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Joaquín Hernández Muñoz, en la terraza del Casino de Murcia, sede del Círculo de Economía, el pasado jueves. NACHO GARCÍA / AGM

Joaquín Hernández Muñoz: «Aparte del Mar Menor, tenemos otros problemas medioambientales, como la desertificación del interior»

El presidente del Círculo de Economía de Murcia cree que «existe preocupación con el Tajo-Segura. Con el agua, falta voluntad de entendimiento entre las distintas regiones»

Domingo, 7 de julio 2019, 17:00

El nuevo presidente del Círculo de Economía de Murcia, Joaquín Hernández Muñoz (Jumilla, 1957), afronta su mandato de cuatro años al frente de este selecto colectivo de empresarios y directivos de la Región con el objetivo de impulsarlo como referente en la defensa de la transparencia, la ética y el buen gobierno en el mundo de los negocios. Aparte de director general de Bodegas y Almazara BSI (Bodegas San Isidro), a cuyo frente se puso en el año 1986, es vocal del consejo sectorial de Cooperativas Vitivinícolas de España, así como máximo mandatario de la cooperativa de ulterior grado de exportación Vinispana, presidente del club de vinos El Arte de Beber y vocal del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jumilla.

«He aprendido a no mirar a corto plazo, aunque se pierdan oportunidades que parecen muy buenas»

-Asumió el cargo de máximo representante del Círculo recientemente, tras sustituir a Bruno Dureux, ¿qué retos se marca por delante?

-Nuestra misión es pensar y contribuir a la sociedad en aquellos aspectos que sean importantes para la Región, aportando ideas. Además de formar y compartir conocimiento con todos nuestros socios. Y como no dependemos de nadie, queremos seguir manteniendo esa independencia de pensamiento para ofrecer aportaciones que contribuyan a mejorar desde la autoridad moral del conocimiento, pero no mediante la mera crítica, sino haciendo las reflexiones adecuadas para aportar, tal y como se ha hecho de aquí para atrás con el club de debates. Porque no nos priman intereses particulares sino el general, poniendo el código ético como eje.

Apuesta por la ética

-Usted procede de un sector tan tradicional como el vinícola, ¿cómo le influye en su visión del mundo empresarial y en sus compromisos?

-Toda mi familia, mis padres, vienen del sector del vino y, de hecho, uno de mis abuelos tenía una de esas bodegas pequeñitas, Casa Lobo, que en un momento concreto se unificaron tras una crisis que hubo, por lo que sé desde siempre lo que se sufre y le doy el valor a las cosas. De manera que la ética que uno ha vivido y lleva en la sangre ha servido así de algo, como me dicen en mi casa. Así que la forma de trabajar que he aprendido en nuestra propia empresa es a no mirar a corto plazo, aunque se pierdan oportunidades que parecen muy buenas, sino que hay que hacer las cosas a largo plazo, porque llega y es mejor. De hecho, quienes nos dedicamos a gestionar no lo hacemos solo con dinero, o tangibles, sino que gestionamos personas, bienestar y, en suma, una mejor sociedad de futuro.

-Esa mirada humanizadora en los negocios no abunda mucho.

-Las personas tienen que estar siempre en el centro de todo. Por ello, desde el Círculo estamos haciendo un plan estratégico en el que una de las líneas claves es impulsar los códigos éticos entre los directivos, que también podrían servir de ejemplo para las instituciones y, en conjunto, para toda la sociedad. Ahí entraría todo el ámbito de la economía y la sostenibilidad, el reparto del trabajo, la lucha contra la precariedad laboral. En suma, se trata de crear una cultura empresarial donde se hagan las cosas bien, es decir, como se han hecho siempre, tal como lo practicaban todos los días nuestros abuelos.

«Esta actividad genera un tejido productivo capaz de desarrollar una economía y frenar la despoblación»

Modelo sostenible

-Los hombres del campo podrían impartir másteres en estos tiempos.

-Me sorprendo a veces teniendo que hablar de ética, de sostenibilidad, porque nuestros antepasados lo tenían claro y decían que ahí no se podía poner ese cultivo; o si en la poda del viñedo se hablaba de que si se dejaban más 'brocás' (parte inicial del sarmiento) habría más uva, entonces el abuelo decía que no y advertía de que la viña tenía que durar tantos años, y no podía ser que esta campaña diera cinco kilos y entonces a la siguiente que se secara porque no podía aguantar el producto. Algo que te diría cualquier agricultor mayor de Jumilla al que le preguntes. En este sentido, claro que hay que volver a recuperar esa mentalidad en todos los sectores, en general, tras unos años en los que se impuso la ganancia rápida.

-Miremos a la actualidad en este momento de incertidumbre con el retraso de la conformación de los gobiernos español y regional, ¿qué le parece la situación?

