Saona: postureo del bueno
La cadena se instala en la capital tras su apertura en Cartagena con su concepto de platos 'instagrameables' a precios ridículos
La puesta en escena de Saona es tan buena que da miedo. El espacio luce maderas, alfombras colgadas a modo de tapices y una multitud ... de cojines creando un ambiente de lo más apacible. Detrás, una cocina muy pensada para satisfacer al gran público, de raciones moderadas, pero perfectamente dispuestas para alimentar la fiebre de las redes sociales. Y, además, todo está bueno.
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Saona es un negocio que ya va por los sesenta locales abiertos por toda España. Centros de producción, espacios muy cuidados, bonita puesta en escena y precios ridículos. Por trece euros, un primero, un principal y un postre como pulpo sobre alioli de patata; tortitas de tataki de atún; usuzukuri de dorada marinado en salsa ponzu y tartufata; arroz en llanda de costilla, longaniza y garbanzos; pasta trofie con pollo crujiente, aguacate, queso ricota y tomate; hamburguesas, croquetas, fingers y varios postres, entre otros platos.
Puntuación
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Cocina 6
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Calidad/precio 6
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Servicio 6
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Local 8
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Bodega 6
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Nota media 6
La carta varía dependiendo del día y de la hora a la que vayas. Es decir, que los fines de semana al mediodía es posible que puedas comer arroz, pero un martes por la noche te tienes que conformar con un costillar. Imagino que es una medida empresarial para garantizar el buen servicio los días más flojos de ventas.
El caso es que en la carta todo es muy apetitoso y me cuesta decidirme por un solo entrante, por lo que pido dos aunque lo cobren aparte. El pan payesito sale de cocina crujiente y relleno de mucho queso. Una bomba acompañada de unos tomates cherrys confitados, ligeramente dulces, que cortan y limpian la potencia del queso. Muy buen entrante.
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Las tortitas de tataki vienen de dos en dos. La masa ha sido frita previamente y queda como una tostada muy crujiente que en Saona completan con aguacate, el tataki de atún, una mahonesa de wasabi y una cebolla fresca frita en un increíble abanico cromático, diferentes texturas y equilibrio de sabores umamis. Poco que añadir.
Espacio apacible, buen servicio y platos apetitosos, y al final comes bien por menos de veinte euros. Increíble, pero cierto
Creaciones parecidas
El sam de pollo viene más o menos de la mano de la tortita. También llega con su pareja a la mesa y, en este caso, una mahonesa de kimchi, hierbabuena y panko crujiente forman el bocado sobre una hoja de lechuga. Bastante jugoso y divertido de comer. Si nos fijamos, la creación de estos entrantes son muy parecidas en cuanto a estructura; proteína, salsa, crujiente y matices frescos. 'Chapeau'.
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Saona (Murcia)
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Dirección Plaza de los Apóstoles, 1
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Teléfono 961 34 94 70
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Horario No cierra
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Precio medio Menú por 13 euros sin bebida
El costillar ha sido cocinado una infinidad de horas, hasta el punto de dejarlo tan tierno como el agua. Aquí, la carne la encuentro con un sabor menos elegante, con cierto aroma a zumaque. Las berenjenas con huevo poché, burrata y granada también es una buena combinación de elementos, pero la yema del huevo sale muy cuajada de cocina y las pieles de la berenjena me cuestan un poco empujarlas. Además, esta ración sí que la encuentro escasa para un chicarrón de pueblo como yo.
Bastante aceptable encuentro la tarta de lima, ligera y de buen sabor fresco y, muy mejorable, por estar muy cuajada, la panacota de chocolate blanco con granizado de frambuesas y papaya.
El espacio del restaurante, el buen servicio y los platos 'instagrameables' llevan al comensal a esperar un nivel alto en cocina y a no dejar pasar una por alto, pero claro, al final, comes bien por menos de veinte euros. Increíble, pero cierto.
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