Alberto Castillo no tendrá todoterreno
La Asamblea quiso arrendar un nuevo vehículo oficial para el presidente, pero el concurso quedó desierto en dos ocasiones
La Asamblea Regional tenía intención de sustituir el vehículo oficial que adquirió en noviembre de 2012 para los desplazamientos del presidente, un Citroën C-5 ... que se considera que se ha quedado obsoleto debido a su antigüedad, los kilómetros recorridos y varias averías que ha sufrido durante estos años.
Para eso puso en marcha un procedimiento administrativo con el fin de contratar, en régimen de arrendamiento por un periodo de cuatro años, un nuevo coche que sería utilizado por Alberto Castillo en estos dos años que quedan de legislatura y que pasaría luego a la persona que ocupe la presidencia de la institución parlamentaria tras las elecciones autonómicas de 2023. El presupuesto base de licitación era de 40.320 euros, incluyendo mantenimiento y seguro.
El pliego de condiciones marcaba que el vehículo oficial tendrían que ser «híbrido enchufable», para así poder aprovechar los puntos de recarga instalados en el garaje de la Cámara y «disminuir la emisión de contaminantes en los viajes» que realiza a diario Alberto Castillo entre Murcia y Cartagena.
Además, se exigía que el nuevo coche fuera «de tipo SUV», es decir, un todoterreno ligero que pudiera proporcionar «una operatividad ligeramente distinta del anterior». Estos modelos de todoterreno ligeros «disponen de una mayor capacidad de maletero y de una altura libre al suelo superior». Justifican fuentes de la Asamblea que el C-5 no permitió a Castillo acceder a algunas zonas durante la DANA de 2019 a las que sí hubiera podido entrar si contara con un SUV.
Sin embargo, el contrato de arrendamiento despertó escaso interés entre los licitadores, quedando desierto en las dos ocasiones en las que se convocó. En la última se presentó una sola oferta, que fue analizada por la Mesa de Contratación –presidida por la letrada-secretaria general de la Asamblea, Encarnación Fernández de Simón– el pasado 8 de febrero. La propuesta fue rechazada, ya que superaba por unos 500 euros el presupuesto base.
Fuentes de la Asamblea Regional señalan que el motivo por el que el concurso ha quedado dos veces desierto es que el precio de licitación es tan bajo que no interesa a las empresas, ya que la Cámara pretende gastar lo mínimo posible. El procedimiento administrativo no se sacará por tercera ocasión. Alberto Castillo, por lo tanto, renuncia al todoterreno y continuará viajando en el desgastado Citroën C-5.
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