El sector del calzado afronta una etapa de parálisis tras crecer un 25% en diez años

Sin duda, una cifras importantes, tal y como recoge el informe anual de 2023 de la Federación del Industrias del Calzado Español (Fice), donde se refrenda el importante salto dado por este sector manufacturero en la Comunidad, marcado por una larga tradición, pero que tampoco pueden ocultar la realidad del retroceso experimentado en el último año y las difíciles previsiones para este 2024. De modo que se empieza a asumir que esta parálisis traerá otro ejercicio de «travesía» en espera de una reactivación en 2025.

Así lo reconoce a LA VERDAD el secretario general de la Asociación de Industrias del Calzado y Alpargatas de la Región Calzia, Salvador Gómez, que integra a medio centenar de empresas, entre las que destacan las ubicadas en la comarca del Noroeste. «Sufrimos una caída de pedidos por varios motivos. Por un lado, la indigestión en el mercado con toda la sobreproducción que se acumuló en los años de la pandemia y de la postpandemia; y luego el impacto de los cambios meteorológicos que afectaron negativamente en las últimas temporadas, tanto en las de invierno como las de verano, ya que tanto el frío como el calor llegaron a destiempo».

Hay que tener en cuenta que el tejido regional del calzado se concentra, principalmente, en los municipios de Caravaca de la Cruz, Lorca, Cehegín, Alhama de Murcia, Abanilla y Yecla. Precisamente, en el municipio del Altiplano destaca la presencia de la gran marca de referencia Xti, con un volumen de facturación que ronda los 60 millones de euros. Del total de firmas, un 80% elaboran zapatos, zapatillas, deportivas y sandalias. Pero es destacable el producto tradicional de suelas de alpargatas y trenzados de yute. Mientras que el resto del sector se dedica a fabricar componentes, como cueros, suelas, empeines, plantillas, tacones y cuñas de corcho.

El número de trabajadores en la industria del calzado y anexos se sitúa en unos 1.650 ocupados en la Comunidad, según datos de la Seguridad Social al cierre de 2023, lo que supuso un descenso de cotizantes del 7,84% en relación al año anterior. Pero también existe un volumen relevante de actividad dentro de la denominada economía sumergida.

En relación a la evolución más reciente, en términos de producción el sector del calzado enfiló la recuperación a lo largo de 2021 y 2022, tras el parón sufrido con la covid-19, tal como se recoge en el análisis de la patronal nacional, sin embargo en la pasada anualidad se experimentó una caída global de la producción de alrededor del 17% con respecto al ejercicio anterior en España. Un realidad enmarcada en una caída relevante de los pedidos.

«Sufrimos un encarecimiento de los costes en general que nos hace perder competitividad internacional. Cuando nuestras empresas salen fuera, al final tenemos que enfrentarnos con los competidores de Italia, Portugal y Turquía. Por ejemplo, la subida de los coste laborales en España son mayores, sobre todo por las cotizaciones sociales», advierte Gómez.

Es incuestionable, más allá del ámbito regional, que la industria del calzado español ha perdido progresivamente operadores en los últimos años. Según el Directorio Central de Empresas del INE, a 1 de enero de 2022 el sector del calzado sumaba 2.975 sociedades activas en el país, el valor mínimo desde el inicio de la serie estadística, en 2008, cuando se superaron por última vez las 4.000 firmas.