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Un sacerdote católico preside en Renania-Westfalia un acto de bendición de una pareja homosexual. EFE
La iglesia católica alemana empieza a bendecir a parejas homosexuales

La iglesia católica alemana empieza a bendecir a parejas homosexuales

La iniciativa, con el nombre de 'El amor vence', constituye un nuevo desafío al Vaticano, al que piden «más apertura»

maría molinos

Berlín

Sábado, 15 de mayo 2021, 21:50

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La revuelta contra Roma es cada vez más abierta. Un desafío, de nuevo, desde Alemania. Cientos de parejas homosexuales han sido bendecidas por sacerdotes católicos esta semana pese a la expresa negativa del Vaticano. La iniciativa, llamada 'El amor vence', es síntoma de un malestar mucho más profundo con la institución, por los escándalos de abusos a menores y la ausencia de reformas. Para algunos, en la iglesia germana amenaza cisma.

El día D era el 10 de mayo. Porque está vinculado a Noé, al que se identifica con un arcoíris, el símbolo de las banderas del movimiento LGTBIQ. En esa jornada, las puertas de unas 120 parroquias de toda Alemania se abrieron para bendecir principalmente a parejas de homosexuales, pero también uniones con divorciados y separados. Las bendiciones siguieron en los días siguientes. Los actos no eran estrictamente una boda, pero eran un gesto unívoco para la pareja. Y para el párroco.

Bernd Mönkebüscher, sacerdote de la iglesia de Santa Inés en Hamm, que se identifica como homosexual y es uno de los promotores de esta iniciativa, aseguró que se trataba de mandar una «señal clara» al Vaticano. «La iglesia debe reconocer, honrar y apreciar la vida en sus múltiples colores. Es un gesto importante hacia todas estas personas a las que durante años, si no décadas, la iglesia ha tratado como ciudadanos de segunda», explicó. Para el sacerdote de Santa María en Ahlen Reinhard Kleinewiese, es «bueno e importante» dejar claro con actos como estos que algunos sectores de la iglesia «no están de acuerdo con Roma en ciertas cuestiones y prohibiciones». Elisabeth Stanggassinger, integrante del grupo feminista católico Maria 2.0., consideró que se trata de mostrar que no todos en la iglesia piensan como la jerarquía vaticana: «Ésa no es nuestra iglesia».

Los escándalos de abusos a menores y la falta de autocrítica han distanciado a las bases de la jerarquía católica

La iniciativa fue un explícito acto de rebeldía. Se producía en respuesta a un escrito del Vaticano del 15 de marzo -técnicamente una 'Responsum ad dubium', respuesta ante una duda- en el que se recordaba a toda la Iglesia católica la prohibición de sancionar uniones entre homosexuales, bajo el argumento de que Dios «no bendice ni puede bendecir el pecado». El mensaje indignó a los sectores progresistas de la iglesia en Alemania, grupos que desde hace años instan a Roma a que se mueva en ciertos ámbitos y que tenían sus esperanzas puestas en el Papa Francisco, con su mensaje aperturista y reformista.

«Excluyente y anticuada»

Pocos días después del mensaje del Vaticano 16 sacerdotes y voluntarios pusieron en marcha una petición y en poco tiempo lograron más de 2.000 firmas de apoyo. Animados por la respuesta, eligieron el 10 de mayo como fecha simbólica para realizar un primer gesto público. «Ante la negativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe a bendecir las parejas homosexuales, levantamos nuestra voz y decimos: seguiremos acompañando a las personas que se emparejen de forma vinculante para el futuro y bendeciremos esas relaciones. No rechazaremos una ceremonia de bendición», argumentó el grupo en un comunicado. «Las parroquias participantes no aceptamos más que se mantenga una moral sexual excluyente y anticuada a costa de las personas y que esto mine el trabajo pastoral», agregaron.

El poderoso Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), una organización de laicos de base que defiende las bodas homosexuales desde 2015, respaldó la iniciativa y tachó el comunicado de Roma de «no muy útil».

El Vaticano no ha reaccionado oficialmente. Esto quedó para el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, que rechazó utilizar las bendiciones para «actos simbólicos» o de «protesta». En Roma se dejó al presidente de la Conferencia Episcopal italiana, el cardenal Camillo Ruini, alertar en una entrevista al diario 'Il Foglio' sobre el riesgo de que esta iniciativa pueda acabar derivando en un cisma. La iniciativa se tomó en algunos sectores ultraconservadores germanos como una afrenta. Frente a algunas parroquias que bendijeron parejas homosexuales se organizaron pequeñas contramanifestaciones. Una comunidad de Baviera llegó a recibir amenazas y tuvo que pedir protección a la Policía.

Crece la apostasía

'El amor vence' es la última confrontación en un rosario de desavenencias entre el Vaticano y el catolicismo alemán de base, diferencias que van de lo teológico a lo más práctico. La ausencia de reformas y lo que muchos consideran falta de autocrítica en la Iglesia está llevando a muchos fieles al hartazgo. De hecho muchos católicos la han abandonado en los últimos años.

Sólo en 2019, el último con cifras, un total de 272.771 personas apostataron formalmente, lo que supone más de un 1% del total de creyentes. La cifra es un 26% superior a los 216.000 del año anterior, en el que a su vez se registró un 29% más de abandonos (166.000) que en 2017. En Colonia el ayuntamiento ha tenido que aumentar de 1.000 a 1.500 las citas mensuales que ofrece para apostatar después de que el sistema se cayese por exceso de demanda.

Consciente de su distanciamiento de los fieles, la iglesia católica alemana abrió en 2019 su controvertido «camino sinodal», un proceso de debate interno con ambición reformista entre la jerarquía y los creyentes de base. En menos de un año llegarán las conclusiones. La tensión está servida.

El malestar de los feligreses de Colonia con su arzobispo

Colonia, una de las diócesis más ricas del mundo, es a la vez una de las más conflictivas de Alemania en estos momentos. Un creciente grupo de feligreses y no pocos párrocos están enfrentados con el arzobispo, el cardenal Rainer Maria Woelki, que encargó a un bufete de abogados una investigación independiente sobre los abusos a menores en su archidiócesis y, cuando estaba a punto de publicarse, decidió pararlo. Después acabó trascendiendo que él mismo había ocultado las denuncias contra un sacerdote amigo. A finales de marzo, accedió a publicar un segundo informe en el que se consignaban 314 casos de abusos a menores y se identificaba a 202 presuntos autores. Woelki acabó admitiendo que en su archidiócesis se llevó a cabo un «encubrimiento sistemático» de los casos de abusos a menores, que en la administración era un «caos» y que entre 1975 y 2018 reinó un «sistema de silencio, secreto y descontrol» que benefició a los religiosos abusadores mientras las víctimas sufrieron «falta de compasión» y «falta de empatía». «Eso nunca debería haber sido así», reconoció Woelki, quien sin embargo se negó a dimitir.

La Conferencia Episcopal alemana publicó en 2019 un informe que recogía 3.677 casos de abusos sexuales a niños y jóvenes por parte de 1.670 religiosos entre 1946 y 2014.

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