Emiliano Carrillo: «Quiero disfrutar de la fiesta como si fuera un niño»
El economista murciano ya ha recibido 'encargos' de amigos y familiares para que les guarde «un balón y un pito»
«Aterrizando, estoy como en una nube». Así lleva Emiliano Carrillo (Murcia, 55 años) desde que se enteró de que había sido elegido Gran Pez, ... pero sobre todo desde que se ha hecho público. Una ilusión a raudales que este economista, empresario y asesor tributario comparte con toda su familia.
-¿Alguna vez se le había pasado por la cabeza ser el Gran Pez?
-Ser nombrado Gran Pez significa responder a esa pregunta que no pocas veces me he hecho, de si alguna vez podría ser elegido; y a la vez contestarme que por qué no. Aunque al principio pensé que era una broma. Es una ilusión enorme que quiero mantener todos los días.
-En estas horas habrá recibido muchos mensajes de conocidos y familiares.
-El más repetido es «guárdame un pito y un balón» (ríe); y muchas felicitaciones. Llevo ya una noche sin dormir, y me imagino que no será la única. Lo cierto es que desde que me lo comunicaron tanto mis hijos como mi mujer y mis padres hemos aguantado como hemos podido para que no se nos escapara… Ha sido difícil.
-¿Qué impronta espera que defina su paso por este personaje?
-Yo, por un lado, quiero rescatar al niño que fui y disfrutar la fiesta como solo ellos saben hacerlo, con ese corazón puro. Quiero ser un disfrutón. Y, a la misma vez, creo que mi papel también debe ser el de trasladar, mostrar al resto del mundo, la grandeza de nuestro Entierro de la Sardina y de nuestra Región. Yo ya he empezado a mandarles a nuestros clientes de fuera mensajes para que vean lo que es el Entierro y han empezado a navegar por las redes para conocerlo. En definitiva, espero que a Encarna y a mí se nos recuerde como 'disfrutones' de la fiesta, pero también como buenos embajadores.
-¿Hay algo que siendo mero espectador ha pensado que le gustaría que el Entierro incorporara?
-Cuando estás en el otro lado de la barrera, lo que piensas es que nadie, ni niños ni personas mayores, se debería quedar sin ningún recuerdo o juguete, e incluso sin ese pito, por poco valor económico que tenga, por la ilusión que supone recibirlo. Por eso me he ofrecido a acudir a todas las visitas que la Agrupación tenga previstas a residencias o asociaciones, y compartir ese espíritu sardinero de repartir ilusión. Eso me va a hacer muy feliz.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión