El otoño también llega al plato

En esta época posvacacional, insiste la especialista, «es importante retomar hábitos saludables de nutrición para volver a equilibrar nuestro cuerpo y promover nuestra salud». Otón apunta tres pautas que interesa «seguir para volver a un estilo de vida más saludable».

En primer lugar, tras tanta comida fuera, tanto helado y tanto descontrol estival, «es fundamental volver a una alimentación equilibrada que incluya una variedad de alimentos de todos los grupos», y cita las frutas, las verduras, los cereales integrales, las proteínas magras y las grasas sanas. Es importante tomarlos manteniendo porciones adecuadas, nada de ponerse tibio de ternera porque el médico me ha dicho que es una carne beneficiosa, al igual que conviene limitar el consumo de alimentos procesados y ricos en azúcares.

Conviene aprovechar los alimentos tradicionales de temporada: «A verduras como las berenjenas, acelgas, espinacas, zanahorias o pimientos, se le suman frutas otoñales como las peras, las uvas, las castañas, el persimon o caqui, las manzanas, las mandarinas o el delicioso membrillo». Además, es momento de aumentar el consumo de legumbres y cereales. «Los garbanzos, judías o lentejas son fundamentales para esta época del año», precisa. Al tiempo que, entre los cereales, «los más adecuados son el arroz integral, la quinoa, la avena o el trigo sarraceno». La pasta integral y las patatas también son alimentos indicados para el otoño. E igualmente recomendable es incorporar frutos secos a las comidas, como nueces, almendras y avellanas, pero siempre naturales. «Nos aportan energía en el día a día», explica, aunque, «eso sí, no se debe abusar, un puñado al día es más que suficiente», por ejemplo en el desayuno o añadidas a ensaladas o cremas de verduras.

El segundo consejo pasa por cuidar los niveles de humedad, como hacemos con las plantas. «Después de las altas temperaturas del verano, es importante mantenerse bien hidratado», de modo que interesa beber suficiente agua, para lo que contamos con un indicador fantástico que es la sed (ojo con las personas mayores, a quienes con frecuencia se les atrofia esta señal). Las infusiones, las bebidas sin azúcar y los alimentos ricos en agua, como frutas y verduras, también resultan aquí muy útiles.

Y, en tercer lugar, es bueno volver a la rutina de ejercicio que, con probabilidad, no hemos mantenido en verano. «Incluye una combinación de ejercicios aeróbicos, fuerza y flexibilidad para mantener un estilo de vida activo y saludable», sugiere la nutricionista. Pero, en muchos casos, la realidad es la contraria y hemos aprovechado el buen tiempo y, sobre todo, el mayor tiempo libre del verano para realizar una apropiada actividad física que el resto de año no nos vemos capaces de continuar. Si es así, Otón propone «tres cosas fundamentales que nos llevarán al éxito de mantener estos hábitos saludables». Se trata de planificar los menús de la semana, «no improvises», advierte. «En segundo lugar tenemos que movernos, hacer deporte, caminar, bailar… lo que más nos guste». Lo de los 10.000 pasos al día la especialista lo considera «obligatorio». Y, finalmente, «y no menos importante: ¡Hay que dormir!», apunta contundente. «Os animo a dejar las pantallas, coger un libro y dormir cuanto más mejor».

Para quienes opten por dar un paso más y ponerse a dieta tras el verano, «el mejor consejo que te puedo dar es que no busques dietas milagro, porque no funcionan», advierte. «Lo que funciona es aprender a llevar un estilo de vida saludable, y aprender a hacer las cosas bien. Busca tú mejor versión, no te pongas metas imposibles, y disfruta de todo este proceso».