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Pedro Acosta se subirá, salvo sorpresa mayúscula, a su KTM este fin de semana en el Gran Premio de Le Mans. A pesar de pasar por el taller, el piloto de Puerto de Mazarrón parece que no va a perderse la siguiente cita en el calendario, que pasa por Francia. El Tiburón tomó la decisión de pasar por 'boxes' la semana pasada y se sometió a una cirugía en su antebrazo derecho para tratar el síndrome compartimental crónico que sufría desde hace un tiempo.
La operación se llevó a cabo con total normalidad y fue un éxito, pero no fue hasta este martes cuando el piloto de 20 años recibió el OK de los doctores para volver a enfundarse el mono naranja este próximo fin de semana. Aún así, y tal y como anunció su equipo, Acosta deberá pasar otro test médico de los doctores de MotoGP el jueves, pero todo indica que al día siguiente se subirá a las dos ruedas.
El Tiburón no quiere pasar mucho tiempo sin estar encima de su moto. Tiene ganas de cambiar la dinámica de este inicio de temporada, siente rabia por no poder estar compitiendo por victorias o el podio y quiere probar en primera persona los avances que se esperan tras los test que se llevaron a cabo el día después del Gran Premio de España en Jerez de la Frontera.
Por eso, y teniendo en cuenta que la dolencia en su antebrazo no revestía gravedad, el Tiburón ya cuenta las horas para subirse de nuevo a su RC16 y ver si, de una vez por todas, las mejoras son una realidad y puede batallar por los primeros puestos tanto en la clasificación como en las carreras del sábado y del domingo.
Sigue siendo una incógnita saber cómo va a responder la KTM, pero las sensaciones del mazarronero tras las pruebas realizadas en el circuito Ángel Nieto arrojaron algo de luz en el túnel en el que se encontraba el piloto. Ahora queda comprobar si los avances que llevó la marca austríaca a Jerez son suficientes para ver al Tiburón más arriba en la clasificación y, sobre todo, con las herramientas necesarias para poder competir con los mejores pilotos que hay en la parrilla.
Y es que existen pocas certezas de hasta dónde va a poder llevarle KTM tanto en apenas unos días en Le Mans como en el resto de un Campeonato del Mundo que acaba de echar a andar. Acosta quiere ganar y si no puede hacerlo vestido de naranja, cambiará de color.
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