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Doloroso cierre de año para un UCAM en la UCI
El conjunto universitario cedió por la mínima un desastroso partido contra un Bilbao menos malo para sumar su séptima derrota seguida
Emilio sánchez-bolea
Murcia
Sábado, 28 de diciembre 2019, 21:04
Un equipo que pintaba hace unos meses a divertido se hace cada día más duro de ver. De la segunda parte ante el Baskonia ... quince días atrás se pasó al indigno partido en casa del colista Estudiantes y, lo que parecía el fondo de este equipo, ha dejado este sábado escena para un constante darse de bruces contra el muro bilbaíno, una defensa que terminó por ser un descarado llamamiento a que Booker cediera el balón a un compañero con más vergüenza pero menos confianza para el tiro. El equipo de Sito Alonso no solo es previsible, es carente de toda alternativa ofensiva que no nazca de manos del jugador californiano, que tuvo en sus manos el tiro de la victoria pero que fue escupido por el aro, a lo que siguió un triple errado de Townes -que falló sus nueve lanzamientos- y un palmeo a la desesperada de Luz, también sin éxito.
UCAM Murcia
Luz (6), Booker (25), Rojas (0), Eddie (17) y Tumba (2) -quinteto titular- Townes (0), Corraliza, Lecomte (4), Cate, Durán (0), Hunt (2) y Sakota (0).
56
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57
Retabet Bilbao Basket
Rousselle (3), Martínez (2), Bouteille (20), Sulejmanovic (5) y Balvin (13) -quinteto titular- Brown (8), Rodríguez (2), Schreiner (0), Rigo (0), Cruz, Lammers (4) y Kulboka (0).
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Parciales 19-18, 14-11 (33-29), 7-13 (40-42) y 16-15 (56-57).
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Árbitros Antonio Conde, Vicente Bultó y Martín Caballero.
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Incidencias Palacio de los Deportes de Murcia, 5.506 espectadores. 15ª jornada de la Liga Endesa.
El UCAM cede su séptimo partido seguido para hacer más larga la racha más negativa de la Liga Endesa, mantenerse en un descenso virtual -de estar en la segunda vuelta ocuparía puestos de pérdida de categoría- y dar más motivos para el vaciado a un Palacio que sufre por ocupar sus localidades: 5.506 espectadores fue la entrada registrada en periodo vacacional, con entradas a 10 euros y alicientes como la lluvia de peluches.
El apagar de un UCAM que no despierta continúa de una manera cada vez más alarmante. Sito Alonso sigue haciendo pruebas más por descarte que por convencimiento, y los jugadores de su mayor confianza siguen sin responder. La sensación de un equipo que da palos de ciego se acentúa con el paso de las jornadas, y un partido en el que el porcentaje de acierto en el tiro se situó por debajo del 30% solo contribuye a la decepción de una afición que solo unos meses atrás se las prometía muy felices.
El solo de guitarra de Askia Booker -25 puntos- volvió a ser insuficiente para un equipo al que le urge tener más alternativas ofensivas
Preocupante es, además, ver cómo el equipo se desinfla en un partido que empezó haciendo suyo. El ritmo del inicio, corriendo y tomando valentía sobre conservadurismo, sentaba de perlas a un grupo que debe evitar darle más trabajo a la cabeza que para tomar decisiones rápidas. El temprano 11-5, con dos triples de Eddie, prometedor antes del prematuro atasco.
Sin respuesta de Lecomte
El base belga es una de las grandes decepciones de la temporada, pero pese a compartir posición con dos jugadores más, mantiene la confianza de Sito, que se mantiene a la espera. Desde que Manu Lecomte entrara a 5:37 del final del primer cuarto el UCAM solo sumaría una canasta hasta el triple de Eddie pasados dos minutos y medio de segundo periodo (22-18). Los de Mumbrú no tendrían tampoco su mejor día en el que sería un acuerdo para llevar el partido al museo de los horrores de la Liga Endesa, pero con Balvin haciendo daño por dentro mantendrían el pulso a un UCAM al que Booker volvía a dar velocidad antes del descanso (33-29).
Caja y 1
Cinco de las once canastas de campo encestadas por el UCAM en la primera parte habían sido con la firma de Askia Booker, que encestaría nueve de las veinte totales. En Bilbao lo tenían claro: secar a Booker era secar al UCAM. Con la tela de araña tejida en el tercer cuarto, un equipo visitante que centraba muchos más esfuerzos en la defensa que en el ataque, donde esperaba pacientemente a Bouteille, encontraba la manera de igualar al partido. Desde el 0-2 inicial no había estado por delante, y el 40-42 con el que cerraba el tercer cuarto hacía recorrer un escalofrío por la espalda de cada espectador del Palacio.
La táctica era sencilla. Mantener a un jugador con la asignación defensiva sobre Booker y, el resto, dos pasos hacia atrás de su par para acudir a la ayuda en caso de que el '31' universitario lograra escabullirse del suyo. Algo similar a la clásica 'caja y 1' más propia de categorías amateur.
Nervios en el Palacio
Con la penúltima demostración de que Lecomte no puede jugar según qué minutos, el UCAM tiraba de coraje. La defensa colectiva, especialmente cuando el Bilbao introducía balón interior, era digna de consideración, pero no había consecuencia positiva en el otro aro. Uno que, además, quedaba chapado por Lammers, que puso cuatro tapones en cuatro minutos.
Tras quince minutos de segunda parte el UCAM solo había anotado diez puntos en uno de los peores partidos de baloncesto que el Palacio ha acogido
La defensa sobre Booker obligaba a otros jugadores a asumir tiros, pero nadie parecía preparado para hacerlo. El resumen de tiro del UCAM sin Booker ni Eddie, un revelador 5/31. El efecto contrario se daba en el rival, sabedor de que el equipo de casa estaba entrando en pánico viendo cómo se acercaba otro final apretado y las sensaciones eran negativas: en quince minutos de segunda parte el UCAM llevaba diez puntos (43-48).
Booker intentaría ponerse la capa de superhéroe por enésima vez desde que es jugador del UCAM, y con un poco de ayuda de Hunt y Luz devolvía el partido a una posesión de distancia, a la que entraría por delante el Bilbao al último minuto y medio con un fantástico triple de Bouteille (53-54). Eddie transformaría en tres puntos un mal pase de Booker a 1:06 del final, y la suerte parecía sonreír a los murcianos en un partido de infortunios.
Pero no. Después de una buena defensa, el balón que debía asegurar el triunfo se truncó en campo atrás tras una buena mano de Brown sobre Booker, y, sin querer agotar la posesión, Bouteille transformó el triple de la victoria para congelar un Palacio que cierra 2019 sumido en la depresión.
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