Los alumnos de la Región de Murcia lograron las notas de acceso a la universidad más altas de España

Los más de 7.000 estudiantes de la Región que realizaron el pasado año las pruebas de la Ebau lograron las notas de acceso más altas de toda España, según los datos publicados por el Ministerio de Universidades el pasado 18 de abril. Un éxito que despierta suspicacias en otras autonomías, pero que en la Universidad achacan a la abundante criba de estudiantes que se realiza en la Comunidad en Bachillerato, después de que abandonen el sistema el 25% de los estudiantes de ESO.

La calificación media de acceso en la Región alcanzó tras la última Ebau el 7,8 (sobre 10), tres décimas por encima de la media, de 7,5, y a siete décimas de Baleares, la autonomía con la nota más baja. La nota de acceso a la universidad es el resultado de la fórmula en la que la media de Bachillerato pesa un 60% y la calificación en la fase general de la Ebau cuenta un 40%. Al resultado, que da un máximo de 10 puntos, se suman después las notas de la fase voluntaria, que permite lograr hasta 4 puntos más, y que conforman la calificación con que se compite para lograr una plaza.

Los resultados de la 'generación Covid' en la Ebau del pasado año fueron en la Región destacados con respecto a sus compañeros de otras comunidades, según todos los parámetros analizados por el Ministerio. Los murcianos sacaron la mejor nota de acceso, alcanzaron un porcentaje de aprobados por encima de la media (el 95,6% frente al 92,7%) y lograron el porcentaje de sobresalientes en la nota de acceso a grado más elevado del país, del 21,4%.

Las distancias entre las autonomías despiertan resquemor en algunas comunidades, que ponen en contraste los buenos resultados de los murcianos con sus resultados en las pruebas Pisa, que se realizan a los 15 años, y en las que la Región queda siempre en los puestos de cola. En la Universidad de Murcia tienen otra justificación. Consideran que a partir de los 15 años, en el último curso de la ESO y el primero de Bachillerato, se realiza una criba abundante de alumnos, ya que muchos, uno de cada cuatro, abandonan el sistema. «Los alumnos que terminan segundo de Bachillerato están ya muy depurados, son buenos y estudian mucho porque saben que lograr una plaza en la universidad pública es muy complicado. Hay una criba importante», argumenta la vicerrectora de Estudios, Sonia Madrid.

La relajación de las reglas de las pruebas de la Ebau puesta en práctica durante la pandemia ha aumentado también la diferencia de las notas medias entre comunidades, aunque en cambio ha reducido la distancia en el porcentaje de aprobados.

Las diferencias territoriales de las notas medias tienen consecuencias de peso en el futuro académico de los estudiantes. Cada comunidad autónoma organiza sus pruebas de Ebau y, dentro de un modelo de examen común para todas, ni las pruebas ni las preguntas son las mismas para todo el país. Tampoco los evaluadores. Sin embargo, el distrito universitario es único para todo el país. El estudiante puede competir con su nota de acceso por una plaza en cualquier facultad de España, independientemente de la comunidad en la que ha realizado la Ebau. Desde hace años, la pugna por lograr una plaza en determinados grados de las universidades es muy dura y las vacantes terminan adjudicándose por centésimas. Ese contexto ha llevado a algunas autonomías, como Galicia, Castilla y León y Andalucía a reclamar un examen único y simultáneo para toda España. La demanda no ha tenido respuesta hasta la fecha, ni parece que la reforma de la nueva Selectividad para 2024 contemple esa opción.

De momento, tanto este año como el próximo curso, los estudiantes realizarán el 'modelo pandemia' de examen. Para compensar las dificultades de los estudiantes por la crisis sanitaria (confinamiento, clases 'online'...) el Ministerio diseñó otro modelo de examen más flexible que se mantendrá también en la convocatoria de este año. El formato de prueba ofrece a los alumnos más posibilidades de elección de preguntas. En ediciones anteriores, antes de la pandemia, en un examen estándar, los alumnos tenían que elegir entre la opción A y la opción B, con cuatro preguntas correspondientes cada una de ellas a otros tantos bloques temáticos. Desde 2020, en cambio, la mayor parte de los exámenes solo tienen una opción, en la que figuran, por ejemplo, ocho preguntas y el estudiante puede escoger las cuatro que quiera: por ejemplo, dos de un bloque de contenidos, dos de un segundo bloque de contenidos y ninguna de los dos restantes. Esas reglas permiten a los alumnos dejar un porcentaje del contenido de cada asignatura sin estudiar, porque pueden esquivar un buen número de preguntas. Del total de 7.232 estudiantes presentados a la fase general, el pasado año fueron 6.911 los que obtuvieron resultados aptos. Y este año concurrirán a la prueba un 2% más.

El modelo es más sencillo, pero lo cierto es que alumnos que se han examinado de la Ebau en 2020 y 2021 realizaron también un Bachillerato complicado. En 2020, cuando hacían primero, el confinamiento les obligó a estudiar el último trimestre 'online'. El curso pasado, realizaron casi todo el año en formato semipresencial, es decir, solo fueron al centro educativo en días alternos.

El Ministerio decidió mantener el 'modelo pandemia' hasta 2024 porque entendió que este año los estudiantes competirían con unas notas de corte muy elevadas en los dos últimos cursos en desigualdad de condiciones si se modificaba el sistema. Como, además, las pruebas de acceso están pendientes de una modificación por parte del Ministerio que entrará en vigor en 2024, se decidió alargarlo hasta el próximo curso también.

Los ministerios de Educación y Universidades trabajan ahora en colaboración con los rectores en un nuevo modelo de acceso a la universidad que se implantará a partir de 2024 con más «reglas comunes» y condiciones «parejas», aunque no habrá un examen común en todo el país. El Ministerio de Educación ya ha avanzado su voluntad de cambiar la actual Selectividad por una prueba menos basada en contenidos y más parecida a los exámenes del Informe Pisa, que evalúan competencias, es decir, califican si los alumnos saben aplicar los conocimientos que han aprendido a lo largo de los dos cursos de Bachillerato.

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