Grange des Pères, nunca perder la esperanza
Es uno de los tintos que siempre estarían en mi lista de los veinte vinos que hay que probar en esta vida
Carlos Nicolás
Jueves, 2 de noviembre 2023, 07:34
El fracaso tiene buena prensa, siempre que fracasen otros. Viene con un halo poético, con filosofía de boxeador y aire de Steve Jobs siendo despedido ... de Apple. Contigo recuperándote de una ruptura como el Cholo entra al Metropolitano un domingo.
Pero no nos engañemos. Casi siempre, el fracaso acaba igual que empieza: mal. Sin número musical de cierre, ni capítulo 21 para que Alex y sus drugos se rediman. Son muchos los planes buenos que salen mal, como hay planes malos que salen bien. No siempre la derrota implica error. Hay juegos bien planteados que no ganas, días en que la pelota no entra o que entra la del otro después de rebotar en un palo y tres caderas.
Fracasar es, por tanto, perder, pero no siempre es errar, aunque en ocasiones lo parezca. A veces, y solo a veces, te conviertes en el Madrid remontando una semifinal de Champions en el descuento. Laurent Vaillé giró antes, encontró su vocación aun siendo joven, aunque no empezó siendo un bodeguero de culto. De hecho, ni siquiera era bodeguero. Cuando este fisioterapeuta de 26 años dejó su trabajo allá por el año 80, no creo que mucha gente pensara que los vinos que haría una década después se convertirían en el capricho de los grandes bebedores del mundo. Dedicó los siguientes diez años a trabajar y aprender en bodegas como Coche Dury, JL Chave o Trevallon, de las que no solo aprendió cómo se hace un vino de talla mundial, sino que se llevó sus clones para plantarlos en casa. Chardonnay, syrah, marsanne, roussane y cabernet sauvignon, entre otras. Ahí empezó el mito.
Ficha técnica
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Vino Grange des Pères Rouge 2018.
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Bodega: Domaine Grange des Pères.
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Variedad: Syrah, monastrell, cabernet.
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Zona: Languedoc (Francia).
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Precio: 250 euros.
Una producción pequeña pero meticulosa, un enólogo de gran talento, un terruño maravilloso y una multitud de clientes desesperados por tener en sus manos una botella. Esta es la tierra que el 'marketing' olvidó: no hay etiquetas sofisticadas, ni director de exportaciones, ni sala de degustación para recibir a los visitantes. ¿Instagram? ¿Facebook? ¿Una página web? Nada de eso. Incluso comunicarse con alguien de la bodega por teléfono ya es bastante difícil. Se trata en gran medida de vinos elaborados en el viñedo, y la filosofía vitícola es la de 'lutte raisonée' (o lucha razonada), aunque los métodos son, casi en su totalidad, orgánicos. Vaillé descarta esto como táctica de 'marketing', insistiendo en que, para los viñedos, utiliza tratamientos mínimos y embotella y almacena con el ciclo lunar simplemente porque es como mejor le funciona.
Si tuviera que hacer una lista de los veinte vinos que probar en una vida, no dudaría en que Grange des Pères estaría en ella. Sus añadas jóvenes siempre son potentes y estructuradas, muy tánicas, necesitan algo de tiempo para asentarse. Un vino cálido y con un sabor muy sureño, pero no hay fatiga y en el paladar el peso está amortiguado por la frescura mineral del suelo. Laurent ya no está, murió joven - a los 57-, pero sus vinos, su amor por la zona y su capacidad para demostrar que siempre estás a tiempo de triunfar perdurarán muchos años.
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