Rosquillas Artesanas Frasquito respeta el sabor a tradición y calidad en cada bocado
La empresa familiar, con más de un siglo de inspiración panadera, elabora únicamente rosquillas y lágrimas de trigo que causan sensación en la hostelería española y europea
Benito Maestre
Abarán
Lunes, 28 de julio 2025
La rosquilla es, sin duda, uno de los alimentos más arraigados y representativos de la gastronomía de la Región de Murcia, dado que es la base de la tapa más popular de esta tierra. El éxito de la famosa marinera, amén de la ensaladilla y anchoa o boquerón (entonces se denomina marinero), radica en la rosquilla, que debe cumplir una serie de requisitos para que sea perfecta, porque las apariencias pueden dar lugar a engaño. Desde la empresa murciana Rosquillas Artesanas Frasquito, reiteran que una buena rosquilla ha de reunir su característico sabor y textura, además de ser crujiente y resistente, pero no excesivamente dura.
Esta compañía de Abarán se ha consagrado como una auténtica institución en la fabricación de este manjar a nivel regional y nacional, gracias a su extensa trayectoria, su compromiso irrenunciable a la calidad y su servicio profesional hacia su amplia cartera de clientes.
La especialización es uno de los puntos fuertes de Rosquillas Artesanas Frasquito, ya que su catálogo de productos se compone únicamente de dos referencias: rosquillas de trigo y lágrimas de trigo, que también están disponibles en versión integral. «La clave para asegurar su sabor y textura a lo largo de los años son sus ingredientes de primera calidad», revela Joaquín Martínez López, actual gerente de Rosquillas Artesanas Frasquito, añadiendo que mantienen los mismos proveedores desde hace más de 50 años. A esto se suma el proceso de producción de las rosquillas, que está estratégicamente pautado para que todas las unidades presenten la misma forma y un color perfecto.
«Estamos a disposición de nuestros clientes las 24 horas, los 365 días del año», afirma el gerente Martínez López
Los orígenes de esta empresa familiar en el sector panadero se remontan a 1921. Tiempo después, en 1977, introdujeron la elaboración de rosquillas artesanas, que se ha convertido, desde 2003, en su principal y única línea de producción. «Desde el principio le hemos dado mucha importancia al servicio al cliente, haciéndole llegar el producto lo más rápido posible y con la mejor calidad», asegura el directivo. Este nivel de excelencia lo consigue, entre otros motivos, por la alta rotación de producto, lo que supone que «nuestras rosquillas llegan prácticamente recién hechas a nuestros clientes», acentúa, antes de remarcar que «siempre estamos a su disposición las 24 horas, los 365 días al año».
Rosquillas Artesanas Frasquito tiene una fuerte presencia en el sector de la restauración de la Región de Murcia y las provincias limítrofes de Alicante y Almería, además de otros puntos de España e incluso de Europa. Los clientes (bares, restaurantes, familias) pueden ponerse en contacto con la marca murciana, a través de su página web, y gestionar sus pedidos, que les serán enviados mediante una empresa de mercancías.
Al respecto, la compañía abanera dispone de una estratégica red de distribución para garantizar que todos los pedidos se entregan en tiempo y forma a sus destinatarios. Históricamente, este trabajo lo desempeñaba el propio negocio familiar, pero la gran demanda ha obligado a externalizar el servicio. Otras mejoras que contempla la hoja de ruta de Rosquillas Artesanas Frasquito son el traslado a unas nuevas instalaciones con más capacidad para ampliar su catálogo de productos. «Queremos ser una empresa instaurada a nivel nacional y que nuestros productos sean conocidos ya no solo en la Región de Murcia, sino en toda España, y se coman rosquillas en la mayoría de bares de España, y en eso es en lo que estamos trabajando», apostilla Joaquín Martínez.
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De padre a hijo
Joaquín Martínez López, gerente de Rosquillas Artesanas Frasquito, le debe todo lo que sabe a su padre, Joaquín Santiago Martínez Gómez, un enamorado del mundo de la panadería que lleva toda una vida entre hornos. Pero su rápida capacidad de respuesta y su tino para los negocios, le hicieron dar el salto a la fabricación de rosquillas en exclusiva en 2003, coincidiendo con el boom del pan congelado. «Gracias a su incansable trabajo y pasión por lo que hacía, nos ha llevado hasta lo que hoy somos», se deshace en halagos el hijo, quien le agradece públicamente que le haya inculcado su entrega, valores y ganas de seguir mejorando y avanzando en este negocio.
Más información en rosquillasartesanasfrasquito.es
