Una nueva ilusión

Esta ilusión es la reivindicación del bodeguero y pone, por fin, el éxito al alcance del impetuoso. No nos engañemos, no hay fórmulas mágicas. El estado natural de un vino es que no exista. Todo se basa en mantener una determinación completa, innegociable, que vaya haciendo que los momentos se den. Que acabe haciéndose un boquete, siempre pequeño, en la pared insalvable. Hace falta tesón, sensatez e insensatez a partes iguales, ubicación, interpretación de la realidad, esfuerzo y, aún más importante, paciencia. Si además tienes talento, miel sobre hojuelas, ya que es un factor que flaquea para la mayoría. Luego viene lo de matar al padre, pero es más adelante. Se explica en 'Eva al desnudo' y resulta aquí irrelevante. Esta bodega nació del amor entre Philine y Marta Rinaldi (hija del mítico Giuseppe) y la pasión por el vino que ambas tienen. Las viñas se ubican en el pueblo de Barolo, en el Langhe piamontés, al norte de Italia. Un marco incomparable y con la historia necesaria para inmiscuir presión sobre cualquier nuevo viticultor.

Para su vino elaborado con la variedad Barbera d'Alba compran las uvas, controlan la propiedad de las parcelas y persiguen un cultivo biológico que se acompaña únicamente de tratamientos biodinámicos. Hablamos de números de producción muy bajos, por los que los aficionados compiten por unas pocas miles de botellas. Philine es joven, no tiene soluciones inmediatas a todo lo que pasa como si llovieran del cielo. Pero tiene la experiencia necesaria y experimenta, prueba una y otra vez y se hace preguntas para llegar a soluciones eficientes. Usa el sentido común para apoyar la vid y no para mostrarse a sí misma o copiar a su competencia.

Precisamente por eso pasa su tiempo en la viña y ama su trabajo, y es allí donde nacen los grandes vinos, no en la bodega. Los vinos son reales, sin florituras, bien hechos. Utiliza fudres grandes, de mil litros, al estilo clásico de la zona. Hoy sus vinos ya están amables, con una estructura que nos permitirá seguir regocijarnos con ellos durante muchos años.

Estamos ante una futura bodega de culto cuyos vinos, al ritmo que marca el mercado, tendrán un precio inalcanzable en unos años. Disfrutemos de ellos mientras podamos.

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Candela Rodrigo González

La parte más difícil de nuestra profesión quizá sea conocer las historias que tienen los vinos detrás, entenderlas y ser capaces de trasmitirlas con la intensidad que nos llegan. Pero hay veces que es más fácil que otras. Cuando las personas vibran en consonancia, todo es más fácil de explicar o no hace falta ni explicarlo. Candela es un proyecto pequeño, de poco más de 900 de botellas, a 1.400 metros de altura en el Valle de Güímar, una de las zonas más cálidas de Tenerife. Allí vinifican una listán blanco de alrededor de 15 años de edad. Un vino hecho sin artificios que nace para ser bebido y disfrutarlo. Aunque no es su intención, Candela acabará siendo importante porque Rodrigo entiende el vino como todos los grandes, como un idioma común para compartir conocimiento y emociones. Bodega: Rodrigo Gonzalez / Bodega Tempus.Variedad: Listán blanco.Zona: Canarias.Precio: 19 euros.