Remedios para curar a domicilio

La crisis de la Covid-19 nos afecta a todos, mayores y jóvenes, padres e hijos, abuelos y nietos. Entre los colectivos que sufren esta pandemia hay uno a los que está afectando de una forma especial, son los enfermos crónicos de patologías distintas a la causada por el virus que habitualmente tienen que recoger unos medicamentos especiales que se preparan específicamente para cada paciente en los hospitales de referencia. Es el caso de varias decenas de personas que viven en los municipios de la comarca del Noroeste, a los que las medidas decretadas por el estado de alarma les impedían viajar hasta Caravaca para recoger sus medicamentos en el hospital.

Salva Andreu es voluntario de la asamblea local de Cruz Roja de Caravaca; él, junto a otros dos compañeros que realizan turnos de forma individual para evitar riesgos, reparten diariamente medicamentos a un centenar de enfermos de varios municipios del Área IV de Salud que comprende los municipios de la comarca del Noroeste de la Región de Murcia pero que también incluye localidades de Almería, como Topares, y de Albacete, como Nerpio. El voluntario llega al servicio de farmacia del hospital y en más de una ocasión recibe la ayuda de varios sanitarios para llevar las cajas con medicamentos hasta el vehículo que realizará el reparto.

Salva tiene 46 años y se hizo voluntario de esta organización humanitaria en 2017. Quien le conoce sabe que es poco amigo de figurar, no le gustan demasiado las cámaras y prefiere el trabajo callado y anónimo. Trabaja en una empresa de reparto que distribuye correspondencia; hay épocas en las que hay mucho trabajo y otras en las que le queda algún tiempo libre. Salva pensó que podría dar una mano en Cruz Roja y se inscribió como voluntario. Ahora, en plena crisis, compatibiliza su trabajo con las labores solidarias de la organización.

Junto a sus compañeros han establecido un calendario en función de la disponibilidad de cada uno para realizar el reparto de estos medicamentos especiales. Por la mañana, tras preparar el vehículo, llega sobre las nueve de la mañana a una de las puertas de servicio del hospital comarcal del Noroeste para recoger los medicamentos. No sabe los datos de los enfermos, solamente recibe una notificación donde se indica a qué dirección debe llevar cada día los medicamentos que le han preparado. El reparto se realiza de lunes a viernes, para cada día se establece una ruta con un itinerario que incluye las localidades más próximas entre sí para tratar de llegar semanalmente a cada una de las casas en las que residen estas personas que necesitan de esta medicación.

Una vez iniciada la ruta, Salva establece el itinerario que debe seguir para hacer las entregas; los pacientes de estos municipios ya les esperan porque así se lo han comunicado desde el hospital. «Ya saben que vamos a llevarles los medicamentos y algunos esperan tras los cristales de la ventana hasta que ven llegar el coche» comenta Salva. Algunos de los medicamentos van en pequeñas neveras refrigeradas ya que no pueden estar mucho tiempo a temperatura ambiente. Apenas hay contacto con los enfermos, «tenemos que guardar todas las normas de seguridad pero eso no impide que nos agradezcan lo que estamos haciendo y que nos emocionemos, incluso, cuando nos hacen llegar sus muestras de cariño hacia nosotros y hacia Cruz Roja».

Las rutas que realizan a diario por estos municipios de las tierras altas de la región de Murcia, incluyen pequeñas localidades, pedanías con pocos habitantes, cortijos y zonas rurales y de montaña, que no suelen tener buenas comunicaciones con los núcleos urbanos. En estos lugares, se espera la llegada del vehículo adaptado de Cruz Roja como un acontecimiento especial, no solo por la mercancía tan necesaria que transporta, sus medicamentos, si no porque es, con las limitaciones necesarias, una forma de mantener contacto con otras personas.

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