-Las empresas necesitamos certidumbres y saber cuáles con los marcos jurídicos y las políticas que se van a aplicar. Por tanto, cuanto antes se establezcan los acuerdos de gobierno que se tengan que hacer, y eso facilite el desarrollo empresarial, pues mucho mejor, porque eso es lo que pedimos. Y eso pasa porque se quiten trabas administrativas, que en esta Región nos gustan especialmente, en vez de dar facilidades a las empresas y a los ciudadanos, puesto que dificultan la puesta en marcha de proyectos.

-En la pasada legislatura se dieron pasos con la Ley de Aceleración Empresarial, pero es verdad que la agencia de Medio Ambiente, Arca, que debía acelerar el bloqueo de expedientes sigue aún pendiente.

-No puede ser que haya empresas que se tiren años y años ante la Administración para sacar un certificado, o que se tiren también meses y años sin saber si pueden poner en marcha una actividad o no. Pero, claro, no estamos hablando de crear una agencia que no tenga controles medioambientales, al contrario, porque existen casos que nos preocupan a nosotros. Y es que tenemos casos sobre los que estamos muy preocupados y que están a la vista de todos como es el desarrollo no sostenible del Mar Menor. Una cuestión que desde el Círculo nos preocupa para dar con la solución.

-¿Cree que el problema del Mar Menor se ha tomado en serio?

-Se trata de un ejemplo que podría ser una imagen de la Región en el mejor sentido positivo, sin embargo, hemos ido dejando hacer las cosas sin estar vigilantes. De ahí que entendamos que hay que priorizar la búsqueda de una solución de protección, y aunque se potencien las actividades económicas del entorno, lo urgente ahora es trabajar en su recuperación.

-¿Qué responsabilidad tiene la agricultura en el estado de la laguna?

-La actividad agrícola tradicional siempre ha sido sostenible. El problema surge cuando se produce un desequilibrio. Entonces, la prioridad es poner en marcha un plan, en serio, para impulsar la actividad económica de una industria turística de calidad, así como una agricultura sostenible, pero siempre ligado a la protección del entorno. Pero ni mucho menos creo que la culpa la tenga el agricultor, lo que hay que hacer es ofrecerle soluciones, como el agua, y establecer una regulación en favor de la sostenibilidad.

-La escasez de agua es una realidad que afecta de una manera u otra a todo el territorio regional.

-Claro, es que aparte tenemos otros problemas medioambientales, como la desertificación de las zonas más áridas del interior, caso del Noroeste y el Altiplano, del que pocas veces se habla, ni al que tampoco se buscan soluciones ante un cambio climático que cada vez se nota más. El problema es que esta Región mira muy poco a esas tierras y desconoce su valor. Además, lo más significativo es que esos territorios necesitarían un mínimo de sostenibilidad, es decir, muy poca agua, para mantener la supervivencia de esos cultivos milenarios de vid, olivos, almendros. Y eso permitiría mantener una actividad que ha demostrado que genera un tejido productivo capaz de desarrollar una economía local y frenar la despoblación.

«El Círculo, ajeno a intereses políticos, puede analizar los desafíos existentes y aportar ideas»

Distribución de la riqueza

-¿El vino de Jumilla es el ejemplo?

-Lo es, porque a partir de su crecimiento está desarrollando una marca de Región que es conocida en todo el mundo, y lo mismo ocurre con los vinos de Yecla y Bullas. Además, estamos haciendo que venga gente de fuera a trabajar, contribuyendo a distribuir la riqueza entre la sociedad.

-Tampoco se puede obviar que la especulación de los recursos hídricos también se produce en zonas de secano roturadas como regadío.

-Es que la puesta en marcha de un plan que aportara ese agua tan necesaria para las comarcas del interior. debería estar limitado a ese arbolado, no a la tierra, de forma que no se utilice para hacer un cambio de cultivos intensivos atípicos, o para otros menesteres, tal como pasa en casos donde se ha especulado con los recursos.

-El buen uso del agua es, sin duda, un argumento infalible para reivindicar el blindaje del Trasvase Tajo-Segura, ¿hay alarma ante las voces que lo cuestionan?

-Existe preocupación, porque España no ha ofrecido una solución definitiva a la escasez de recursos, a pesar de que en las distintas cuencas hay agua suficiente, incluso, hemos visto territorios con problemas por exceso en determinados momentos. Pero falta voluntad de entendimiento entre las distintas regiones.

-En materia de infraestructuras de comunicación también se arrastran déficits y retrasos importantes.

-Empezando por el AVE, tendría que haber estado aquí ya hace unos años. Pero, por ejemplo, también siguen sin darse pasos en la conexión en autovía por el interior desde el Altiplano al Noroeste, ayudando a vertebrar más la Región, que tampoco supondría una gran dificultad. Así que es cuestión de voluntad. Y para ello tiene que servir la política.

-Desde el tejido empresarial también se ha alertado del perjuicio ante determinadas políticas fiscales.

