Minuto 90, alta cocina en la banda
Este restaurante mezcla elaboraciones de autor y servicio de altas pretensiones con vistas al campo de fútbol del Cartagonova y una decoración de 'sport bar' que descoloca
El cóctel de variables que se dan en el restaurante Minuto 90, regentado por los del hotel Los Habaneros, consigue unir tres conceptos tan dispares ... como –al parecer por la afluencia de público de los fines de semana– efectivos. El local está dentro del propio estadio de fútbol Cartagonova, y al entrar impresiona ver el verde del césped con el blanquinegro de los colores corporativos del equipo de la ciudad. Unas mesas altas al entrar y un comedor con varias bajas con mantel individual y frases de ánimo para la afición futbolística. A mí me recuerda a un 'sport bar' donde acudir con los colegas a ver el partido, tomar unas cañas y arreglar este mundo de inflaciones, impuestos y guerras sin sentido.
Pero no. La experiencia da un giro inesperado cuando llega la carta a mis manos, aunque tengo que decir que el recibimiento y el trato de la camarera es de tal nivel que me hace sospechar de que no estoy en un 'sport bar' cualquiera, sino que aquí hay algo más.
La carta se divide en calentamiento, primer tiempo, segundo tiempo y minutos de descuento. Todo muy 'Kings League'. Jamón ibérico, tartar de carabineros con gazpacho de frambuesa y aire de sus cabezas; steak tartar de wagyu; gyozas de pulpo con emulsión de pimentón; habichuelas con cerdo; pescado de lonja y tataki de chato en escabeche de setas y ajo blanco de melón, entre otras muchas cosas.
Muy rica la cigala sobre carrillera de merluza y sorprendente el Wellington de tarantelo
El servicio es atento, a la altura del estilo de los platos. El primer golpe de efecto es el aperitivo de la casa, que consiste en una espuma de gin tónic con berberechos y las 'sferificaciones' de aceitunas de los Adrià. El siguiente plato es un corte de atún lacado. Me viene a la cabeza aquel rape lacado de Dabiz Muñoz allá por el 2010 que cuestionaba las leyes de la naturaleza por ser una técnica aplicada a la carne y no al pescado. Pero en este caso, más que lacado, es pintado. El atún ha sido pintado o macerado y porta unas verduritas a modo de crujiente. Buen producto, aunque no aprecie el lacado. Al lado, un 'Bloody Mary' suavecito que va muy bien con el atún.
Muy ricos encuentro la cigala sobre carrillera de merluza en salsa verde de hinojo y un sorprendente Wellingtong de tarantelo, una de las partes del atún. El primero es un plato que muestra el poderío de producto del local, la técnica en la cocina y el equilibrio del cocinero a la hora de trabajar con productos tan delicados y napados con una salsa que, teniendo su protagonismo, unifica cada elemento en un sabor delicioso. El segundo es otro alarde de técnica para dejar el pescado en su punto sin dejar crudo el hojaldre, y una combinación arriesgada, pero efectiva, con una salsa de setas y su propia demiglase. Dos grandes platos.
El tartar de atún también es un buen plato. Sale de cocina sobre un alga nori crujient y los cortes de atún se entremezclan con aguacate y mango. Bien aliñado y muy buen producto. Los rollitos de pulpo con panceta, salsa de aceituna, chipotle y piparra es un doble salto mortal con carpado. No porque el pulpo y el cerdo no vayan, sino porque mechar la pata del bicho con cerdo me parece innecesario. Las salsas, otra vez, magníficas. Del mismo modo, las sepietas en su tinta podrían mejorar si pasaran por la plancha como se cocinan de forma tradicional. Sin más historias. La textura de lo que parece un confitado no termina de ser mi preferida.
De postre, un asiático y la sensación de que Minuto 90 tiene un equipo capaz de hacer en cocina y en sala auténticas maravillas, pero que el mobiliario y la decoración del local se les queda corto. Volveré.
Minuto 90
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Dirección: Estadio Municipal Cartagonova.
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Teléfono: 868 168 666.
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Horario: Cierra lunes y martes todo el día, y miércoles y jueves por las noches.
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Precio medio: 45 euros el menú degustación.
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