Personal del Oceanogràfic introduce dos tortugas bobas enviadas desde la Región en el Arca del Mar. CARM

Días de entrenamiento para las tortugas bobas

Las 21 crías que nacieron el verano pasado en Calblanque se adaptan al medio acuático en el Oceanogràfic de Valencia antes de ser liberadas en el litoral de la Región

Lunes, 14 de septiembre 2020, 07:59

Enfrentarse por primera vez al mar, a su misterio y sus peligros, exige estar preparado. Aunque uno sea una tortuga boba y lleve impreso en su código genético el recuerdo de millones de años cruzando oceános, dejándose llevar por las corrientes y codeándose con las criaturas bellísimas, peligrosas y sorprendentes que viven en las profundidades. Es lo que les espera a las 21 crías de 'Caretta caretta' que nacieron el pasado mes de septiembre en Cala Arturo, un arenal del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila (Cartagena), que antes de ser liberadas en la naturaleza pasan unos días de adaptación al medio acuático en el Arca del Mar del Oceanogràfic de Valencia.

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La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente trasladó el pasado miércoles a este centro de exhibición, divulgación e investigación las once tortugas bobas que durante el último año han madurado en los tanques del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario, en San Pedro del Pinatar. En Valencia se han encontrado con sus diez hermanas, que han crecido por separado en el Oceanogràfic, por motivos de seguridad, y allí 'entrenan' ahora en un espacio amplio antes de ser liberadas próximamente en el litoral de la Región de Murcia, cuando todas han superado ya el kilo de peso y pueden enfrentarse a la vida salvaje con garantías de supervivencia.

El Área de Recuperación y Conservación de Animales del Mar del acuario valenciano es un entorno naturalizado pero controlado donde las 21 tortugas bobas completarán esta primera etapa vital de un año en cautividad antes de emprender su gran aventura: explorar el mar abierto y, quién sabe, regresar a Calblanque o a otra playa del litoral de la Región dentro de treinta años para depositar sus huevos y perpetuar su estirpe.

«Este último periodo es fundamental para lograr el éxito una vez las liberemos en el mar, ya que durante unos días van a tener que competir con otros animales para conseguir alimento, van a enfrentarse a situaciones que posteriormente formarán parte de su día a día, van a desarrollar una mayor musculación y aprenderán a buscar refugio cuando la situación lo requiera», explica a LA VERDAD el director general de Medio Natural, Fulgencio Perona.

Perona destaca «las grandes relaciones de la Comunidad Autónoma con el Oceanogràfic de Valencia, que permiten mantener una estrecha colaboración que revierte directamente en la conservación de nuestra fauna, a la vez que ayudan a difundir la gran labor que se realiza».

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Todas las actuaciones relacionadas con las tortugas bobas están cofinanciadas con cargo al Programa Operativo FEDER Región de Murcia 2014-2020.

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