Trinitario Casanova vuelve a alertar de que el Edificio España de Madrid está en riesgo de derrumbe
El Grupo Baraka, con sede en Murcia, solicita al nuevo equipo de Gobierno municipal la paralización de las obras en este emplazamiento, en el que Riu prevé abrir un hotel con zona comercial
efe
Miércoles, 19 de junio 2019, 18:18
El Grupo Baraka, del empresario Trinatario Casanova, con sede en Murcia, solicitó este miércoles al nuevo equipo de Gobierno municipal la paralización por riesgo de derrumbe de las obras del Edificio España, en el que Riu prevé abrir un hotel con zona comercial. En un comunicado, el grupo alerta de «la gravedad» de las obras «mal ejecutadas» del inmueble en base a un informe del Instituto Técnico de Materiales y Construcciones, contratado por el grupo murciano para peritar los trabajos de remodelación, que advierte «del riesgo de derrumbe de su fachada».
«Basta con que se caiga un ladrillo desde diez pisos para que mate a una persona», señala el informe, que añade que en España ha habido más de diez muertos en los últimos diez años por desprendimiento de fachada. Baraka solicitó nuevamente la paralización de las obras del Edificio España, ya lo hizo en octubre del año pasado y ante los juzgados de primera instancia de la capital por la negativa de Riu, propietaria del inmueble, de llevar a cabo trabajos de refuerzo, denunciando al grupo hotelero por primer la reducción de costes a la seguridad.
El Juzgado de Primera Instancia número 67 de Madrid acordó suspender inmediatamente las obras ante el riesgo que alegaba Baraka, que vendió en junio de 2017 el edificio a Riu después de comprárselo a la empresa china Delian Wanda por 272 millones de euros. Unos meses más tarde, el juzgado levantó esa suspensión. La juez consideró que el contrato suscrito entre las partes solo encomienda a Baraka los trabajos de comercialización de la parte comercial a cambio de una comisión y remarcó que el grupo murciano no aportó prueba alguna que justificara esa posesión ni un derecho de uso.
Riu vio en esa acción de Baraka un intento de «entorpecer» la actividad de la cadena hotelera «sin ningún fundamento legítimo», y que calificó como «maniobra injustificada» para dificultar el normal transcurso de las obras. Este rascacielos de 27 plantas inaugurado en 1953, obra de los hermanos Otamendi y cerrado durante los últimos 12 años, reabrirá con 585 habitaciones -parte de ellas en julio-, una azotea con vistas 360º y un espacio de negocios de 3.000 metros cuadrados, que llega a 5.000 al sumar las zonas de hostelería.