Más autonomía personal, el reto a conquistar de los usuarios de ADFA
La asociación de Abarán tiene un programa que favorece la independencia y el bienestar de los socios y sus familias mediante actividades indviduales y grupales
B. M.
Abarán
Lunes, 7 de marzo 2022, 00:18
'La unión hace la fuerza' es una frase hecha que está grabada a fuego entre aquellas personas que cada día recorren los pasillos de la Asociación de Discapacitados Físicos de Abarán, ADFA. Esta entidad, que abrió sus puertas en 1992, cogió esta idea como propia cuando 17 personas decidieron aunar esfuerzos y crear, paso a paso, una entidad que hoy es muy conocida en la Vega Alta del Segura. Con 305 socios en sus filas, la entidad ha mejorado con el paso del tiempo sus instalaciones y ha aumentado sus servicios, pero ha mantenido intacto su objetivo fundacional: fomentar la plena integración social y laboral de las personas con discapacidad física del municipio. Para ello, entre sus fines se encuentran la promoción integral de sus usuarios, la plena integración social, la reivindicación de sus derechos y la creación y el fomento de actividades ocupacionales y culturales. Todo ello se lleva a la práctica a través de un equipo de profesionales que ofrecen entre sus servicios información, asesoramiento y orientación, atención psicológica, terapia ocupacional y logopedia, entre otros.
Para asegurarse de que estos servicios se mantienen en el tiempo, ADFA se esfuerza por diseñar y encontrar nuevas iniciativas que se alineen con su objetivo fundacional, lo que la llevó a inaugurar en septiembre del año pasado el Programa de Autonomía Personal y Atención a la Discapacidad. La iniciativa, en la que participan en torno a 18 miembros de la entidad, cuenta con el apoyo de Fundación 'la Caixa', pues la seleccionó en la convocatoria 2020 del Programa de Ayudas a Proyectos de Iniciativas Sociales, dotándolo con 10.000 euros.
Jessica Ruipérez: «La sociedad debe cambiar la forma de ver a las personas con discapacidad»
Este nuevo programa ha supuesto un gran beneficio para los participantes. Dividido en cuatro grandes áreas (dos realizadas de forma individual y dos en grupo), busca «mejorar el bienestar de las personas con discapacidad y/o dependientes y sus familiares», subraya la trabajadora social del centro, Jessica Ruipérez, que participa en la iniciativa en la que también están presentes una coordinadora, una psicóloga y un terapeuta ocupacional. A nivel personal, los usuarios trabajan la atención psicosocial y participan en actividades terapeúticas ocupacionales en talleres de 45 minutos. La atención psicosocial se concreta en una serie de entrevistas iniciales a nivel familiar en las que los profesionales de ADFA les presentan los servicios de la entidad y una psicóloga les da «unas pequeñas pautas familiares para gestionar el día a día». Los talleres ocupacionales, por su parte, están más enfocados al trabajo de la motricidad, una de las áreas que más demandan las personas con discapacidad física.
Por su parte, las actividades de carácter grupal son dos: un curso de habilidades sociales y estimulación cognitiva y un taller de autonomía personal. Mientras que el primero trata de fomentar la relación con los demás mediante charlas o debates, el segundo se enfoca en que los usuarios sean independientes para enfrentarse a situaciones cotidianas de la vida en las que deben desenvolverse solos. En este sentido, el taller incluye actividades como ir a la compra o salir a tomar un helado, por ejemplo, dos tareas en las que tienen que tomar decisiones, interactuar con otras personas y gestionar dinero, entre otras acciones.
Conseguir que los usuarios tengan la mayor autonomía personal posible es uno de los objetivos del programa, que es ahora más necesario que nunca tras dos años de pandemia «en la que han estado mucho tiempo sin poder ir a sus centros ocupacionales ni colegios y tampoco han podido venir a nuestros talleres. Muchas familias han pasado mucho estrés porque estas personas necesitan el empuje diario que les aportan actividades diferentes que les estimulen», explica la terapeuta, quien reclama más recursos para «poder darle continuidad» a servicios como el de terapia ocupacional o el de logopedia, uno de los más demandados «tanto por las familias como por los propios centros educativos del municipio, porque en Abarán solo cuentan con nuestra asociación», indica.
Romper con los prejuicios, la asignatura pendiente
Por otro lado, además de ofrecer estos servicios, la entidad lucha cada día por promover una sociedad que rompa con las barreras y los estereotipos que siempre han acompañado a las personas con discapacidad. «La discapacidad se ha normalizado bastante gracias al empuje que damos las asociaciones, pero sigue habiendo prejuicios. Como trabajadora social me molesta que a veces no puedan optar a cosas que el resto sí puede. Me gustaría que se les tratara como a cualquiera de nosotros», solicita, al tiempo que enfatiza el valor de lo que los profesionales de ADFA aprenden de cada uno de los socios que componen la entidad. «Veo cómo se esfuerzan y cómo intentan superarse a sí mismos y la sociedad debe cambiar la forma de verles», una idea que comparte la directora de ADFA, Eduvigis Verdejo. «Ellos cada día nos demuestran que son fuertes y que pueden salir adelante. Tiene unas ganas enormes de superarse y comerse el mundo», concluye.
Aulas más inclusivas
El valor de la inclusión es un aspecto clave que ADFA considera que se tiene que inculcar desde edades tempranas. Por ello, la entidad realiza charlas de concienciación en centros del municipio, en los que empezó trabajando con niños de 5 y 6 de Primaria hasta que recalaron en la idea de que se necesitaba insertar esta semilla de la inclusión mucho antes. «Surgió la opción de impartirlas en Infantil. Mucha gente decía que quizás eran demasiado pequeños, pero creo que es entonces cuando hay que enseñarles qué es una discapacidad», destaca Jessica Ruipérez, una de las encargadas de trasmitir estos valores mediante cuentos, herramienta clave para que en estos pequeños nazca el germen de la igualdad.
