Mahue Sánchez: «La actividad de Sabic en Cartagena es estratégica para la compañía y para los mercados europeos»
Sobre la reapertura de las dos plantas cerradas: «A día de hoy y con las previsiones de mercado, no es algo que tenga probabilidad de suceder»
Tras 28 años en la empresa y después de haber pasado por puestos de liderazgo, en los que ha generado un importante impacto, Mahue Sánchez ( ... Lorca, 1974), es la primera mujer que dirige la planta de Sabic, fabricante de plásticos, ubicada en La Aljorra. Lo hace con las ideas muy claras de lo que quiere para el complejo: transparencia, seguridad y transformación. Uno de sus muchos cargos en Cartagena fue el de dirigir el Departamento de Soporte Europeo de Corporate Manufacturing. Además, fue la responsable de Estrategia y Planificación para las plantas de fabricación que Sabic tiene en Europa. Es ingeniera Química Industrial por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y tiene un máster en Executive MBA.
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-Recién llegada a la dirección de la empresa, en octubre de 2023, la compañía presentó el segundo ERE en tres años. Fue uno de los peores momentos de la firma en Cartagena. ¿Cómo están ahora los ánimos entre los trabajadores? ¿Se han apaciguado?
-Fueron momentos de grandes transformaciones por distintos motivos. Y después del último año, que lo comenzamos con bastante incertidumbre en la plantilla, [la empresa presentó un ERE], veo que todo ha cambiado para bien. No estamos con los brazos cruzados a ver si el mercado responde. Estamos siendo proactivos con nuestros equipos comerciales y de innovación. Tenemos planes de futuro y los trabajadores los conocen. Eso genera más tranquilidad.
-¿Y cuáles son?
-Eficiencia en costes, transformación energética con tecnología sostenible y mejoras en competitividad. Sobre esos planes y de forma más visible, tenemos nuestra planta solar, que entrará en funcionamiento a lo largo de este primer trimestre del año. Es uno de los proyectos importantes en esa transformación de la que hablo. Eso nos hará ahorrar un 16% de nuestra energía, algo que redundará en nuestra competitividad. Es la mayor planta de autoconsumo industrial que hay. Nuestro policarbonato, principalmente, además de otros polímeros que fabricamos aquí, se va a producir con un 100% de electricidad renovable. Eso nos ayudará a descarbonizar nuestra producción.
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-También tienen en proyecto montar una caldera de biomasa.
-Los planes de transformación de la empresa para ganar competitividad pasan por ir a una tecnología sostenible. Primero ha sido con la planta solar, y el siguiente paso es buscar alternativa para la producción de vapor, que a día de hoy se produce por cogeneración y gas natural. Ese es el siguiente proyecto en el que estamos en fase de desarrollo a través del uso de biomasa, pero aún estamos en una fase incipiente.
-¿Cómo influyó en su cuenta de resultados la subida del precio de la energía y de las materias primas? ¿Ese giro en busca de alternativas, como la planta solar y la biomasa, llega precisamente por esta cuestión?
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-Cuando hubo el pico importante de coste energético fue en el verano de 2022. A nosotros nos afectó al igual que al resto de la industria. Los costes energéticos lo que hacen es que te erosionan tus beneficios, porque suben de manera exponencial. El mercado se resintió, la demanda cayó y, obviamente, los precios también se redujeron. A nosotros nos impactó de una manera muy significativa y eso es parte de la causa que nos ha llevado a la transformación que estamos haciendo. Esos costes energéticos, lo que nos hicieron fue perder competitividad en mercados a los que nos dirigíamos, sobre todo del Pacífico. Eso nos obligó a cambiar de estrategia y a centrarnos solo en mercados europeos. Así, controlamos nuestros costes en un entorno más seguro.
-¿Esos coste energéticos siguen al alza?
-Se han quedado elevados y eso nos hace ser menos competitivos que empresas de otras regiones del mundo. Nuestro coste energético es tres veces mayor que en Estados Unidos y China. Eso nos obliga a acotar nuestro marco de actuación a Europa. Aquí pertenecemos a la federación empresarial de la industria química española (Feique). Hay comisiones de trabajo a nivel nacional para ver cómo abordar la transformación de la industria en un contexto de costes energéticos.
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-¿Cree que ese es el giro que debe dar la industria española, redirigirse hacia una menor dependencia energética del exterior?
-El giro que tenemos que hacer es ese, porque, además, hay un pacto verde en Europa, cuya ambición es la descarbonización de la industria para el año 2050. Y eso pasa por buscar tecnologías sostenibles. Este es el reto. Eso debe ir unido a un marco de una ley de industria que te permita una estabilidad regulatoria, a una mayor simplificación administrativa y con fondos que ayuden a esa transformación competitiva.
