Variedad. Entrecot madurado y mejillones naturales en escabeche. V. Vicéns
Garum | De tapeo

La barra del Quinto Elemento, un rincón exquisito

El bar dispone de una carta de productos de calidad en carnes y mariscos para quienes buscan platos diferentes en la pedanía de Los Garres

Jueves, 11 de mayo 2023, 01:55

No debe de ser fácil mantener el nivel de productos que La barra del Quinto Elemento recoge en su carta estando situado en pleno centro ... de la pedanía de Los Garres. Lo normal es ceñirse al sota, caballo y rey de la gastronomía murciana, que es lo que la mayoría de parroquianos busca normalmente, y dejar las carnes maduradas, los vinos de cierto precio y el marisco para los locales del centro. Pero no es el caso de El Quinto Elemento. Nada más entrar, los taburetes de la barra forrados en piel, los vinos de la vitrina de una calidad alta y, sobre todo, un servicio atento e informado, ya te sitúan en un espacio de más nivel de lo habitual.

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El Quinto Elemento es un bar con aspiraciones de restaurante. Es como el hermano pequeño que quiere crecer. A pesar de tener un comedor pequeño, con media docena de mesas, la carta y, como digo, el servicio de camareros, resuelven con solvencia la experiencia. En la carta, los clásicos de la cocina tradicional. Pero, de repente, almejas y gamba roja con piñones en su propia salsa, mejillones naturales en escabeche, caballitos dobles rebozados en panko con salsa kimchi, una carta breve con algunos de los platos de sushi más recomendados y un abanico de carnes de todo tipo para quien quiere terminar con un buen chuletón al centro.

El Quinto Elemento

  • Dirección: C/ Las Tejeras (junto al campo de fútbol).

  • Teléfono: 608 232 498

  • Horario: Cierra los lunes. Viernes, sábados y domingos desde las 10.00.

  • Precio medio: Unos 35 euros por persona.

Los diferentes tipos de carnes salen a la mesa de la mano del camarero perfectamente envasadas al vacío. Es lógico que, si disponen de solomillo, tibón, entrecot, loma alto y lomo bajo, que solo atemperen la pieza que vamos a consumir, pero en la explicación del camarero sobre las distintas posibilidades, se agradece la interactividad. Los caballitos son dobles y con ese estilo que Manolo Castro –ex de Cosa Fina– le aportó multipliándolos por dos y acompañándolos con una mahonesa de kimchi. Pero el aperitivo por el que volvería andando desde el santuario de la Fuensanta son los mejillones frescos en escabeche. La cebolla, la zanahoria y las especias como el laurel y la nuez moscada, completan un caldo que, sin bromas, me lo como a cucharadas. El marisco, los fines de semana. Ostras, cigalas y gambas a un precio razonable.

La carne no hay posibilidad de hacerla a la brasa. Pero, marcada a la plancha, el camarero saca las piezas trinchadas para que las termines en un plato cerámico que previamente ha metido en el horno. Como carne a la piedra, vamos. El punto de sal se lo das tú y dejas la carne el tiempo que desees para que se cocina en mayor o menos medida. En Los Garres, sí.

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