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Lewis Hamilton se impone en Portimao. Jorge Guerrero (Afp)
Hamilton escribe su propio libro de historia
Mundial de Fórmula 1

Hamilton escribe su propio libro de historia

El británico conquistó el GP de Portugal y alcanzó la cifra de 92 victorias, récord en solitario tras superar a Schumacher, en una carrera que llegó a liderar Sainz en sus inicios

Domingo, 25 de octubre 2020, 14:01

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Tendrán que pasar muchos años para volver a ver a un piloto con semejante dominio en la Fórmula 1. Este domingo, Lewis Hamilton ha entrado en la historia en solitario de la competición, al llegar a las 92 victorias, una cota que nadie había alcanzado, ni siquiera el legendario Michael Schumacher. El contexto le ayuda: campeonatos con más carreras, un coche perfecto y muy superior al resto y una capacidad sin igual para entender y leer cada circuito han convertido al futuro heptacampeón (nadie duda de que lo va a lograr) en el hombre que más veces ha ganado un Gran Premio.

Tendrán que pasar décadas, posiblemente, para que caiga este récord, si es que cae. Sebastian Vettel, con 53, y Fernando Alonso, con 32, son los pilotos que más cerca tienen esa cifra, ya que el resto que hay entre medias están ya fuera de la competición. Hamilton llegó a semejante cifra en un Gran Premio en el que Carlos Sainz levantó de la silla a todos los españoles. Una salida memorable en unas circunstancias propicias permitió que el español acumulase cuatro vueltas más como líder de una carrera de Fórmula 1, esta vez sin mediar paradas en boxes ni nada similar.

La arrancada se produjo en un Portimao frío y húmedo. Sin otras competiciones soporte que ayuden a secar el asfalto, la cita de Portugal dejó una salida en la que los que partían con neumáticos blandos, caso de Sainz, se beneficiaron de la dificultad para calentar los medios en una pista helada, caso de Bottas y Hamilton. Así, mientras los Mercedes bregaban en los primeros metros por sostener las primeras plazas, por detrás venía una flecha naranja con muy pocas ganas de pasar desapercibido.

Una de las grandes características de Carlos Sainz, que no necesariamente siempre es una virtud, es que tiene las revoluciones mucho más altas en las primeras vueltas. Eso le permitió pasar del séptimo de parrilla al quinto en la primera curva, al tercer en la segunda y al primero antes de acabar la segunda vuelta de carrera. Por el camino le dio tiempo a esquivar el toque entre Sergio Pérez y Max Verstappen, uno de los pocos que hubo en esta cita.

Sainz aguantó en esa primera posición durante cuatro vueltas. Nadie por delante, el madrileño se dio cuenta muy pronto de que iba a sufrir: en cuanto esos neumáticos amarillos cogieron tono, se acabaron sus opciones. Primero fue Bottas, luego Hamilton (antes de que el británico hiciese lo habitual: quitarse de encima a su compañero), después Verstappen, Gasly. Pronto Sainz se dio cuenta que el espejismo de verse líder de carrera no era más que un sueño para un futuro más que prometedor, pero que le quiten lo bailado.

La temida lluvia

La carrera se estabilizó a la espera de la temida lluvia. Tanto, que muchos pilotos se negaron a acudir a boxes hasta bien entrada la segunda mitad de la prueba. Hamilton se quejó de vibraciones en sus ruedas hasta que pasó a Bottas y se obró la magia: «Los neumáticos están perfectos», dijo en ese momento. Con el finlandés resignado por verse segundo, otra vez, y Max Verstappen en una relativamente cómoda tercera plaza, fue la lucha por detrás, con Sainz como protagonista, la que puso picante a la recta final de la prueba.

Sainz y Gasly, rivales y amigos desde hace años, volvieron a verse las caras unas cuantas carreras después del GP de Italia que ganó el francés por delante del español. El de AlphaTauri resistió los envites del de McLaren, que pronto se vio resignado a acabar tras él en una séptima posición. No contaban con que a Sergio Pérez se le hundiesen los neumáticos y acabara por sucumbir ante ambos, lo que a la postre les hizo ganar una plaza final. Además, tampoco tuvieron que luchar con Esteban Ocon, que fue el piloto que más tarde paró en boxes: 54 vueltas resistieron sus incombustibles neumáticos medios, antes de entrar a garajes para cambiarlos. No fue una buena parada y su candidatura a esa sexta plaza se desinfló.

A destacar también la silenciosa pero fructífera participación de Charles Leclerc. Como Sainz, también cuajó una memorable salida que le permitió no salirse del 'top 5' durante todo el Gran Premio, para acabar en una más que óptima cuarta posición final. Vettel puede dar gracias por acabar décimo. La nota negativa la puso Lance Stroll: tras el accidente del viernes con Verstappen, demostró que tiene un serio problema de visión espacial al llevarse puesto a Lando Norris cuando le adelantó en una acción muy peligrosa. Además de estropear la carrera de ambos, él abandonó por una avería y fue sancionado con 10 segundos, además de tres puntos menos en su superlicencia. Carreras como esta hacen aún más incomprensible que el año que viene vaya a tener asiento en un equipo de Fórmula 1, de no ser porque su padre es el dueño.

Sin tiempo para congratularse demasiado con el récord de Hamilton o esas cuatro vueltas de Sainz líder, la Fórmula 1 viaja a un mítico (y de infausto recuerdo) circuito, el autódromo Enzo e Dino Ferrari de Imola. El Gran Premio de Emilia Romagna, como se le ha bautizado, estrenará también un nuevo formato experimental: se reducirá de tres a dos días la acción en pista.

Sainz: «He visto una oportunidad y la he aprovechado»

Nunca tuvo opciones reales de ganar, ni mucho menos, pero ya queda en su memoria las cuatro veces que pasó por la línea de meta del Gran Premio de Portugal. Carlos Sainz estaba cansado pero exultante, tras una buena actuación en una carrera en Portimao en la que las circunstancias le demostraron que puede acabar ganando más pronto que tarde.

«Un sexto puesto, después de liderar la carrera, no sabe a mucho, pero si lo pones todo en perspectiva...», resumía tras bajarse del coche, antes de relatar las dificultades a las que se enfrentó. «Hemos tenido mucho 'graining' y era difícil mantener el ritmo con los compuestos de blando y medio, pero hemos luchado. Hemos hecho lo que hemos podido y hemos acabado ahí, sextos, que son buenos puntos... pero me gustaría un poco más», admitía.

Él mismo explicó esas primeras vueltas. «He calentado muy bien el neumático en la vuelta de formación. Cuando he visto que empezaba a llover he puesto mucho énfasis en asegurarme de que estaba en temperatura. Luego he visto que los demás se lo tomaban con mucha calma, y he visto una oportunidad para intentar adelantar puestos ahí. Nunca esperas liderar la carrera, pero viendo los demás, el cuidado con el que iban... he visto una oportunidad y la he aprovechado, una pena que luego ese neumático blando nos ha costado con el graining y nos hemos ido para atrás», dijo.

En resumen, no fue el resultado deseado, pero ni mucho menos está insatisfecho de su actuación. «Yo siempre voy a luchar; lo hice en Monza, aquí. Siempre que hay oportunidad de luchar por un liderato de carrera o un podio voy a ser el primero en pelearlo. A ver si llegan más oportunidades y lo podemos ir aprovechando», deseó.

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