Emanuele Canonica: «Si quieres comer en mi casa cocino yo, sino no comes«

De no haber sido golfista se hubiera decantado por la cocina. Un espacio que le encanta a este profesional del golf que tan bien le pega al 'drive'; duro y recto. «Te hace fácilmente unos 320 metros», asegura el español Miguel Ángel Martin con el que el piamontés compartió alojamiento a poca distancia del campo murciano sede de una nueva edición del Farmfoods European Senior Masters, perteneciente al Legends Tour by Staysure que se disputó entre los días 8 y 10 de este mes.

«Empecé con 5 años en el golf». Algo que resultó del todo natural porque «mis padres dirigían una cancha de prácticas», cuenta para La Verdad el jugador sénior, de 53 años. «Y aunque a los 14 años me pasé a las motos (..)», el hecho de haber tenido varios accidentes le hicieron reconducir su vida deportiva de nuevo hacia la bolsa de palos. «Me apunté a un campeonato con 16 años y gané la prueba», recuerda. Ahí arrancó todo. El caldo de cultivo era el más propicio porque en la casa de esta familia de Turín jugaban todos; «mi papá y mis tres hermanos». Su mujer Antonella, también. «Su hermano era profesional de golf y la conocí a través de él (…). Llevo casado 24 años más cinco de relación», nos dice haciendo cuentas de aniversario en voz alta. «¡Llevo 30 años! ¿Demasiado? No. Toda está bien», asegura sonriendo al recordar a esa mujer de Pavia con la que se casó. No ha viajado a la Región de Murcia. «Ella me acompañó en aquellos años en los que disputaba el Circuito Europeo». Y sí. En aquellos desplazamientos por el mundo «cocinaba siempre yo», asegura, mientras se aplica una vez más en la cocina del apartamento alquilado en Montemares Golf para dar de comer a su 'caddie' Tom Brown y a Martín. Y añade; «de hecho en mi casa si no cocino yo, no comes», advierte. Así que nada de presentarse en casa de los Canonica si no está Pepo, que es como le llama la familia y amigos. Un sobrenombre «que me pusieron de pequeño y con el que me quedé».

Con España siente un nexo. «Tenemos muchas similitudes los españoles y los italianos. El gusto por la comida, el producto de calidad.., aunque creo que aquí coméis más carne que nosotros. Por cierto -avisa- a mí me gusta mucho la vuestra. Nosotros somos allí más de pescado». Y si hablamos de la parcela profesional. Lazos similares. «En el mundo del golf los italianos también nos juntamos con españoles y con los argentinos. Los ingleses… son diferentes. Más cerrados; como los suecos».

Durante los días de viaje a cualquier destino Pepo saca la cazuela o la sartén para comer mientras se disputa la competición. Depende de lo que le pida el estómago, pero siempre cuidándose. Mientras lo hace en esta ocasión, se deja entrevistar mientras prepara a Tom y al amigo onubense unos espaguetis carbonara. En realidad, macarrones carbonara. «En el Norte de Italia son más de espaguetis y en el Sur de macarrones», nos cuenta. Eso sí. «La pasta siempre al dente. En Roma se come casi cruda», nos advierte. «Yo la voy a hacer un poco más. Pero no mucho».

Sus primeros recuerdos de la Región de Murcia se vinculan al complejo de La Manga Club. A una época en la que hizo de 'caddie' de Emanuele Bolognesi. «Te diría que estamos hablando del año 86 y 87». Y nos confirma que «el espíritu de lo que era entonces LMC sigue latente». Al resort murciano viene una vez al año. Lo hace en compañía de jugadores 'amateurs' que quieren salir fuera de Italia a jugar destinos de golf. «También voy a Mallorca y Málaga; buenos sitios para jugar a este deporte».

Canonica quedó en el cuarto puesto del Farmfoods European Senior Master 2024, con un -13, mientras que el veredicto de sus macarrones en la mesa fue de un rotundo y redondo 10. La receta es sencilla y Canonica la comparte. Tome nota. Ingredientes para cuatro personas: 350 gramos de bacon; 150 gramos de queso parmesano, aunque de poder elegir él se decanta por «el pecorino», 13 huevos, un paquete de pasta (unos 120 gramos por persona), aceite virgen extra y sal.

En una sartén se pone el bacon cortadito y se deja que se vaya haciendo con su propia grasa, hasta que quede tostado y crujiente. Mientras, en un bol medio se pone dos yemas de huevo y un huevo entero por comensal (ha leído bien, 12 huevos). Se remueven todos los huevos sin batir. Al bol se le añade el queso rallado y se mezcla bien. Cuando el bacon esté hecho, se escurre y también se añade a este bol. Se deja aparte.

En otro fuego mientras tanto hemos puesto a hervir agua en una cazuela alta. Se sala un poco el agua y después de haber roto a hervir se baja el fuego y se echa la pasta. Cuatro raciones de unos 120 gramos por comensal. 14 minutos con la cazuela tapada. Se saca la pasta, se escurre y se le añade un poco de aceite (nada de enfriar la pasta con agua fría). En ese momento se le añade el bol de huevo, queso y bacón y se envuelve bien todo para que la pasta quede ligada. Se sirve inmediatamente a la mesa. ¡Buon appetito! y 'grazie' Pepo por la receta. Por cierto. ¿Su secreto? Echarle un huevo más al bol.

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