La artesanía da vida a La Algameca Chica
Un grupo de mujeres realiza talleres para potenciar valores como la sostenibilidad, la cohesión social y el respeto
Mujeres por La Algameca Chica es una asociación con año y medio de trayectoria que fomenta el mantenimiento y buen estado de conservación del poblado, ... cuyo origen se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII como lugar de veraneo de algunos cartageneros.
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Esta veintena de mujeres trabaja en estrecha colaboración con la asociación vecinal, así como otros colectivos, fundamentalmente ecologistas y culturales, y particulares que llevan años arrimando el hombro para preservar su esencia y que las administraciones regularicen la situación de las viviendas para que sus moradores puedan disfrutar de los servicios básicos, «respetando siempre la legislación existente» y evitando, así, la «construcción descontrolada alentada por la alegalidad». Por ello, piden al Ayuntamiento de Cartagena que asuma la «realidad urbanística» de este enclave en la revisión del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que está en proceso.
Las principales herramientas de este colectivo de mujeres son el diálogo y la unidad, pero también la creatividad de las manualidades para dar vida a algunas ideas y potenciar la singularidad del asentamiento de 110 barracas que a tantos visitantes cautiva cada año.
«Nuestra finalidad es conservar limpia y bonita La Algameca Chica. También la unidad del pueblo y que las mujeres trabajemos por esa comunidad, cada una aportando su conocimiento, lo mejor que tiene para enriquecerla», remarca su presidenta, Mari Carmen García Bernabé.
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Historia e identidad
Hasta la fecha han realizado talleres de adornos navideños, con los que decoran las barracas y los accesos al poblado en los dos márgenes de la desembocadura de la Rambla de Benipila, artículos para depositar la basura, bisutería para niños y todo tipo de artesanías para reutilizar materias primas. Todos ellos con «gran éxito» de público, en especial infantil.
Las mujeres pretenden impulsar diversos valores entre los participantes como la sostenibilidad, la cohesión social y el respeto. «Queremos transmitir parte de la paz, la gratitud y la comunión con la naturaleza que sentimos en La Algameca Chica. Es un estilo de vida que debemos compartir para que no se pierda», añade García Bernabé.
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A los talleres de las mujeres se suman otros esfuerzos por proteger el asentamiento, como las visitas guiadas del historiador José Ibarra, quien una vez al mes explica gratis a grupos reducidos la historia e identidad de este pueblo, con salida desde Navantia.
El poblado de barracas ha estado habitado ininterrumpidamente desde el siglo XVIII. En la actualidad, hay una decena de casas habitadas durante todo el año. La construcción del Arsenal de Cartagena, a mediados de ese siglo, determinó la fisonomía del paraje, que pasó de ser una playa desierta para constituir la desembocadura de la Rambla de Benipila. A ambos lados de la misma se estableció el poblado, primero en la margen derecha en el siglo XIX y después en el lado izquierdo, en el XX. La primera casa del poblado data de 1778.
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