Cementos La Cruz, la empresa murciana que lucha contra el cambio climático con un aliado clave: la innovación

Desde el corazón de la región de Murcia, se erige la planta de Cementos La Cruz, que debe su nombre a la patrona del pueblo de Abanilla, símbolo de la cultura local. Sin embargo, esta empresa, que está a las puertas de cumplir un cuarto de siglo, ha logrado romper esas barreras para posicionarse tanto nacional como internacionalmente.

No es fácil irrumpir en el sector de la construcción. Y menos mantenerse. Es un mundo liderado por grandes empresas que llevan tiempo pisando fuerte y dominando el mercado. Entonces, ¿cuál es la fórmula de Cementos La Cruz? Su apuesta por la sostenibilidad y su lucha contra el cambio climático, para la que cuenta con un aliado estratégico: la innovación.

En ese sentido, Cementos La Cruz ha trazado una hoja de ruta que aplica como un mantra, o leitmotiv, basado en cuatro pilares para el desarrollo de 'cementos responsables': economía circular, descarbonización, digitalización e impresión 3D de hormigón. Dos datos que ilustran esta declaración de intereses: el 20% de la plantilla trabaja ya en Innovación y la compañía invierte el 2,5% de su facturación en I+D.

Basado en lo anterior, el consumo de energía de Cementos La Cruz proviene de fuentes 100% renovables. Además, han incorporado la economía circular en toda su gama de productos, como cementos, morteros y hormigones.

De la mano del proceso de transformación digital, desde hace unos años han impulsado su laboratorio que cuenta con una impresora 3D de hormigón. Con ella, están investigando la formulación de nuevos cementos que permitan la construcción más avanzada. Hablamos de nuevos materiales imprimibles y procesos constructivos que, en parte, sustituirán a la construcción artesanal tal como la conocemos hasta ahora favoreciendo la construcción industrializada que se perfila como una solución y un apoyo a la falta de mano de obra ya la escasez de oferta de vivienda..

«Hemos logrado mejorar la eficiencia energética de nuestros procesos para reducir hasta un 70% nuestra huella de carbono, en línea con las normativas internacionales y el seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU», comenta su director general, Juan Luis Porrúa.

El cemento es la base que le da solidez a cualquier construcción. Lo mismo pasa con esta compañía y el programa de formación continua para su plantilla, una búsqueda del equilibrio entre la obtención de un producto de máxima calidad y su fabricación del modo más eficiente y sostenible posible.

Una apuesta, la de la innovación, que exige, cada vez más, trabajadores altamente capacitados. De hecho, su departamento de I+D investiga cómo incorporar la economía circular en todos sus nuevos materiales, empleando residuos como las cenizas de biomasa o los áridos reciclados de edificios demolidos. Por otro lado, tienen previstas inversiones importantes sobre nuevas instalaciones industriales adaptadas a la fabricación de nuevos cementos sostenibles.

En ese contexto, el consejero delegado, Antonio Ballester, reflexiona desde su oficina: «La construcción tiene una imagen que no se corresponde con la realidad. Nuestro desafío es hacer que el sector sea más atractivo para trabajar, sobre todo de cara a los más jóvenes que deben entender que pueden desarrollar su carrera profesional con las mejores condiciones en un sector tan innovador como es el de la construcción».

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