Antonio Gómez: «El jugador ha pasado de ser futbolista a un auténtico atleta»
«Si hay algo que no me puede faltar antes de dejar este mundo es estar en el Real Murcia, el club de mi corazón; seguro que se da algún día»
Antonio Gómez (Murcia, 48 años) parece tener siempre las maletas en la puerta. Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, ha trabajado ... de preparador físico en un sinfín de equipos y en varias selecciones, entre ellas la española, de la que se despidió con tristeza hace apenas unos días. Arrancó en la Premier League, con el Liverpool y el Sunderland. Volvió a casa para poner a punto físicamente al FC Cartagena en Segunda División, en el año 2011 con Juan Ignacio Martínez. De Cartagena pasó al mejor FC Barcelona de la historia (2012-2020) para después probar en la selección polaca, Flamengo y en el combinado nacional de España, con Luis de la Fuente. Ahora acaba de embarcarse en un nuevo proyecto en el Sporting de Braga, que le ha robado el corazón, como todos los anteriores.
–Decir adiós a la selección española en uno de sus mejores momentos, tras una Eurocopa y con un futuro ilusionante debe ser difícil. ¿A qué se debe?
–Ha sido un paso muy difícil, que he meditado mucho y en el que han jugado muchos sentimientos, porque era un reto especial. Pero creo que era el momento de coger otro rumbo porque se ha presentado un proyecto ilusionante en Portugal, en el que voy a crecer con el técnico Carlos Vicens, de la escuela de Pep Guardiola. También pienso en mi familia y tengo un hijo de 12 años que está en el momento perfecto para salir de España. No descarto colaborar con España en fechas FIFA, he sido muy feliz y me he desarrollado mucho como profesional.
–¿Cómo se prepara a un equipo plagado de jóvenes estrellas que vienen de disputar 60 partidos para ganar una Eurocopa?
–Se focaliza sobre todo en la recuperación de unos futbolistas que ya vienen con un trabajo hecho pero que sobre todo arrastran un cansancio. Lo que el jugador necesita es recuperarse de los esfuerzos y, al menos, mantener ese estado de forma. Hemos tenido suerte de contar con un equipo muy joven que se recupera rápido.
«Ha sido difícil y meditado, pero el nuevo proyecto en el Sporting de Braga me ilusiona y me permite estar cerca de la familia»
–Es un trotamundos: Inglaterra, España, Brasil, Polonia...¿Qué saca de cada experiencia?
-Me llevo de cada sitio un aprendizaje, una madurez y un desarrollo profesional gigantesco. Y también creo que me convierte en un preparador físico más versátil. En la decisión de marcharme a Portugal ha pesado mucho que voy a coger un nuevo rol, el de jefe de rendimiento. Si tuviera que quedarme con una experiencia, te diría la del FC Barcelona y la de la selección porque ninguna aparecía ni en mis mejores sueños.
–Cambió Europa por vivir su primera experiencia en el Flamengo. ¿Qué diferencias encontró entre el fútbol y la preparación del Viejo Continente y la de allí?
–Hay diferencias, pero no tantas como me imaginaba antes de llegar. Pensé que aterrizaba en un fútbol más técnico, individualista, menos físico... pero cuando llegué me encontré un deporte que, aunque atesora un talento increíble, también posee una intensidad dentro y fuera del verde similar a la competiciones europeas. Lo que más me impactó fue el gran número de partidos que se disputan allí, hay una densidad de torneos brutal.
–La velocidad, la fuerza y la resistencia van devorando terreno al talento individual. ¿Por qué camina el fútbol por este sendero?
–Te lo pide la exigencia competitiva que hay, el número de partidos. Ahora estamos en un Mundial de clubes cuando los jugadores deberían estar de vacaciones. Y están compitiendo en torneos de mucha intensidad, con viajes largos. Eso por un lado, y por otro también influye lo rápido que se ha vuelto el juego. Antes, el jugador era más un futbolista, pero hoy en día es un auténtico atleta. Tiene que partir de unas mínimas condiciones físicas y de entrenamiento para poder rendir bien en el terreno de juego, y eso hace que nuestra profesión esté ganando importancia.
«Se deben a la alta exigencia competitiva y a que no hemos cambiado el chip; se necesitan dos plantillas como en la NBA»
–En los últimos años estamos viendo más lesiones de cruzado que nunca. ¿Se le puede dar explicación?
–Justo lo comentaba al llegar a la ciudad deportiva del Braga. Todos creemos que tenemos mejores medios para recuperar a los jugadores, más conocimiento sobre prevención de lesiones, pero estas se siguen produciendo y cada vez más graves. Y una de las razones es la alta exigencia de competiciones en periodos ya congestionados de por sí. Y otra explicación es que el fútbol no ha terminado de cambiar el chip. Mientras que hay plantillas en el fútbol americano o la NBA que doblan y a veces triplican los jugadores por puesto, aquí estamos acostumbrados a que haya una alineación titular de once y que sea muy complicado mudar jugadores. Si aumenta la necesidad y densidad competitiva, cada club deberá tener dos plantillas.
–No se cansa de coger aviones y visitar aeropuertos. Le ha cogido el gusto a conquistar territorios. Pero hay uno en el que aún no ha logrado clavar la bandera. ¿El Real Murcia, para cuándo?
–Parece que no, pero sí me canso. Ya no tengo los 29 años que tenía cuando me fui a Inglaterra por primera vez. Cada vez tiendo más a acercarme a casa, a estar cerca de los míos. Pero es ciero que hay algo que no me puede faltar antes de dejarlo, que está en mis pensamientos continuamente. Me gustaría poder volver a casa, entrar en el Real Murcia, disfrutar del club de mi vida, de mi corazón y poder competir con él en el fútbol profesional. Nada me apasiona más que poder estar en el club grana. Yo espero que se produzca algún día. Mi objetivo sería contribuir a que por fin mi club pueda estar lo más alto posible y, además de ayudar a los mayores, podamos formar a la cantera murciana. Estoy seguro de que pronto ocurrirá.
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