Se cumplen 39 años de la muerte de Groucho Marx
Desde La Verdad lo homenajeamos con algunas anécdotas relativamente desconocidas sobre su vida
f. olmos
Viernes, 19 de agosto 2016, 13:14
El 19 de agosto de 1977 a medio mundo se le congeló la sonrisa al leer la prensa. Se enteraban así de una triste noticia: Groucho Marx había fallecido a causa de una neumonía a los 86 años de edad. Su famoso puro al final le costó la vida, pese a que afirmase en su célebre cita que «de vez en cuando se lo sacaba de la boca». En un cariñoso homenaje, recordamos algunas de sus más famosas y divertidas anécdotas.
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Epitafio. Contrariamente a lo que se cree, en la tumba de Groucho no figura la famosa frase «disculpe que no me levante», de hecho su nicho (porque fue incinerado) es bastante simple. Su nombre, el año de su nacimiento y el de su muerte y una estrella de David. La confusión viene a raíz de que en una entrevista afirmó que quería que ese fuese su epitafio. Claro que también dijo que quería ser enterrado sobre el féretro de Marilyn Monroe.
Dr. Marx. Aunque parezca impensable debido a su talento natural, Groucho nunca quiso dedicarse a la comedia. De hecho quería ser médico, pero como su familia era tan pobre no podía costearle los estudios, decidió probar suerte junto a sus hermanos como trío cómico. Resultó que era un genio.
Le robó a Bill Cosby. Poca gente conoce esta anécdota, pero tras la famosa entrevista que concedió a sus 82 años, Groucho Marx estaba tan molesto con la idea de que Cosby fumase mejores puros que él que le robó media docena. Durante toda la entrevista demostró sobradamente su capacidad intelectual y su rapidez a la hora de ser ingenioso. Uno de los momentos más célebres del programa fue cuando Cosby le preguntó en qué lugar le situaría como cómico. Groucho respondió: «Justo detrás de Richard Nixon». Aquí podéis ver algunos de los momentos más hilarantes de la entrevista:
Conoció a Chaplin en un burdel. Durante su época de actuar en salas de variedades, coincidió con Charles Chaplin en una casa de alterne en Canadá. Groucho describió años después el encuentro y afirmó que: «mientras nosotros estábamos muy ocupados intentando cortejar a las chicas, él estaba muy ocupado jugando con el perro de la madame (del local)».
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Su relación con Irving Thalberg. El productor de la MGM era una de las personas más poderosas de la industria del espectáculo en la época y tenía fama de ser terriblemente duro y despiadado. Tanto era así que guionistas y directores le temían. Los hermanos Marx no. Si el tirano les hacía esperar en la puerta de su despacho ellos respondían con un 'gag'. La más famosa anécdota que trascendió de esos días cuenta que cuando Tharlberg por fin se decidió a abrir la puerta de su despacho, se encontró a los tres hermanos en ropa interior y asando patatas en su chimena.
Cartas a la Warner Bros. Mientras los hermanos Marx rodaban 'Una noche en Casablanca', la productora se sintió ofendida y objeto de copia, así que decidieron entablar comunicación por correspondencia con el propio Groucho, en lugar de con su abogado. Craso error. Estoy seguro de que incluso el espectador medio sabrá distinguir a Ingrid Bergman de Harpo, ¿Pueden ustedes usar el nombre de Hermanos Warner? ¡Nosotros éramos hermanos desde mucho antes, y Tenemos muchas esperanzas en la película: puede ser la chispa que desate una nueva guerra mundial fueron algunas de las respuestas del cómico a la productora.
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Os dejamos aquí algunas de nuestras escenas favoritas de los hermanos:
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