-¿Cómo ve el sector industrial en Cartagena y en la Región de Murcia? ¿Sabic encuentra en él lo que necesita?
-Lo que necesitamos desde el punto de vista regulatorio es agilidad administrativa que, aunque la tenemos, es necesario seguir trabajando en ello para mejorar. A día de hoy, lo que sí le puedo decir es que con la planta solar estamos muy satisfechos en este sentido con todas las administraciones.
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-La compañía tiene nuevos proyectos en Arabia Saudí y China muy similares a lo que hay aquí. Para la empresa, ¿Cartagena sigue siendo competitiva?
-Nuestra actividad en Cartagena sigue siendo estratégica para la compañía y para los mercados europeos. La empresa crece en los lugares donde el mercado crece a un nivel muy diferente a Europa. El europeo es un mercado más maduro, estabilizado y a día de hoy es nuestro objetivo, porque es donde nosotros tenemos oportunidad de ser rentables a largo plazo.
-¿Cabe la posibilidad de que en un plazo medio corto o largo reabran las dos plantas que cerraron en años anteriores?
-A día de hoy y con las previsiones de mercado no es algo que tenga probabilidad de suceder. Ambas se cerraron por naturaleza diferente. La primera, la de Ultem, principalmente, se paró porque iba hacia un mercado que evolucionó más rápido que la tecnología que tenía la planta. Nuestro producto dejó de ser competitivo. En el caso de la Lexan 2 fue por un tema completamente de costes energéticos elevados, que nos hizo perder competitividad en un mercado específico, que en este caso era el asiático. Por eso nos hemos tenido que centrar en el europeo.
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-¿Cómo se comporta ahora el producto que se hace en Cartagena en el mercado europeo?
-Está mejorando y nosotros lo estamos notando. Se vio muy impactado en el año 2023, cuando la subida del precio de la energía y de las materias primas. Eso provocó una reducción de la demanda y una caída de los precios. Eso nos impactó y provocó que hiciéramos esa transformación organizativa. El pasado año, lo que vimos fue que los mercados empezaron tímidamente a recuperarse. De manera específica lo hemos visto en nuestro volumen de producción. El pasado ejercicio terminamos con un 30% más que el año anterior y eso significa que tenemos las plantas llenas. Este año también hemos empezado igual y vemos que el mercado se está recuperando, pero aún no está al nivel que necesitamos.
-¿La producción de Cartagena es totalmente rentable?
-Ahora mismo, la producción ha mejorado su rentabilidad, pero todavía no está en los niveles que esperamos. Nosotros nos estamos enfocando en aquellos mercados donde las aplicaciones tienen un mayor valor añadido. Ahora empieza una tendencia favorable, pero tenemos que ver si continúa.
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-¿Cómo ve los mercados para los próximos años?
-Los mercados son muy dinámicos, volátiles y con una afección importante de lo que pasa a nivel mundial. Por eso, el futuro de la producción de Cartagena está en Europa, que es donde podemos conseguir mayores márgenes de beneficios.
-¿En qué nuevos sectores se encuentran sus productos?
-En electricidad y electrónica con aplicaciones nuevas, como para fabricar bolígrafos de insulina, carcasas para los equipos de diálisis y en lentes de dispositivos médicos, entre otros muchos. Y en automoción, por sus propiedades, en más partes de un coche que antes, como la parte frontal. También en construcción, como en el cerramiento de estadios. El Amsterdam Arena es un ejemplo de ello. Todo ello seguirá siendo necesario, por eso vemos proyección.
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-¿Se plantean invertir en mejorar la tecnología de producción de su planta?
-Más allá de optimizar los recursos y lo dicho anteriormente con la transformación energética, no, porque no es necesario.
-¿Tienen programada alguna parada de mantenimiento este año que favorezca al sector industrial auxiliar?
-Continúan en su curso. La de Compounding tiene anualmente su parada programada y la de Lexan 1 es cada cinco años. Esta está preparada para 2027.
-Dice que los trabajadores están más tranquilos, pero siguen pensando que los proyectos en Arabia Saudí y China son una forma de deslocalizar la producción de Cartagena.
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-No hay planes de deslocalización de nuestra producción. Lo que hay son planes de crecimiento en las zonas del mundo donde el mercado crece. La producción de Cartagena continúa a día de hoy con sus plantas llenas y no está previsto nada de eso. Ahora, lo que tenemos que hacer es gestionar esa incertidumbre con transparencia en la información y dar a conocer los planes en los que estamos trabajando.
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