El acuerdo comercial de la UE y Mercosur amenaza más a los cítricos y la ganadería de la Región de Murcia

Por ello, las alarmas han saltado ya entre las principales organizaciones agrarias y sectoriales, ya que si no se modifican a última hora algunas cláusulas, su puesta en marcha podría conllevar un perjuicio notable en el conjunto del sector agroganadero. De hecho, por lo que ha trascendido se advierte también de una afectación en cereales (maíz), miel, azúcar, productos lácteos y avicultura de carne. Porque la entrada masiva de productos procedentes del Cono Sur americano a un menor coste y sin tantos controles de calidad y seguridad alimentaria supone una competencia desleal, además de arrastrar los precios a la baja.

La coordinadora de agricultores y ganaderos Coag trasladó en el Observatorio de Cítricos de la UE, celebrado el pasado miércoles en Bruselas, su gran preocupación por las importaciones de cítricos transformados de Brasil y Argentina, que se verían muy beneficiadas por esta alianza comercial. Algo que afectaría intensamente al limón murciano. Y aunque es cierto que los efectos directos «se notarían menos en el producto fresco», como reconoce el murciano José Antonio García, director de la interprofesional Ailimpo, que participó también en esa reunión, «sin embargo, impactaría de lleno en el caso de los productos derivados, como zumo concentrado, aceite esencial y cáscara deshidratada». Por consiguiente, los desajustes del ya problemático destino industrial de este producto se verían más afectados y dañarían a la rentabilidad de todo el sector.

En palabras del presidente de Coag en la Región, José Miguel Marín, «esta es la hipocresía de la UE, que mientras nos aplica el Pacto Verde Europeo, ahora resulta que nos van a traer productos que no cumplen de ninguna manera con los requisitos que nos imponen aquí a nosotros».

Porque mientras Mercosur reduciría los aranceles para productos industriales europeos como automóviles, medicamentos, químicos y maquinaria –91% de las mercancías que Europa exporta–, desde la UE se haría lo propio en el 92% de las importaciones de esos países suramericanos, donde claramente predominan los productos primarios,

«Desde hace más de veinte años se viene hablando de este tratado comercial y nunca hubo mucha transparencia por parte de la Comisión Europea ni por los Estados miembros en cuanto al detalle exacto de las líneas arancelarias, hasta que en 2019 empezamos a ver por dónde iba todo y se nos pusieron los pelos de punta al comprobar que el sector agroalimentario iba a ser de nuevo la moneda de cambio», advierte el responsable de Ailimpo.

Así que, indudablemente, se trata de un aspecto «muy negativo para el sector agroalimentario, especialmente para el citrícola», ya que países productores como Argentina «pueden desplazar nuestra consolidación comercial en el mercado europeo», hacen hincapié desde Asaja. Porque esta organización agraria, a cuyo frente en la Región está Alfonso Gálvez como secretario general, tienen claro que «es muy importante que las autoridades europeas se den cuenta de que es necesario una política más proteccionista».

Marín, de Coag, alerta también de que «luego hay un tema importantísimo, como es la sanidad vegetal y animal, puesto que no tenemos más que ver la importación de plagas, que aquí podrían hacer una auténtica ruina». Así que Ailimpo piden centrarse en «el tema de las cláusulas espejo y en las exigencias de los compromisos medioambientales y sociales», debido a que «la negociación está hecha en cuanto al desmantelamiento de los aranceles», indica García.

En la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región (Proexport), su director general, Fernando Gómez, concluye respecto a los efectos del acuerdo con Mercosur que «estaríamos mucho más cómodos con uno que se esforzarse para abrir nuestro sector en EE UU o India, donde existe para nosotros un potencial de crecimiento, pero donde ahora chocamos con barreras arancelarias y de otro tipo».