La agricultura registra el dato más bajo de paro en el Campo de Cartagena de los últimos 17 años

Tanto es así que según los datos de diciembre, últimos publicados en la página web del Servicio de Empleo y Formación de la Comunidad Autónoma, el agrícola es el sector productivo que menos desempleados registra. Hay solo 409 personas que están buscando trabajo en el campo, un datos que no se alcanzaban desde hace diecisiete años. Hay que remontarse al ejercicio 2007 para encontrar cifras más baja. En enero de ese año llegó a haber tan solo 396. Muy lejos queda el año 2014 cuando llegó a haber casi un millar de peones parados.

Los productores aseguran que si tuvieran acceso a los recursos hídricos que necesitan durante todo el año y las condiciones de producción fueran las óptimas, las cifras de parados serían muchos más bajas, porque «ahora hay trabajo para todo el que quiera trabajar», afirmó el presidente de la Coordinadora de Organización de Agricultores y Ganaderos en el Campo de Cartagena, COAG Cartagena, Vicente Carrión.

Son precisamente la múltiples empresas de trabajo temporal que hay repartidas por Cartagena las que se encargan de nutrir a los empresarios de las plantillas que necesitan para cubrir sus necesidades.

Los grupos de jornaleros, inconfundibles por sus chalecos reflectantes, se centran estos días en la recolección de lechugas, coliflores, brócolis y apio, aunque también de otros muchos productos que serán vendidos, en la mayoría de los casos, en los mercados europeos. No obstante, parte de la cosecha se queda para el suministro nacional.

Por la falta de agua de lluvia y los escasos recursos que llegan del Trasvase Tajo-Segura, a los agricultores solo les queda echar mano de las desalinizadoras, aunque el precio del metro cúbico les sale por encima de los 30 céntimos de euro de media, un coste demasiado alto de asumir si se tiene en cuenta los bajos precios que consiguen sus productos en los mercados. Ese precio es después de aplicar la subvención que llega del Ministerio de Transición Ecológica, aunque le tienen que sumar los gastos de reparto de las comunidades de regantes.

Esta situación provocó el pasado año que la superficie sembrada para las hortalizas de invierno se redujera drásticamente, casi un 20%. Este año el número de hectáreas de siembra de estas variedades fue aproximadamente igual que en 2024. Solo ha variados algo al alza en el brócoli y alcachofa. Precisamente, en esta última, los agricultores se han lanzado a producir de la híbrida, una variedad con la que se viene trabajando desde hace unos años y cuyo peso puede llegar a 800 gramos. El cultivo de este tipo de alcachofa se alterna con la habitual, aportando más diversidad en los lineales de los supermercados. Aunque es un producto que ha sido bien recibido en mercados como el francés, aún busca hacerse hueco en España. Su destina es principalmente la industria conservera.

En cuanto al brócoli, se trata de uno de los productos agrícolas más importantes no solo del Campo de Cartagena, sino también de la Región. De hecho, en los últimos años, se ha consolidado como la principal exportadora de brócoli en toda España.

En cuanto a la distribución de las áreas de cultivo, el Valle del Guadalentín se posiciona como la zona con mayor superficie dedicada al brócoli. Le siguen el Campo de Cartagena y la Vega del Segura, con cerca de 1.200 hectáreas. Estas comarcas son el motor de la producción de brócoli en la Región y han contribuido significativamente a su éxito a nivel nacional e internacional.

En lo que también es líder la Región de Murcia es en la exportación de lechuga, que se vende en países como Alemania, con un 30% de las exportaciones; Francia con un 18%; y Reino Unido, con un 12%, según datos de la Consejería de Agricultura.

Los buenos precios alcanzados el pasado año es lo que ha llevado a los agricultores del Campo de Cartagena a incrementar la superficie destinada a la producción de patata hasta un 30%, según los datos de la Coordinadora de Organización de Agricultores y Ganaderos en el Campo de Cartagena, COAG Cartagena, y de la Asociación Pro Agua del Campo de Cartagena. El pasado año consiguieron cerca de 170.000 toneladas del popular tubérculo en unas 4.500 hectáreas, casi un 10% más que el ejercicio 2023. De esa cantidad son extraídas, además de las variedades extratempranas, las tempranas, las de media estación y las tardías.

El precio en 2024 rondó por kilo entre 60 y 70 céntimos, dependiendo de las variedades. Eso supuso casi un 20% más que en la temporada de 2023. Este 2025 esperan que el coste no se mueva demasiado, aunque en años como este en que la producción crece tanto, lo normal es que el precio se estanque. Para conseguir beneficios desde el principio de la campaña, los agricultores creen necesario frenar la importación de este tubérculo desde Egipto, como ocurrió en 2024.

La buena noticia para ellos es que los productores sevillanos no han podido sembrar tanto como hubieran querido, por las lluvias. Esto hará que los agricultores cartageneros puedan sacar en mayor cantidad sus productos al mercado, eso teniendo en cuenta que son los primeros en hacerlo. De hecho, El Algar es uno de los primeros lugares de España donde empieza la recolección. Eso tiene lugar a finales del mes de abrir o principios de mayo.

Los agricultores insisten en la necesidad de cuidar este sector, porque la contribución total al Producto Interior Bruto (PIB) regional de la agricultura y de la industria agroalimentaria del Campo de Cartagena es superior a los mil millones de euros y genera empleo directo a unas 41.500 personas, aproximadamente.