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Ursula von der Leyen Efe
La Eurocámara vende caro su apoyo a Von der Leyen

La Eurocámara vende caro su apoyo a Von der Leyen

La alemana necesita este martes la mayoría absoluta de un parlamento reacio para confirmarse como relevo de Juncker

Salvador Arroyo

Corresponsal en Bruselas (Bélgica)

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Lunes, 15 de julio 2019, 19:59

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Ursula von der Leyen, conservadora, mano derecha de Angela Merkel y candidata de los jefes de Estado y de gobierno de la UE a sustituir a Jean-Claude Juncker, se enfrenta este martes al voto decisivo del Parlamento Europeo. La alemana necesita la mayoría absoluta del Legislativo para ser confirmada como presidenta de la Comisión los próximos cinco años. Si no lo consigue, los líderes estarán obligados a presentar otro nombre en el plazo de un mes, un hecho sin precedentes que evidenciaría la primera crisis institucional de calado en el club comunitario. No es éste el supuesto con más probabilidades. Pero la realidad es que los eurodiputados no se lo van a poner fácil.

Von der Leyen, llamada a ser la primera mujer al timón del Ejecutivo de Bruselas, fue elegida a dedo por los Veintiocho. Una afrenta para la Eurocámara, que hasta el último momento presionó para que el despacho del luxemburgués lo ocupase uno de los cabeza de lista que las familias políticas presentaron a las elecciones del 26 de mayo. Pero ni Manfred Weber (Partido Popular Europeo) ni Frans Timmermans (Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas) ni la mejor situada entre los liberales (Margrethe Vestager) consiguieron el respaldo necesario de las capitales tras mes y medio de negociaciones y dos cumbres, la última maratoniana.

En consecuencia, la actual ministra de Defensa alemana se ha visto obligada a 'venderse', a intensificar los contactos con los grupos políticos hasta el último momento para intentar asegurarse el 'sí' parlamentario. Ya en el pleno del pasado 4 de julio, el popular Esteban González Pons, tras azotar a los Gobiernos acusándoles de «mala educación democrática» y de «dar la razón a los euroescépticos» con esa elección en el cuarto de atrás, aseguraba a renglón seguido que su partido apoyaría a Von der Leyen. Al fin y al cabo, es de las suyas. Los socialistas fueron muy críticos con el procedimiento del 'dedazo', pero no amenazaron con el veto, algo que tampoco hicieron los liberales.

Sumados los votos de estos tres grupos (443), Von der Leyen tendría margen suficiente para ser elegida -necesitaría 374, dado que actualmente hay 747 diputados en la Eurocámara por la ausencia de Carles Puigdemont, Toni Comin, Oriol Junqueras y un escaño danés pendiente de designación-. Pero esa es la teoría. Dicho de otro modo, aun con la presión de los Gobiernos a sus grupos afines, el voto es secreto y eso obliga a mantener la duda hasta el recuento final.

No es previsible que aglutine el respaldo pleno de los escaños populares (182). Pero sí la gran mayoría. Por lo que la niebla más densa proviene de las bancadas socialista (153) y liberal (108). Ambas familias, en persona y por escrito, han trasladado que van a vender caro su voto. Entre los primeros, el rechazo más contundente a la aspirante emana de los propios alemanes. Y eso es así desde el día cero, el del anuncio de su nombramiento, cuando Merkel tuvo que abstenerse en el Consejo Europeo para evitar el derrumbe en Berlín de su gobierno de Gran Coalición.

Promesas efectistas

También hay dudas entre las delegaciones italiana o belga. Y, aparentemente, menos en la española. El ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell -futuro jefe de la diplomacia europea-, predijo ayer el voto favorable de sus compatriotas porque así lo ha decidido el presidente Pedro Sánchez, vino a decir. Borrell viajó a Estrasburgo para «ayudar en todo lo posible» a sellar las fisuras en la alianza progresista. Y «apoyar» en esa labor a Iratxe García, su presidenta, que la pasada semana dirigió una extensa carta (seis folios ni más ni menos) a Von der Leyen con las condiciones que pone esta familia política para aprobar su nombramiento.

La germana respondió ayer mismo a esa misiva con un puñado de promesas efectistas que podrían darle más votos socialistas, aunque difícilmente todos. El propio Sánchez se asomó a Twitter para destacar no sólo los compromisos de la alemana, también para pedir, como figura del socialismo en la UE, «respaldar su candidatura. Europa debe avanzar. Evitemos el bloqueo».

Salario mínimo europeo, un seguro de desempleo común (complementaría los nacionales) y cobertura para combatir la pobreza infantil fueron algunas de esas propuestas. El S&D también había exigido que su candidato, Frans Timmermans, sea vicepresidente primero y único. Y, a efectos prácticos, sería así.

Aunque ella ha jugado a la ambigüedad dejando caer que se inclinará por una especie de vipresidencia bicéfala con Timmermans y la liberal Margrethe Vestager. El responsable del grupo Renacer Europa, Dacian Ciolo?, le había requerido expresamente, también por carta, que la danesa «debería estar exactamente al mismo nivel» que el holandés. Y sí, pero no. Porque solo el primero cogería las riendas de la Comisión en su ausencia. Socialistas y liberales también reclamaron a Von der Leyen compromiso con el Estado de derecho, el Medio Ambiente y el sistema del 'spitzenkandidat' (los últimos, sobre la base de unas listas trasnacionales). También lo ha asumido.

El ala del 'no' y la incógnita euroescéptica

Con quienes tiene muy poco que hacer Ursula von der Leyen es con los Verdes, que capitanea su compatriota Ska Keller y que han dado como seguro el 'no' de sus 74 eurodiputados. Tampoco sabe aún la respuesta de los 62 parlamentarios de los Conservadores y Reformistas (CRE), derecha más euroescéptica, a los que también ha tanteado los últimos días.

Su papeleta, como la del grupo Identidad y Democracia de Matteo Salvini y Marine le Pen, sería intrascendente en otras circunstancias. Tienen poco peso en el arco parlamentario. Pero en una votación tan abierta como la de este martes, puede pasar de todo. La incógnita quedará despejada en un pleno que arrancará a las nueve de la mañana con el discurso de la candidata, al que seguirá un debate con los eurodiputados que se prolongará hasta las 12:30. La votación se producirá a eso de las seis de la tarde. Una sola jugada con posibles variables: el 'sí'; un 'no' menos probable; e incluso un hipotético aplazamiento hasta septiembre. Apurar es un verbo muy conjugado dentro de la UE.

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