ElPozo, caliente para la Copa

Giustozzi mandó un mensaje claro en la última semana: más minutos para todos y solo el que se los gane va a jugar. Ha cedido y juegan más los que más trabajan. Y su equipo lo ha notado: ElPozo Murcia ha vuelto. Con el quinteto español salió Giustozzi en el último partido antes de la Copa de España. El encuentro fue muy parecido a todos los que hacen los charcuteros en el Palacio; fútbol sala control y búsqueda rápida de la portería contraria. El entrenador argentino había puesto una premisa clara; terminar jugadas y no dar lugar a contragolpes que últimamente penalizan mucho al equipo.

Alberto García desde fuera, Fernando desde el costado y Marcel a media distancia comenzaron a poner en aprietos a Dani Álvarez. En el equipo murciano Molina parece, en los últimos partidos, haberle quitado la titularidad a Juanjo. Las prisas comenzaron a aparecer en el lado local cuando ya se jugaba el minuto ocho y el resultado seguía siendo de empate a cero. Además se comenzaba a vislumbrar como el Zaragoza se sentía cada vez más cómodo tras los disparos de un ex de ElPozo como Piqueras que Molina enviaría a córner, o un remate de Retamar desde cerca que el meta local consiguió detener.

El primer gol llegaría en el minuto doce gracias a Rafa Santos, que disparó raso para batir a Dani Álvarez. Poco duró la alegría ya que tan solo dos minutos más tarde era Iacovino el que aprovechó un fallo atrás para marcar y empatar el partido.

El equipo de Jorge Palos, con confianza, hizo el 1-2 gracias a Barona, aunque Rafa Santos se fabricó el 2-2 antes del descanso. No es el mismo ElPozo de otras jornadas por el compromiso, las ayudas y el esfuerzo colectivo. Con el quinteto inicial de la segunda parte conseguía Marcel poner de nuevo por delante a los murcianos tras un disparo de Fernando que generó un rechace del meta zaragozano que el brasileño, muy atento, convirtió en gol.

Los de Giustozzi ya no generaban dudas y además buscaban hacer más daño con las transiciones rápidas. Rafa Santos estaba enchufado y así lo demostró en el minuto veintiséis, cuando un error garrafal de Barona hizo que el cuero llegara al brasileño, que sentenció definitivamente el choque.