Un punto para volver a soñar

Sin embargo, cuando la desazón se apoderaba de los resignados aficionados albinegros y el botón del pánico había sido pulsado entre la Efesemanía, resucitó el Efesé. Fue en El Molinón, donde nadie ha ganado en esta liga. Y qué poco le faltó al Cartagena. Un trallazo de David Simón que dio en el poste pudo dar los tres puntos a los de Luis Carrión, quien fue capaz de devolver la identidad al Cartagena. Compitió por fin el conjunto blanquinegro, tras un enero horrible. Ya no eran solamente las derrotas. No se trataba de la incapacidad para puntuar, fuera quien fuera el rival. El drama era que el equipo ya no competía. Nunca dejaba a cero su portería y con el primer soplido se iba a la lona.

Salió el sol en Gijón, donde no estaban Ablanedo, Castro, Cundi, Abelardo, Maceda, Mesa, Ciriaco, Jiménez, Joaquín, Luis Enrique, David Villa Ferrero ni el legendario Quini. Obviamente al Sporting le sucede lo mismo que a otros históricos de nuestro fútbol en horas bajas. Las deudas casi lo devoran y ahora toca mirar a la cantera y dar pasos cortitos. Pero los Mariño, Babin, Gragera, Pedro Díaz, Manu García, Djuka y compañía forman un estupendo equipo, de los mejores que hay este curso en Segunda.

Por eso tiene más mérito el punto logrado por un Cartagena que llegó sonado a El Molinón y se marchó reforzado, convencido de una vez por todas de que hay solución para sus problemas. Pasar de tener 20 a 21 puntos no cambia nada. Pero el estado de ánimo varía por completo tras 90 minutos en los que los visitantes estuvieron casi siempre más cerca de la victoria que de la derrota. Viniendo de donde veníamos, eso es mucho.

Y eso que el inicio no fue esperanzador. Ni mucho menos. Pedro Díaz exploró un boquete entre Navas y Datkovic y se quedó solo delante del debutante Chichizola. Menos mal que controló mal, se escoró y perdió la opción de rematar. Su centro al área pequeña le despejó De la Bella. Estábamos en el segundo 30 de partido y había que ponerse a temblar, a tenor de los antecedentes. Pero esa jugada fue una anécdota. Desde ese momento, los dos centrales del Cartagena dieron un recital, imponiéndose a Djuka y Manu García en todo momento y dando calma a sus compañeros. Especialmente alentador fue el debut de Navas.

El Cartagena fue creciendo en el partido y Rubén Castro, tras un soberbio envío del capitán Elady (estrenó por fin el brazalete), se sacó de la manga un zurdazo cruzado que asustó a Mariño. Cumic, con una buena maniobra, metió el miedo en el cuerpo a los albinegros. Su disparo hizo saltar por los aires la toalla de Chichizola, que estaba junto al poste. López Toca, un rato antes, había empezado a sacar tarjetas y los de Carrión se fueron del juego por unos momentos. Cada falta era amarilla. La vieron Datkovic, Gallar, David Simón y Jurado y la sensación era que sería difícil que el Efesé acabara el partido con once futbolistas.

Tras el descanso dio un paso adelante el Efesé y, para sorpresa de un Sporting tremendamente plano, Carrasquilla se adueñó de la pelota. Mejoró el conjunto visitante en todas sus líneas. Amos de su parcela Navas y Datkovic, bullicioso De Blasis, intenso Jurado y jerárquico Carrasquilla, solo faltó un poco más de clarividencia cerca del área, donde Gallar, Elady y Rubén Castro no terminaron de conectar a la perfección en ningún ataque. También se echó en falta que alguna de las innumerables incursiones de David Simón por la derecha acabara con un centro de calidad. Le faltó ese al incombustible lateral canario.

Sin noticias de los delanteros locales, Carrasquilla y Jurado probaron a Mariño desde lejos. A la tercera, con ese potente derechazo de David Simón que dio en el poste, casi llega el 0-1. No se conformó con el punto el Cartagena, ya que Rubén Castro y Elady, con otros dos remates llenos de intención, se acercaron al gol. Curiosamente, aunque el equipo que estaba cargado de tarjetas era el visitante, fueron los locales los que se quedaron con uno menos.

En un lance absurdo, tras una falta de Aitor a Cayarga cerca del banderín de córner, el extremo del Sporting soltó un taco. El asistente entendió que iba dirigido a él y avisó al árbitro. López Toca le sacó la roja directa a Aitor, que acababa de entrar. Alegaba el '7' rojiblanco que estaba hablando consigo mismo y pidió clemencia. De nada le sirvió. Quedaban doce minutos para que los albinegros se fueran con todo a por los tres puntos. Pero lo cierto es que la única ocasión en el tramo final fue del Sporting. Manu García, solo en el punto de penalti, chutó a las nubes. Acabó el Sporting defendiendo el punto encerrado en su área, pero al Cartagena le faltó algo de atrevimiento.