Vox y los cantos de sirena del Mar Menor

Santiago Abascal –que desea propiciar un adelanto electoral– no le hace ningún favor a los agricultores del Campo de Cartagena y al resto de la Región pidiendo la derogación de esta ley. Más bien al contrario. Por mucho que la propuesta le suene bien a una parte del colectivo agrícola, se trata en el fondo de un brindis al sol, ya que la protección de la laguna va más allá de la propia norma regional que invita a eliminar. Aun en el supuesto de que los populares accedieran a revocar ley en la Asamblea –contando para ello con los tres diputados expulsados de Ciudadanos –, la laguna costera seguiría preservada por la declaración de sobreexplotación del acuífero que aprobó la CHS, que dosifica los fertilizantes. Asimismo, existen figuras de protección que no se pueden soslayar; además de un plan de 'vertido cero' (que debería ser más expeditivo). Por si fuera poco, la UE tiene abierto un procedimiento de sanción contra el Reino de España por incumplimiento de la directiva de nitratos en numerosas masas de agua, entre ellas la del Campo de Cartagena. Y todo esto, sin olvidar la investigación judicial que sigue su curso por presunto delito medioambiental.

Las medidas e iniciativas para recuperar el Mar Menor son un camino sin retorno; y eso no implica acabar con la agricultura en la comarca, como presupone Vox, sino hacerla sostenible y compatible con este ecosistema. Otra razón de peso para avanzar por el camino correcto es la implicación de la comunidad científica y el compromiso de instituciones como la UPCT, que trabaja con la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena para optimizar la irrigación y hacer más sostenibles los cultivos.

La ley del Mar Menor, que aún no ha cumplido un año, puede tener elementos que corregir y potenciar conforme se comprueben sus efectos a medio y largo plazo, pero es un instrumento a todas luces necesario. Su derogación conllevaría un daño reputacional añadido para la Región; y también un perjuicio claro para ese sector agrícola que Abascal pretende proteger, ya que se trasladaría un mensaje muy negativo al resto de Europa, y sobre todo a los mercados de frutas y hortalizas. Si se menoscaba la protección de la laguna, ¿cómo reaccionarán la Comisión Europea y las grandes cadenas de distribución, cuyos consumidores están cada vez más concienciados en preservar el medio ambiente? Las ayudas de la nueva PAC están muy enfocadas hacia la sostenibilidad. Si no solucionamos aquí el problema, nos impondrán otras medidas desde arriba (en Madrid y Bruselas), y con mayor dureza.

El PP ya derogó en 2001 la primera ley de Protección del Mar Menor que tanto molestaba a ciertos intereses económicos. Y así le ha ido a la laguna. No debería cometer el mismo error, multiplicado por mil. Por mucho que apriete Vox con propuestas populistas e imposibles, y por muchos votos que haya en juego, la ley no tiene marcha atrás.