Carmelo Gómez: «Hay que acabar con el modelo único de residencia como cajón de sastre»

-¿Qué objetivos se han fijado?

-Principalmente dos: primero, hacer una buena foto de cuál es el modelo actual, y en segundo lugar, hacer una propuesta sociosanitaria real. A raíz de ahí, desarrollar una serie de recomendaciones para tres grandes agentes de intervención: residencias, centros de día y Administración pública. Vamos a mostrar, sin intereses particulares, lo que está pasando, lo que la gente quiere y cómo se deben adaptar las residencias de la Región para hacer frente a la situación actual de la mejor manera.

-¿Cuáles son los puntos críticos?

-La normativa en vigor que regula los centros residenciales es escasísima. Contamos con un pequeño decreto que mezcla distintos sectores y que data del año 2005. Y, lógicamente, la realidad de la sociedad va cambiando. Hoy por hoy, desgraciadamente, es la propia normativa regional condiciona la atención que se está prestando. Esta se cumple a raja tabla, pero eso condiciona los precios plaza, y ese precio plaza condiciona la cantidad de recursos y su calidad. Hay un problema de financiación. El precio plaza que tiene la administración para sus propias plazas públicas dobla en el mejor de los casos, y casi cuadriplica en el peor, lo que paga a las entidades por las plazas concertadas, y eso lastra la atención.

-¿Está preparada la Región para atender el incremento de demanda por el envejecimiento de la población?

-Se encuentra igual de insuficientemente preparada que el resto de comunidades autónomas. Es verdad que hay comunidades con mayor financiación, y eso se nota, como El País Vasco, que tiene desarrollado otro tipo de modelos desde hace tiempo. Y luego están el resto de comunidades, como Murcia, que no es donde peor servicio se presta. Hay otras regiones como Madrid, donde la inspección es bastante regular, o Cataluña.

-Cerca de 1.500 mayores de 65 años están a la espera de una plaza en una residencia pública o concertada en la Región. ¿Es sostenible?

-Hablar de política social y sanidad significa hablar de gasto público y de inversión. Hoy por hoy nadie discute que si hay una deuda en la sanidad es porque se intentan mantener y mejorar los servicios que necesita la población. Me resulta bochornoso que en política social se haga cierto tipo de ajustes e incluso de parones presupuestarios, porque no se puede. Estamos hablando de la atención de personas mayores, de personas vulnerables, por lo tanto, para poder solucionar lo de la lista de espera primero hay que meter una inyección de financiación de plazas.

-¿Qué debe cambiar en el modelo de residencia de la Región?

-Hay que acabar con el modelo único de residencia como cajón de sastre. Debemos legislar en función de los perfiles asistenciales residencias. Actualmente nos encontramos con personas que están muy bien, que están en una residencia por aislamiento, por soledad o por emergencia social, que conviven con personas que están muy mal física y funcionalmente. Hay que definir bien los perfiles asistenciales y normalizar y legislar en función de ellos.

-La Comunidad ha rechazado aplicar la reforma aprobada por el Consejo Territorial de Servicios Sociales. ¿Qué opina al respecto?

-Tal como está redactado, nunca fue un acuerdo. No se contó con las entidades expertas para definir el modelo. Fue una forma de dar carpetazo a los problemas que había en cuanto a las residencias y la responsabilidad del propio Ministerio de Servicios Sociales y la Agenda 2030 respecto a lo que ocurrió en la pandemia. Algunas cosas que señala están muy bien, pero no ha tenido en cuenta la problemática de que no se van a crear centros nuevos y que supone, con carácter retroactivo, la modificación estructural y funcional de muchísimos centros. Pero eso no va a ser posible. Por otra parte pienso que la negativa a aplicarlo ha sido política, y eso es un error. La decisión debe ser justificada, argumentada y regulada legalmente, si no aplicas el acuerdo tienes que dar una alternativa, porque lo que busca es mejorar el servicio.

-¿Son suficientes las condiciones mínimas que exige la Comunidad a los centros?

-Rotundamente no. Las propias residencias exigen mejoras en la ratio, y ya lo están solucionando ellas en muchos casos por cuenta propia. Ese decreto de mínimos no refleja la realidad social. Las propias entidades que son objeto de regulación ya están trabajando por encima de lo que este dispone. Se trata de un decreto obsoleto, y todo lo que es obsoleto a nivel normativo pone en riesgo la calidad asistencial prestada a los mayores

-La pandemia ha puesto de relieve la importancia de la vertiente sanitaria en las residencias. 

-Los mayores necesitan atención sanitaria, unos de forma preventiva y otros de forma asistencial, y esto no lo están cubriendo adecuadamente los servicios públicos de salud. La coordinación sociosanitaria es importante, por supuesto, pero coordinar no es realizar el servicio. Para coordinar tienes que saber que las cosas que tienes que coordinar funcionan correctamente. Si necesitas de Atención Primaria y esta no te va a responder, hay poco que coordinar.