«Me inspiré en el vuelo de un avión militar»

Fred OllivierPresidente de SPAG Estaba haciendo el servicio militar cuando presenció cómo un avión del Ejército francés sobrepasaba la barrera del sonido y hacía saltar por los aires los cristales de la Comandancia. «Esa imagen se me quedó en la cabeza», recuerda Fred Ollivier, presidente de la Sociedad de Protección Anti-Granizo (SPAG). Tras acabar el servicio militar retomó su actividad como agricultor, pero durante seis años consecutivos perdió su cosecha por culpa de las granizadas. «El último año perdí 9 millones de kilos de manzanas. Ninguna compañía quería asegurarme». Fred no paraba de darle vueltas a la cabeza al problema, hasta que recordó aquella imagen del avión y se hizo una pregunta: «¿Por qué no tratar de crear una onda expansiva como la del avión, pero en vez de ser horizontal, hacerlo en vertical?». En 1971, con ayuda de un mecánico, fabricó el primer cañón antigranizo en su finca. «Fue totalmente artesanal». El sistema evitó una granizada, pero quería saber si sería efectivo en otras fincas y apostó por instalar gratuitamente veinte cañones a otros agricultores. «En 1980 empezamos a comercializarlos tras comprobar que funcionaban, y todavía hay algunos originales que siguen activos cuarenta años después». Este agricultor 'floreció' como empresario y hoy escucha las explosiones de su idea en veintidós países.