Borrar
Raimundo González y Pablo González Conejero en una imagen de archivo. Fran Manzanera/ AGM

La vocación de un maestro

Miércoles, 3 de abril 2024, 01:25

Comenta

El 1 de abril de 2015, hace exactamente nueve años, pasé el día con Raimundo. Había coincidido en varias ocasiones con él, pero nunca había ... tenido la oportunidad de vivir un día completo junto a él. Me invitó en su casa para revisar durante más de tres horas su vida profesional a través de recortes de periódico, fotos y premios, para poco más tarde vivir una de las experiencias más bonitas que he tenido hasta la fecha: comer con él en La Cabaña de Pablo González. Raimundo no había estado nunca y el hecho de ver sus reacciones a los platos del restaurante más moderno de la ciudad y verlo conversar con Pablo de gastronomía fue para mí un privilegio y un honor que todavía guardo en el corazón. Recuerdo cómo se sorprendía de cada plato. Cómo lo saboreaba. «Esto es increíble», decía mientras exhalaba el humo del nitrógeno líquido por la boca.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad La vocación de un maestro

La vocación de un maestro