La política tiene mucho de casquería, que tan de moda han puesto algunos restaurantes de notable fama y sobresaliente cuenta. Politólogos y psicólogos coinciden en ... que vivimos tiempos donde la emoción impera frente a la razón. Ahí tienen al Sánchez epistolar. Los partidos extienden sus enfrentamientos domésticos, bien sazonados de crispación y desfachatez, a la campaña de las europeas para convertir los votos del domingo en un plebiscito cuyos resultados serán interpretados al gusto a partir del lunes. Lo veremos.
Esos mismos partidos que desde hace tiempo nos llevan por el camino de la visceralidad en lugar de procurar que quien acude al colegio electoral lo haga informado y consecuente con la papeleta que deposita en la urna. Apuestan doble por el populismo y el enfrentamiento mientras sus ejércitos de agitadores se atizan sin compasión ni vergüenza, cebando en redes sociales a forofos y extremistas. No es extraño que haya jóvenes que creen que la política siempre fue sectaria y frentista. Se equivocan. Una vez hubo más sesos que entrañas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión