Imagen de archivo del Balneario de Archena.

«El balneario con alma de Alhambra»: así describe National Geographic una de las joyas de la Región de Murcia

Esta revista destaca la historia de este enclave, conocido por sus aguas termales

Ana de Dios

Miércoles, 14 de mayo 2025, 10:44

En numerosas ocasiones, National Geographic ha puesto sus ojos en la Región de Murcia para poner en valor los monumentos, ciudades y enclaves con los que cuenta la Comunidad. Por ejemplo, el año pasado, la revista nombró a Mazarrón como uno de los destinos «imprescindibles» para viajar por España en 2024. También escogió a Moratalla como uno de «los tesoros rurales» del país y a la playa de La Carolina entre los 25 «mejores» arenales y calas del territorio nacional. Pero la lista es mucho más amplia: incluso llegó a elaborar una selección con las ciudades y zonas que no pueden faltar en una visita a esta tierra.

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Por ello, no es de extrañar que haya dedicado uno de sus últimos artículos al Balneario de Archena. Y es que, sin duda, este es uno de los grandes reclamos turísticos de la Región. La historia de este balneario se remonta a la época romana. Fueron los romanos quienes descubrieron las aguas termales y decidieron levantar unas termas. Desde entonces, las aguas termales de Archena son conocidas por sus propiedades medicinales y terapéuticas, como el alivio del estrés y la revitalización del cuerpo.

Exteriores del balneario de Archena. F. Manzanera

Si a estas propiedades le sumamos la arquitectura del balneario y el entorno en el que se encuentra, es inevitable que tanto autóctonos como foráneos queden maravillados con él.

«El balneario de Murcia con alma de Alhambra»

En este artículo de National Geographic, su autor destaca «la (afortunada) anomalía termal» con la que cuenta este balneario, «donde el agua emerge a 52,5 °C tras un recorrido subterráneo de quince milenios». Es precisamente la historia del complejo lo que más se resalta, al señalar que «al entrar en las piscinas, uno está bañándose en aguas que disfrutaron antaño los íberos». Un dato que, sin duda, hace aún más especial esta experiencia.

«Uno puede experimentar en pleno siglo XXI, en la era de la inteligencia artificial, el mismo fenómeno hidrotermal que atrajo a los primeros íberos». Además, se señala que «otro salto vertiginoso ocurre al entender que las instalaciones actuales representan capas temporales superpuestas». En la práctica, es «un documento hidrogeológico y un registro arqueológico vivo»: la concepción romana del baño público, la tradición islámica de los hammams y la balneoterapia moderna se dan la mano en este lugar.

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También contribuye su arquitectura. Y aunque es inevitable que el paso del tiempo se note en este tipo de infraestructuras, al adentrarse en sus entrañas resulta imposible no sorprenderse con esos espacios que cuentan con «espejismos alhambristas».

Entre los atractivos arquitectónicos más destacados se encuentran las reformas realizadas entre 1858 y 1878, bajo la dirección de arquitectos como José María Aguilar y Vela. Sobresale también la aportación decorativa de Manuel Castaños, quien introdujo en el balneario el estilo neonazarí, destacando especialmente «la bellísima cúpula estrellada de mocárabes».

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