Tarta de queso con arándanos

Las tartas de queso son un postre ideal para disfrutar en cualquier ocasión, una deliciosa fuente de calcio y, acompañadas de fruta, una merienda ideal para los niños. Además suelen ser bastante sencillas de preparar y no necesitan horno, así que ya no hay excusas para preparar este rico postre.

La tarta de queso que proponemos hoy se completa con arándanos, que con su alto contenido en fibra, minerales, vitaminas y antioxidantes son un alimento ideal para proteger nuestro cuerpo contra la enfermedad y mejorar nuestra salud cerebral.

Para hacer esta tarta empezamos preparando la base. Hay que triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla que hemos derretido previamente en el microondas. La masa resultante se pone en un molde y se presiona con una cuchara para que la base quede compacta y lisa. Metemos el molde a la nevera mientras preparamos el relleno de la tarta.

En un recipiente ponemos el sobre de cuajada junto con 30 ml de leche y removemos hasta que se disuelva.

Por otro lado, ponemos en una olla la nata, la leche, el azúcar y el queso crema, y lo calentamos a fuego medio hasta que llegue a ebullición sin dejar de remover para que no queden grumos.

Cuando llegue a ebullición echamos la cuajada disuelta, lo mezclamos todo con el batidor de varillas y, cuando vuelva a llegar a ebullición y comiencen a subir burbujas a la superficie, apartamos del fuego y vertemos la mezcla en el molde sobre la base.

Cuando la tarta se enfríe la metemos en la nevera durante 4 horas para que cuaje perfectamente.

Transcurrido ese tiempo, preparamos la cobertura de arándanos poniendo en un cazo los arándanos, el agua y el azúcar a fuego medio-alto. Cuando llegue a ebullición bajamos el fuego al mínimo, tapamos el cazo y lo dejamos así 5 minutos.

Diluimos la maicena en las 3 cucharadas de agua en un pequeño bol, y cuando se hayan cumplido esos 5 minutos vertemos la mezcla en el cazo, subimos el fuego de nuevo a medio-alto hasta que llegue a ebullición y retiramos del fuego. Dejamos que se enfríe unos 10 minutos y vertermos sobre la tarta.

Ya sólo queda desmoldar la tarta, servirla y disfrutarla.