Exigen que se investigue el incendio que asoló el Humedal del Charco en Marina de Cope
La asociación aguileña Amacope denuncia «este nuevo atentado ambiental» al Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre
La asociación ecologista Amacope ha pedido este lunes que «se investigue las causas y los daños provocados por el incendio que el pasado viernes asoló un sector del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre y que pudo ser intencionado» y se adopten las medidas oportunas para que los responsables sean juzgados y asuman su responsabilidad.
Las llamas, cuyo origen está bajo la investigación de la Brigada de Delitos Ambientales de la Dirección General de Patrimonio Natural y Acción Climática, arrasó unos 3.000 metros cuadrados de vegetación, en su mayoría tarays, y «provocó la huida o desaparición y muerte de varias especies que habitaban, nidificaban o tenían su refugio en el precario humedal». Un espacio incluido en el Inventario Español de Zonas Húmedas desde 2019 y sobre el que Amacope realiza el control y seguimiento de especies.
La asociación ecologista destaca «los grandes valores naturales del pequeño y precario humedal junto a la playa aguileña del Charco», que cobija hábitats característicos de zonas húmedas, como el bosque de tarays, junto a formaciones de pastizales y saladares. Además, aseguran que en el espacio ahora arrasado «nidificaban o ya tenían crías numerosas especies de aves como el ruiseñor común ('Luscinia megarhynchos'), el alzacola rojizo ('Cercotrichas galactotes'), la curruca cabecinegra ('Curruca melanocephala'), el serín verdecillo ('Serinusserinus'), la urraca común ('Pica pica'), el gorrión común ('Passer domesticus'), cuyas poblaciones están en franco declive, y el papamoscas gris ('Muscicapa striata').
Y «esta primavera habíamos observado la presencia de otras aves llegadas para descansar y alimentarse en su viaje migratorio prenupcial», entre la que citan otras especies de avifauna como la curruca mosquitera ('Sylvia borin'), el carricero común ('Acrocephalus scirpaceus'), el colirrojo real ('Phoenicurus phoenicurus') y el zarcero políglota ('Hippolais polyglotta'). Igualmente, aseguran, es hábitat del sapo corredor, ('Epidalea calamita') que, cuando la época y la escasez de agua no les son propicias, «se entierra bajo los tarays calcinados», y del tejón común ('Meles meles').
Los integrantes de la asociación ecologista aguileña lamentan profundamente el trágico suceso y denuncian públicamente un «nuevo atentado medioambiental» sobre el Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre. De hecho, recuerdan que este espacio «todavía carece de una figura real de protección», pese a que fue declarado en 1992, es zona de especial protección de aves y lugar de importancia comunitaria, ya que el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) sigue sin aprobarse. Una situación que, aseguran, pone de manifiesto que el Gobierno de la Región de Murcia carece de un plan de gestión para proteger un espacio natural que atesora grandes valores naturales. Por todo ello, alertan de que «Cope y su maltratada Marina continúan en grave riesgo de caer en manos de proyectos meramente especuladores».