-Es que también hay que dejar aparcados varios impuestos que desincentivan la inversión, porque hay algunos que no tienen sentido. Al final, se trata de crear condiciones para que crezcan todos los sectores, el agroalimentario que funciona perfectamente, junto a una industria y un turismo de calidad, aprovechando la digitalización y el salto en innovación.

«En esta Región nos gustan las trabas administrativas, especialmente, en vez de dar facilidades»

Amenazas del 'Brexit' y Trump

-En los últimos tiempos emergen amenazas internacionales como el 'Brexit' que tienen en alerta a los empresarios, ¿cómo lo afrontan?

-A cualquier directivo lo que le gusta siempre es la estabilidad, la seguridad jurídica, por eso todo lo que es incierto no es bueno para gestionar. Así que en este momento, por ejemplo ante una salida del Reno Unido no sabemos qué consecuencias habrá. En nuestro caso concreto, si fuera un país tercero pues ya podríamos decidir qué hacer, como lo hacemos en otros iguales a los que vendemos. Pero será poco el impacto en el vino. El problema es que no sabemos qué va a pasar. De todas formas, pienso que los primeros interesados en que lleguen productos de calidad son los propios británicos, así que no creo que corten de la noche a la mañana con productos que les son necesarios. En cualquier caso, es cierto que existe más preocupación en el sector hortícola y con las frutas, al ser perecederos, debido a los requisitos de controles en su entrada.

-Sin embargo, la reciente amenaza de Trump de imponer aranceles al vino sí puede afectar de lleno.

-Esto sí es bastante más preocupante para nuestro sector, ya que EE UU es un mercado importante para todos los vinos de la Región, y que además está creciendo mucho. Aunque todo dependerá del tipo de arancel que nos pongan, porque por el momento estamos yendo con unos precios para el consumidor norteamericano que todavía dejan un margen suficiente. Pero sigo confiando en que impere el sentido común en esta guerra comercial que implica a Europa.

El ejemplo de BSI

-Volvamos a hablar de su empresa, BSI, que es un ejemplo de diversificación en el mundo agrario.

-San Isidro nace en el año 1934, aunque tras una crisis tremenda, como consecuencia de una quiebra, fue cuando entramos nosotros en 1986 para desarrollar una reestructuración que empezó por la transformación de la cooperativa desde la producción de vino a granel al embotellado, algo que ha costado mucho porque la situación era muy difícil, pero estamos contentos con lo conseguido. De hecho, cuando en la Región nadie creía en la variedad Monastrell, nosotros, ya fuera por desconocimiento, juventud o arrojo empezamos a investigar con esta uva consiguiendo elevarla hasta convertirla en lo que es hoy en día para Jumilla. Y a partir de ahí, trabajamos también la aceituna, la almendra, ofreciendo servicios integrados a los agricultores, además de las actividades de enoturismo.

-¿En qué niveles de producción se mueve ahora la cooperativa?

-Estamos en un volumen de unos ocho millones de botellas, pero luego hacemos más cantidad de vino para otros socios clientes. Aunque prácticamente transformamos casi todo el granel en embotellado. Aparte, tenemos 'partner' internacionales, como en Estados Unidos, y colaboraciones con bodegas como Martín Codax (albariño) en la aplicación de tecnologías. En cuanto a la exportación, el 72% de la producción sale fuera, mientras que a nivel nacional estamos presentes en casi todas las grandes superficies españolas. Nuestros principales mercados internacionales son Reino Unido, EE UU, centro y norte de Europa, Japón, otros países de Asia, África, en suma, por todo el planeta.

«Necesitamos certidumbres y saber las políticas que se van a aplicar; y cuanto antes se haga, mejor»

Diversificación y tecnología

-¿Y por dónde van sus planes en el futuro para seguir creciendo?

-Pues estamos con un plan importante de diversificación, tanto en productos como en mercados. Y es que a partir de que el vino es un producto muy complejo, dentro de un mercado muy maduro y de mucha competencia, hace ya un tiempo iniciamos una estrategia, denominada 'el consumidor de BSI', consistente en adaptarnos a cada país en función del prototipo de vino que se consume, ya que contamos con la tecnología y la uva para ello. Y esta misma semana hemos incorporado un enólogo tan prestigioso como Pablo Ossorio para que nos ayude aún más en el desarrollo de nuevos productos que queremos lanzar en un año y medio.

-¿Qué papel debe jugar el Círculo para ayudar al impulso económico regional, en su conjunto?

-Pues creo que puede ser muy bueno, ya que lo integran profesionales ajenos a intereses políticos, con unas capacidades fantásticas, y que pueden transmitir conocimiento, así como analizar los distintos desafíos y aportar ideas desde la sociedad civil para conseguir un desarrollo económico sostenible que sirva para todos, no solo para unos cuantos. Porque estamos en una Región única en emprendimiento y con gente de mucho talento. Así que lo hay que hacer es orientar para el crecimiento, a la vez que ayudar a eliminar esas fórmulas de especulación que se dan.

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