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Mo Katir celebra eufórico su triunfo. AFP
Mundial de Budapest

Katir, del enfado a la felicidad máxima en solo siete días

Katir pide disculpas por su actitud tras caer en la semifinal del 1.500 y alega que «cuando pierdo prefiero no decir nada, aunque sea egoísta»

Lunes, 28 de agosto 2023, 08:34

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Llegaba herido Mo Katir después la traumática eliminación en los 1.500 metros del Mundial de Budapest. Se quedó fuera de la final, una enorme sorpresa porque llegaba como favorito a las medallas, pero convirtió esa rabia en gasolina para volver a reivindicarse. El muleño consiguió este domingo otro hito al colgarse la plata en los 5.000 del Mundial de la capital húngara.

Es la primera medalla que consigue el atletismo español en esta distancia, una de las pruebas más exigentes y emblemáticas del atletismo. Incluso rozó el oro, que revalidó el noruego Jakob Ingebrigtsen después de superarle en un final de infarto con un tiempo de 13:11.30. Solo les separaron 14 centésimas. Katir se dejó el alma.

«Lo he dado todo», celebraba Katir, satisfecho, tras la carrera. «Cada vez estoy más cerca de Jakob. El año pasado conseguí el bronce, este año plata, el año que viene es olímpico, a ver si consigo las tres», lanzaba como deseo para los Juegos Olímpicos de París 2024.

El muleño suma así otra medalla a un ilustre palmáres internacional pese a su juventud (25 años). El año pasado, en el anterior Mundial, se colgó el bronce en 1.500 metros y ese mismo verano ganó la plata en el Campeonato Europeo de Múnich, también por detrás de Ingebrigtsen. Además, en los Juegos Europeos disputados este año en la ciudad polaca de Cracovia se llevó un oro en 1.500.

Récord y medalla

Katir, que este año había batido el récord de Europa de los 5.000 metros con el 12:45.01 que corrió en julio en Mónaco, suma su segunda medalla en un Mundial, después del bronce que consiguió en Eugene en los 1.500 metros.Había dado un golpe sobre la mesa en Mónaco antes de los Mundiales, al rebajar en casi cuatro segundos la anterior plusmarca, en posesión precisamente de Ingebrigtsen desde 2021 con un crono de 12:48.45. Está cerca del noruego, aunque ayer no pudo doblegarle. «Estoy cada vez más cerca», se animó Katir.

Los etíopes Berihu Aregawi y Hagos Gebrhiwet comenzaron a tirar en la gran final cuando la competición alcanzaba los 3.000 metros. Mientras Ingebrigtsen se mostraba frío y junto a la cuerda, Katir alternaba posiciones en el pelotón por la zona exterior. No hubo novedades hasta que se oyó la campana que anunciaba la última vuelta. Fue entonces cuando el de Mula lanzó un ataque salvaje a 300 metros para la meta y tomó una ventaja considerable, parecía que no se le escaparía el oro porque marchaba destacado en cabeza. Pero el noruego reaccionó y se fue hacia el pupilo de Gabi Lorente, que se colgó una plata importante gracias a un esfuerzo titánico.

«Me cuesta relacionarme»

Katir era ayer un hombre nuevo. El pasado domingo, tras quedarse fuera de la final del 1.500, no quiso hablar con nadie después de aquello. Incluso pasó de largo antes las cámaras de Televisión Española, que recogen las impresiones de todos los atletas españoles. «Yo cuando pierdo prefiero no decir nada», se justifica, mostrándose cercano y vulnerable. Humano. Sé que es muy egoísta no hablar, pero es que yo soy así. Me cuesta relacionarme y hablar de mis temas. Muchos piensan que no quiero dar la cara, pero es que no sé qué decir. ¿Qué digo si he perdido? Si ya me cuesta hablar con mis padres, imaginad ponerme a hablar con gente que nunca he visto en persona», señaló ayer.

Por otro lado, el otro español en la final, Ouassim Oumaiz, entró decimosexto, el último, en su primera final mundialista. El noruego Nordas, bronce en el 1.500, acabó desfondado también. Los etíopes, que llevaron gran parte del ritmo

«Se la dedico a Mula, a España y a todos los marroquíes», dice

Mo Katir siempre tiene un guiño para sus vecinos de Mula y ayer, en uno de los momentos más felices de su carrera deportiva, volvió a tenerlo. «Esta medalla es muy importante y significa mucho. Se la dedico a la gente de mi pueblo, Mula, a España y a todos los marroquíes, ya que allí están mis orígenes», dijo Katir en la entrevista concedida a TVE. Además, se acordó de sus padres. «No me quiero imaginar lo felices que estarán. Ellos me apoyan siempre, haga lo que haga», recordó.

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Katir, del enfado a la felicidad máxima en solo siete días