en los últimos años, según pudo saber este diario de diferentes fuentes.

«Se hará lo que aconsejen los especialistas. El interés municipal es que solo se visite con garantías de seguridad. Los expertos nos dirán cómo hacerlo», señalaron las mismas fuentes. Para ello, técnicos ya se han puesto en contacto con bomberos y asociaciones de espeleología de la Región de Murcia para hacer un estudio de las posibilidades que hay para incrementar la seguridad.

Mientras, la intención era que el cuerpo de la mujer fallecida fuera trasladado al Instituto de Medicina Legal de Cartagena para su examen forense, que determinará las causas de su muerte. Los hechos ocurrieron momentos antes de las once de la noche del sábado, cuando el acompañante de la fallecida llamó al 112 alertando de lo sucedido. Fue entonces, cuando el grupo de GEAS acudió al lugar. Tras dos horas de inmersión localizaron y rescataron el cuerpo sin vida de la buceadora.

El poder de seducción de esta cueva mortal es tal que, según afirman los vecinos de la zona, cada fin de semana hay excursiones de buceadores que solo buscan superar el reto de recorrer sus galerías y salir de ellas para poder contarlo. Según fuentes de diferentes clubes de buceo el que entra lo hace ya tras ser un especialista en galerías de estas características.

Para participar en actividades es necesario realizar el curso adicional de especialidad de Buceo en Cuevas y llevar horas y horas de inmersión a sus espaldas. «Desde hace muchos años ya no entra nadie que no esté bien formado. Lo de la chica es un fatal accidente, pero si tenemos en cuenta el alto número de personas que baja cada año, el porcentaje de accidentalidad es muy, pero que muy bajo», explicó Sergi Pérez, del Club Rivemar.

A parte de los rescates más sonados de los últimos años, como los del teniente del GEAS Antonio Naranjo y el guardia Antonio Sánchez, en la primavera de 1996, cuando ambos fallecieron, en 2017 hubo uno de una mujer que tras permanecer cinco horas atrapada cuando practicaba submarinismo en la Cueva del Agua logró salir con la ayuda de un amplio operativo de rescate. Tras ello fue atendida y trasladada al Hospital Santa Lucía para tratarla por síndrome de descompresión.

Buceadores de todo el mundo, especialmente procedentes de países europeos, eligen la Cueva del Agua, muy cerca de La Azohía e Isla Plana, para disfrutar del deporte que les apasiona, el espeleobuceo. Casi a diario hay inmersiones. Hay jornadas, sobre todo durante la época estival y vacacional, que llega a haber una veintena al día, según Sergi Pérez, del Club Rivemar, uno de los expertos que más veces se ha sumergido en la gruta donde el sábado, una mujer de 37 años perdió la vida al quedar atrapada.

Polonia, Holanda, Austria, Suiza e, incluso, de Estados Unidos son los países de donde llegan buceadores para conocer la cueva hipogénica «más importante y valorada por los amantes a este deporte», indicó Pérez a LA VERDAD.

Quien participa en esta pasión y lo hace en la Cueva del Agua, donde ya han fallecido en las últimas tres décadas cuatro personas, lo hace con una formación reglada. «Desde hace años, no entra nadie que no sea un experto en este tipo de grutas. Solo lo hacen especialistas», indicó Sergi Pérez.

Para la practica del submarinismo en cuevas es necesario realizar un curso adicional de especialidad de Buceo en Cuevas. En estos cursos se enseñan las técnicas y los protocolos de seguridad que se utilizan para adentrarse en cavidades submarinas con garantías. Según destacan los expertos, el mayor peligro que ofrecen las inmersiones en cuevas es el desconocimiento del medio, por tanto una buena formación permitirá al buceador evaluar el riesgo y poder tener seguridad en su salida.

Hay ciertas diferencias importantes del buceo en cuevas con respecto al buceo en mar abierto, pues hay un techo encima y en caso de problemas no se puede ascender directamente a la superficie. Por ello hay que extremar las precauciones y sobre todo controlar el aire de los equipos, añaden los especialistas del Club Rivemar de La Azohía.