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Kevin Sánchez celebrando su gol ante el Tarazona. J. M. Rodríguez / AGM
Fútbol

El Cartagena aleja los fantasmas en el Cartagonova

Kevin y Chiki tumban al modesto Tarazona con dos chispazos en un partido en el que De Blasis es la brújula de un equipo que olvida la derrota en Sanlúcar

Domingo, 5 de octubre 2025, 20:55

En el día que se conmemoraba el 418º aniversario de la creación de la provincia marítima de Cartagena, una de las pocas cosas que unen ... a todos los que habitamos en esta ciudad de pasado esplendoroso, presente extraño y futuro incierto, el estadio Cartagonova vivió una de esas tardes que tantas veces ha vivido desde que abrió sus puertas en febrero de 1988. La única novedad estaba en el rival, un Tarazona que por vez primera visitaba el recinto de Benipila.

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El resto fue lo de siempre, lo de toda la vida: un partido con apenas 5.000 espectadores en las gradas, un rival de escaso bagaje, un par de sustos al empezar para activar al personal, algunos chispazos de calidad en los locales, tres puntos trabajados que se quedan en casa y otro sorbo de ilusión pensando en un ascenso que posiblemente no llegue a producirse nunca. O sí. Pero eso lo sabremos cuando estemos recibiendo al verano de 2026. A este de 2025, aunque no quiere irse del todo, ya lo estamos despidiendo. Otro clásico por esta tierra en la que el sol nunca se cansa de apretar.

FC Cartagena

Iván Martínez; Marc Jurado, Rubén Serrano, Imanol Baz, Nacho (Nil Jiménez, 79); De Blasis, Edgar Alcañiz (Fidalgo, 59); Ander Martín (Calderón, 59), Luismi Redondo, Kevin Sánchez (Diego Gómez, 69); y Chiki (Ortuño, 69).

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Tarazona

Amigo; Ángel López, Trilles, Traoré (Andrés Borge, 45), Chechu Martínez; Neto, Carrasco (Toni Ramón, 81), Vaquero (Imanol, 72); Armero (Castroverde, 61), Agüero (David Soto, 61) y Busi.

  • Goles: 1-0, min. 31: Kevin Sánchez. 2-0, min. 34: Chiki. 3-0, min. 74: Ortuño.

  • Árbitro: Manrique Antequera. Amarillas al local Edgar Alcañiz y a los visitantes Agüero y Carrasco.

  • Estadio: Cartagonova. 4.927 espectadores.

En los minutos previos al partido, móviles en vehículos estacionados en la explanada del estadio, móviles en la grada y móviles hasta en las cabinas de prensa. Móviles haciendo de televisores de formato reducido. Móviles y más móviles en este mundo donde sobran pantallas y faltan conversaciones. Todos comprobando cómo el Barça se la pegaba en el Sánchez Pizjuán, claro. Y muy pocos comentando la alineación de Javi Rey, que de nuevo venía con novedades significativas. La principal, el cambio bajo palos. Lucho García pagaba los platos rotos del desastre del domingo anterior en Sanlúcar de Barrameda y debutaba como titular Iván Martínez.

Tres sustos

No tuvo un estreno plácido, ni mucho menos, el joven guardameta formado en Tajonar y que viene del Unionistas. Porque las tres primeras veces que el Tarazona pisó el área local le hicieron un lío tremendo. El miedo se pudo sentir en el campo. Los problemas del Efesé para defender acciones a balón parado reaparecieron a las primeras de cambio e Iván Martínez enseñó las mismas dudas mostradas por Lucho García en anteriores jornadas. Traoré marcó para los visitantes en el minuto 5, en una falta lateral en la que el central del Tarazona se adelantó al meta local. El asistente levantó el banderín y el árbitro, tras consultar el FVS, anuló el gol por un fuera de juego dudoso, que por televisión se vio ajustado. Muy ajustado. Mucho.

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En el siguiente córner, otro susto importante. Peinó Armero en el primer palo, Iván Martínez sacó el brazo izquierdo por puro instinto y tuvo la suerte de encontrarse con la pelota. Y en otro saque de esquina, el citado Armero volvió a rematar ante la pasividad de la zaga local y el balón se fue por encima del travesaño. No estaba cómodo el Cartagena, con Edgar Alcañiz y Pablo de Blasis buscando a los de arriba sin encontrarlos y Marc Jurado sufriendo demasiado con un Agüero que percutía una y otra vez. Y hacía bastante daño por ese costado izquierdo del conjunto aragonés. No era el desastre de siete días antes en El Palmar, pero la cosa no funcionaba.

El Efesé abrió el partido como mil veces se abren en esta categoría: saque en largo del portero, pelea entre el central y el delantero que beneficia al delantero, pelota que le cae al jugador más entonado de los 22 que hay sobre el césped y gol. Pidieron los locales falta de Chiki a Trilles, pero no la hubo. Kevin Sánchez tuvo esta vez temple para definir y el 1-0 lo cambió todo. Y el 2-0 vino enseguida. Del miedo a la alegría en tres minutos.

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La descarga de Chiki para Luismi Redondo fue excelente y después la clave era que el segundo no se precipitara en la asistencia. Y no lo hizo. Esperó el desmarque de su compañero y le devolvió la bola en el momento exacto. El ariete catalán, que quiere reivindicarse en el Efesé tras su año negro en Ferrol, definió perfectamente con la izquierda, cruzando la pelota y batiendo a un Amigo, meta visitante, que no vio venir el arreón albinegro. Todo estaba controlado por el Tarazona... hasta que tres minutos más tarde dejó de estarlo.

Sin reacción

Con el 2-0 acabó el partido. Estaba ya claro que los tres puntos se quedarían en casa y que el equipo de Javi Rey alcanzaría al Atlético Madrileño y al Europa en lo más alto de la clasificación. El Tarazona se rindió y no dio muestras de poder acercarse ni siquiera en el marcador. El tercero de los albinegros, comandados por un Pablo de Blasis que con viento a favor fue creciendo en el encuentro para acabar dando un recital, estuvo siempre más cerca que el gol de los visitantes. Lo tuvieron Chiki y Luismi Redondo. Pero la tarde, que estaba para recuperar gente para la causa, necesitaba la aparición de un tipo como Alfredo Ortuño.

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Era un choque y un momento ideal para que el ariete yeclano, que hace quince días contra el Hércules había asistido a De Blasis en el gol del triunfo, se reencontrara con el gol. Y lo hizo al poco de entrar al deteriorado terreno de juego del Cartagonova. Llevaba 17 meses sin marcar en liga y lo hizo a su manera. No embocó el centro de Calderón a la primera, pero insistió, cazó el rechace y le dio el balón con todo, en una media chilena marca de la casa que le sirvió para alejar todos los fantasmas que le han perseguido durante demasiado tiempo. Ni siquiera lo celebró.

La gente, en cambio, acabó pasándoselo en grande, haciendo incluso la ola y recuperando el orgullo y la fe perdida en su equipo. De Blasis tuvo el cuarto para haber redondeado la fiesta. Fue un Cartagena notable a partir del 2-0. Y es un Cartagena fiable en casa. Tres victorias en tres partidos en el Cartagonova. Toca mejorar como visitante.

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