«Nos gustaría que la gente disfrutara con nuestra Ricotevalley»

Ambos son solteros, tienen la misma edad y, pese a no haber nacido en el Valle de Ricote, se sienten ricoteños y sueñan con triunfar en un negocio inédito en la zona: la cerveza artesanal y su marca Ricotevalley. Son Javier Ibáñez Parra (Tarragona, 1984), ingeniero agrónomo, y Gonzalo Ibernón García (Yecla, 1984), licenciado en Turismo. Los dos poseen experiencia en esta actividad y esperan situar a Ricote en el mapa artesanal de España. A Javier le gusta pescar, viajar y la buena música, mientras que a Gonzalo le encanta pasear por la montaña con su perra 'Dina' y los juegos de mesa. Todo, como no podía ser de otra manera, acompañado por una buena cerveza artesana.

¿Qué hacen un diplomado en Turismo y un ingeniero agrónomo metidos a promotores y distribuidores de cerveza artesanal?

En pocas palabras, cumplir nuestro sueño de dedicarnos a lo que nos apasiona y aportar algo bueno al mundo cervecero artesanal.

Son pioneros en esta actividad en el Valle de Ricote, ¿qué esperan de sus gentes?

Nos gustaría que la gente disfrutara con nuestra cerveza, por supuesto. Y si conseguimos ver cómo la gente va asimilando nuevos sabores y estilos y vemos que la cultura cervecera va creciendo, sería genial.

¿Cómo surgió el proyecto?

Tras años de formación y prácticas a menor escala, ya con el proyecto en mente, experiencias laborales y un último estudio detallado del plan, nos dan el último empujón y nos tiramos de cabeza a por todas.

¿Características y tipos de cerveza que elaboran?

Las características serían dos: ser fieles al proceso cervecero elaborando buena cerveza de una forma natural sin querer hacer alardes innecesarios, e incorporar elementos de nuestro bonito entorno de Ricote, la diversidad vegetal y tradición e historia de sus pobladores actuales y pasados. En cuanto a estilos, tocaremos todos los palos, desde las Pale Ale más sencillas a las Imperial Stouts más potentes. En nuestra experiencia previa ya hemos jugado con todos los estilos, con lo que iniciamos esta andadura con un bagaje de recetas amplio y muchos planes cerveceros que elaborar.

Han transformado una casa de aperos en una fábrica de cerveza, ¿cómo surgió la idea?

Esa fábrica fue también una bodega. Resulta gracioso porque hablando con la gente sabia de Ricote nos cuentan sus andaduras del pasado en nuestra ubicación. Es un sito con una interesante historia y estamos orgullosos de poder escribir una nueva página.

¿Quién les ha ayudado a ustedes en este proyecto?

La inversión ha sido cuantiosa, unos cien mil euros, y las fuentes, variadas. Queremos ofrecer un producto artesano con estándares de calidad exigentes, lo cual nos encareció las máquinas, aunque pensamos que ha sido una buena inversión. Y, comparando con otros colegas del gremio, pensamos que hemos tomado buenas decisiones en el aspecto financiero.

¿Quiénes son los destinatarios de esta cerveza artesana?

Nuestro público es tanto el cervecero clásico acostumbrado a la Pilsen corriente, como los paladares más exigentes ávidos de nuevas experiencias. Para los primeros tendremos nuestros estilos corporativos envasados en tercios y barriles y disponibles en bares a precios competitivos; y para los segundos ofreceremos cervezas capaces de sacar esa mueca de placer con estilos novedosos y sabores afinados.

¿Cuál es el proceso de elaboración de la cerveza artesana?

El proceso es mejor verlo en la fábrica. Elaboramos el mosto a partir de maltas seleccionadas, añadiendo lúpulos especiales y, a continuación, la levadura hará el resto en la fermentación dando a la cerveza su carácter definitivo.