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El filósofo mexicano David M. Peña-Guzmán. Errata Naturae

¿En qué estaría pensando el pulpo que va a comerse?

El filósofo mexicano David M. Peña-Guzmán indaga en la consciencia de cefalópodos, perros, gorilas y ratas en 'Cuando los animales sueñan'

Lunes, 24 de abril 2023, 00:17

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Comer una deliciosa pata de pulpo –cocida con patatas en salsa de vino, a la vinagreta o a la gallega, bien espolvoreada con pimentón– es una experiencia diferente después de leer 'Cuando los animales sueñan' (Errata Naturae), el inquietante ensayo del filósofo mexicano David M. Peña-Guzmán (Guadalajara, 36 años) en el que este profesor de la Universidad Estatal de San Francisco (EE UU) explora la consciencia de cefalópodos –antes de ser cocinados–, perros, gatos, gorilas, aves y elefantes.

El libro se abre con un episodio que en su día fue célebre en ámbitos científicos:el biólogo de la Universidad Alaska Pacific David Scheel vive en su casa con 'Heidi', una hembra de pulpo azul ('Octopus Cyanea'). Un día graba lo que asegura que se trata de un sueño de su original animal de compañía: unos llamativos cambios de color corporal que se inician cuando 'Heidi' pasa del sopor a un estado de nerviosismo que el investigador interpreta como la evocación de la captura de un cangrejo.

La ciencia tiene a los pulpos como seres 'inteligentes', en tanto que saben utilizar sus tentáculos para resolver situaciones comprometidas gracias a su cerebro desarrollado y a su sistema nervioso complejo. Su mirada es casi humana, mantienen algunos investigadores, e incluso recuerdan y distinguen a las personas.

Por este motivo, el proyecto de la empresa Nueva Pescanova para instalar un complejo de cría de pulpos en cautividad en Canarias, el primero del mundo, está siendo muy polémico. Organizaciones animalistas y también científicos – como Jonathan Birch, profesor del Departamento de Filosofía, Lógica y Método Científico de la London School of Economics and Political Science– rechazan unos métodos que consideran crueles «con un animal que siente dolor».

Nueva ética

La nueva ética sobre el bienestar animal que se va abriendo paso en la sociedad, con leyes polémicas que conceden derechos a seres vivos con los que convivimos desde hace miles de años, inspira una obra que supone un viaje incómodo hacia la intimidad de nuestras mascotas y también de seres salvajes a los que tradicionalmente no concedemos la capacidad de sentir.

'Cuando los animales sueñan'

'Cuando los animales sueñan'
  • Autor: David M. Peña-Guzmán.

  • Editorial: Errata Naturae.

  • Precio: 21,50 euros (272 páginas).

«Los animales sueñan con nosotros y a veces somos los monstruos de sus pesadillas», asegura David M. Peña Guzmán. Quien ha tenido la oportunidad de compartir su vida con un perro sabe perfectamente que, mientras duerme, habitualmente mueve las patas y las orejas, gruñe, gime o incluso ladra. Sin abandonar su estado de somnolencia. ¿Alguien duda de que está soñando un animal que muestra este comportamiento?

Según la tesis del científico mexicano, aceptar que los animales sueñan, es decir, que tienen la capacidad de recordar e imaginar, abre un nuevo campo ético en nuestras relaciones con el mundo salvaje, una vez rota la frontera que habitualmente separa lo humano de lo animal.

«Los animales sueñan con nosotros, y a veces somos los monstruos de sus pesadillas», sostiene el autor del ensayo científico

«La negación actual de la consciencia animal debería darnos miedo, porque la distancia entre el rechazo a la interioridad animal y el desinterés absoluto por su bienestar es infinitesimal. Uno de los grandes retos éticos de nuestros días es aflojar la tenaza que esta negación impone sobre nuestro raciocinio, para que así dejemos de percibir a los animales como masas de materia sin facultad de pensamiento y empecemos a verlos como seres conscientes importantes y para quienes las cosas importan;es decir, como seres que, por su mera existencia, poseen valor e infunden valor en el mundo», advierte en el libro, traducido por Silvia Moreno Parrado.

No solo pulpos y perros; el filósofo mexicano recuerda diferentes investigaciones que constatan un aliento de inteligencia, más allá del mero instinto, que aporta complejidad a animales a simple vista tan prosaicos como las ratas, que tendrían la capacidad de experimentar alucionaciones y ensoñaciones diurnas.

También es apasionante la observación de los chimpancés, que en la alta noche, durante el sueño, siguen tramando complicidades con sus compañeros favoritos del clan.

La capacidad de soñar, según el consenso científico, sería menos probable en los cetáceos y discutible fuera del orden de los mamíferos. Pero explorar ese territorio oscuro es fascinante.

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