El precio del aceite de oliva se duplica y los productores avisan de que irá a más
La sequía ha mermado la producción y ha bajado la oferta, pero la demanda se mantiene y se ha encarecido el producto. Hoy se paga el litro a más de 6 euros
El aceite de oliva es hoy más que nunca oro líquido. El litro de marca blanca se paga desde 6,45 euros y la garrafa de cinco litros supera los 34 euros. Los precios se han duplicado de una campaña a otra. Y lo que queda. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) Jumilla alerta de que en el mercado no hay mucha oferta y los precios van a seguir subiendo, explica Antonia Cruz.
La causa hay que buscarla en la sequía, que ha hundido la producción. Hay más demanda que oferta en el mercado y, por tanto, el aceite se encarece.
«Los precios seguirán subiendo porque no hay producto», añaden desde COAG Jumilla, conocedores de la situación de 11.000 explotaciones de la Región, muchas con pequeñas superficies de aprovechamientos tradicional y familiar. De las 17.000 hectáreas de olivar que hay en la Región, la mitad está en el Altiplano. Las zonas más tradicionales son Jumilla, Yecla, Moratalla, Caravaca, Cehegín, Lorca, Totana y Alhama de Murcia.
A la caza de las ofertas
Raúl, aficionado a la cocina, explica que el año pasado compraba la garrafa de aceite de oliva artesanal a 25 euros (a 5 euros el litro) y ahora le sale por 35 euros, a 7,5 euros el litro. «¿Por qué crees que tiene tanto éxito la freidora de aire? Porque consume menos aceite. El de girasol también ha subido. Solo compro aceite cuando veo una oferta de 3x2, y en lugar de garrafas, compro botellas de litro».
María de los Ángeles Navarro, ama de casa de Murcia, reconoce que el aceite de oliva ha subido muchísimo porque se ha puesto «casi a 10 euros el litro». Sin embargo, ella no ha recortado el consumo porque asegura que le es muy difícil hacerlo. «Acabo de hacer un gazpacho, pero mis normas son mis normas y que sea lo que Dios quiera. En esto no puedo. Sigo fiel a mis marcas, a mi virgen extra. Procuro freír menos, eso sí, y comer cosas más en crudo. He notado la subida, pero sigo mi ritmo. A lo mejor en otra cosa miro, pero en el aceite, no», señala.
A corto plazo, en opinión de COAG Jumilla, no hay solución a la subida de precios. La sequía está sometiendo a los olivos a mucho estrés hídrico. Si la meteorología sigue como está, el año que viene los árboles se van a resentir porque eliminan el fruto para salvarse. La única salida pasaría por comprar producto de terceros países.
Vamos a pagar más caro
Y sobre este posible cambio de comportamiento del consumidor alerta Rafael Pico, director general de la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva y Orujo (Asoliva) porque con la evolución de los precios, «la tentación de irse a los aceites vegetales es grande». También la de pasarse a mercados más de precios que de marcas, como el de Marruecos, Túnez o Turquía.
«Todo esto perjudica al sector» porque, como le dijo hace poco un cooperativista, el problema de España, primer productor mundial, es que no hay producción porque la sequía y la falta de lluvias dieron una cosecha corta. De ahí que el precio en origen haya subido un 50% y, con todas las precauciones, dice que si el tiempo no cambia, el aceite «se va a pagar más caro».
No obstante, según agencias de meteorología americanas consultadas desde Asoliva, todo apunta a que septiembre será húmedo. «Esa es una buena noticia para todos. Vamos a ver si es verdad porque de lo contrario la próxima producción será difícil».
«Que en un segundo año venga una situación como la de este será malo para todos, pero especialmente para el consumidor», añadió el director general de una asociación que aglutina al 90% de las empresas exportadoras de aceite en nuestro país.
La situación de los precios actuales del aceite de oliva la resume Primitivo Fernández, director de la Asociación de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierca). Él la ve «inquietante» porque a la cosecha de este año se puede sumar «una próxima que tiene indicios de que no será buena», dijo. «Tenemos una pequeña esperanza: anuncian cambio de ciclo y lluvias en otoño», añade.
Fernández achaca la subida de los precios no solo a la sequía sino también a las altas temperaturas que han hecho que las flores caigan. Las que fructificaron en el árbol, si llueve, darán una cosecha.
Como dependemos del tiempo, Fernández cree que «la situación es de mucha tensión» porque falta aceite en España. «Las disponibilidades son cortas y a eso hay que sumar la subida de los costes del plástico, el cartón, la energía y los del agricultor», recalca el director de Anierca, que agrupa a 60 empresas productoras de más del 70% del volumen de aceite envasado para el mercado interior. Entre ellas, la murciana Aceites Manzano.
Agricultores y fabricantes no ven ninguna solución: «Dependemos del tiempo»
La situación de los olivares ha disparado los precios respecto a la campaña anterior un 98,8% a nivel nacional. «La peor noticia es que en esta campaña el aceite de oliva seguirá subiendo sus precios, por la bajada de producción originada por la prolongada sequía que hemos sufrido», añade Antonia Cruz, de COAG Jumilla, convencida de que «dependemos del tiempo» y si no llueve no hay nada que hacer. Sin embargo, ella se queja de que paradójicamente el Ministerio de Agricultura, en su Decreto de Sequía ha dejado fuera al olivar y al viñedo como cultivos afectados por la sequía, algo que considera «una discriminación hacia los cultivos tradicionales y sustentadores de la economía y del empleo rural».
Desde Grupo Lucas, productor local de Aceite Lucas, coinciden en señalar que a los precios de la Región les afecta el precio nacional, influenciado por la falta de lluvias. «Los cultivos de secano estos últimos años no están produciendo. Menor oferta implica subida de precios, a lo que hay que añadir el aumento de los costes de producción», señalan desde la empresa de El Raal (Murcia). Asimismo explican que a corto plazo no ven ninguna solución. «El aceite de calidad solo se obtiene de una forma: de olivos de calidad bien cuidados y con un riego óptimo y eso tiene su coste», señalan.
En 2022, el consumo de aceite de oliva descendió en España pese a que creció el gasto por litro. Según recoge el informe mes a mes sobre el consumo de aceite de oliva, que elabora el Ministerio de Agricultura, los hogares españoles consumieron 532,6 millones de litros de aceite en diciembre de 2021, frente a los 476,6 del mismo mes de 2022. Paralelamente el gasto pasó de 1,4 millones a 1,7 millones el año pasado. Consumimos menos, pero pagamos más.
