Talento regional. Carla Castiñeyras, Judith, Patri,Vega y Yannel Correa, en la mañana del lunes, tras la sesión en el José Kubala. VICENTE VICENS / AGM

Las cinco rutas murcianas que traen la Liga F hasta la Región

Las futbolistas Judith Caravaca, Yannel Correa, Patri Miñano, Vega Montesinos y Carla Casti debutan esta tarde a las 20 horas en el Artés Carrasco

Antonio Zomeño

Sábado, 13 de septiembre 2025, 11:54

La sesión del lunes se apaga en el José Kubala con el habitual carrusel de estiramientos y disparos a puerta. Los aspersores persisten en regar ... el verde, pero el efecto apenas dura unos segundos y el aire se espesa de nuevo. El bochorno de la mañana exige una ducha y la primera plantilla enfila el vestuario; cinco jugadoras, sin embargo, emprenden el camino contrario y buscan cobijo bajo el azul sombreado de la grada. La sierra, al fondo, pasa a presidir una conversación donde dos generaciones de talento regional cruzan impresiones mientras ordenan una semana ilusionante. Es el momento de materializar lo logrado a finales de abril: esta tarde, a las 20.00 horas en el Artés Carrasco de Lorca, el Alhama devuelve la élite femenina a la Región.

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Esta situación anómala, el debut como local a unos 30 km de casa, no deja de ser un reflejo de la realidad del club, cuyos propios medios no cumplen con los requisitos impuestos por la Liga F; por otro lado, redobla el valor de lo conseguido. «Seguimos adaptándonos al cambio de superficie», asegura la más vocal de las jóvenes con la mirada perdida en el césped artificial. «El campo es más grande, tenemos jugadoras muy rápidas que se pueden beneficiar», apunta una de las zagueras, cansada de sufrir esa velocidad en los entrenamientos. «También entra más afición, eso es algo positivo», apostilla la más veterana del grupo. «Pero no es lo mismo el apoyo que teníamos aquí con la gente fija del pueblo, que desplazarse a Lorca. No es lo mismo», sentencia esa voz que lleva cerca de una década al amparo de la afición alhameña.

La conversación viaja entre los asientos de la grada, como un mapa de jerarquías internas que explica el recorrido del cuadro azulón hacia la élite. Una muestra a escala reducida de ese vestuario que todas coinciden en señalar como la clave de un ascenso esculpido con el talento de la tierra: del corazón de la capital a los vertiginosos desfiladeros del Ricote, de la huerta murciana al puerto trimilenario, pero, sobre todo, desde el Valle del Guadalentín hasta la Ciudad del Sol, donde estas cinco jugadoras asumen el reto de convertir al Alhama en el equipo de toda la Región que les vio nacer.

Cinco apellidos murcianos

El fútbol en el José Kubala se explica a través de Judith Caravaca (Churra, 28 años). Camino de su novena temporada con el cuadro azulón, la eterna capitana es el buque insignia del club, la única jugadora de la tierra que ya conocía el camino hacia Liga F desde Alhama. La central todavía pelea contra esa rodilla maltrecha que aún no le ha dejado debutar este curso, tras todo un año pasado en el que solo disputó cuatro ratos. Aunque resta importancia a su contribución, sus compañeras salen al rescate: «Judith no es de muchas palabras, pero son las necesarias en el momento indicado. El año pasado, cuando nos veníamos arriba, su voz representaba la calma».

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Habla Yannel Correa (Badajoz, 29 años), internacional uruguaya e hija del mítico Gabi Correa. La zaguera, murciana adoptiva tras pasar toda su infancia en la Región, llegó el curso pasado para aportar experiencia en Liga F al vestuario del Alhama. Tras cuadrar un año sobresaliente, el tobillo le ha obligado a frenar en seco después del debut liguero, pero mientras se recupera, su puesto en la retaguardia está en las mejores manos, con uno de esos diamantes locales, de una juventud insultante, que se pulen bajo la mirada de la sierra.

El curso pasado, la defensa Carla Castiñeyras (Cartagena, 16 años), la delantera Patri Miñano (Blanca, 20 años) y la centrocampista Vega Montesinos (Murcia, 20 años) aterrizaron juntas en Alhama como un 'pack' de talento local joven listo para sumar desde el primer día. «El vestuario nos acogió súper bien, fue una adaptación increíble», asegura Patri. A su derecha, Vega recoge el guante: «Siempre es más fácil llegar con... no voy a decir compañeras, porque somos amigas». Dos fines de semana atrás, las tres debutaron en Liga F con la casaca azulona en el Johan Cruyff; el salto ha sido meteórico. «Al final, no te lo crees hasta que no estás ahí. El año pasado estábamos en Tercera RFEF, y este año en Primera. Ninguna pensábamos que esto fuera posible, pero te paras a pensarlo y es verdad: hemos llegado», narra Vega; Castiñeyras y Patri asienten.

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Un reto mayúsculo

La dimensión del reto del Alhama, establecerse en una Liga F con la que, por medios, ni siquiera deberían soñar, es un reto mayúsculo que ya ha vivido sus dos primeros capítulos. «Sabíamos que jugar contra el Barcelona iba a ser muy complicado», reflexiona Yannel Correa sobre esa primera jornada en la que el Alhama se llevó un baño de realidad. «Pero contra el Levante se jugó de tú a tú. El equipo enseñó que está preparado para la categoría». En Valencia, el empate a cero se tradujo en los primeros puntos del curso. Pero, sobre todo, el Alhama se demostró que lo vivido en abril no fue un espejismo, que pertenecen a la Liga F.

«El primer año que ascendimos [2022-23] tardamos 9 jornadas en conseguir los primeros puntos. Sacar un punto fuera de casa en la segunda jornada es muy positivo», explica la experiencia de la capitana. Esta tarde, llega el momento de rubricar esas buenas sensaciones y enganchar a la grada de un escenario imponente, el Artés Carrasco, donde el Alhama quiere establecer su fortín. «Necesitamos el apoyo de toda la Región», declara Vega. «Que vengan y se animen, porque van a disfrutar y repetir», invita Judith, la voz de un Alhama que ya cuenta con 1.000 abonados.

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El objetivo pasa por una grada que arrope al equipo lejos del José Kubala, pero todo se resolverá sobre el verde. «Tenemos que estar unidas, competir hasta el final todas juntas», aporta Carla desde otro mundo, concentrada en un asiento. «Tendremos momentos en los que no saldrán las cosas, pero no podemos bajar la cabeza. Y si alguna la baja, ahí estaremos las demás para levantarla», asegura Vega, mientras Patri lo ejemplifica con Carla, y todas rompen a reír.

Entonces, irrumpen los pesos pesados. «Para mí es un sueño. He jugado muchos partidos en Primera, pero no es lo mismo vivirlo en casa. Tener a tu familia acompañándote es un plus muy bonito que tenemos que valorar y disfrutar», asegura Yannel, y cede el testigo a la capitana, con la mirada fija en ese punto indeterminado donde se revisitan los recuerdos: «El primer ascenso ya era algo impensable. Crees que jamás volverá a pasar, pero lo hemos conseguido otra vez, y toca disfrutarlo. Desde Murcia también se puede llegar a lo más alto», concluye Judith antes de liderar la expedición bajo el sol de camino a la ducha. A la grada todavía llegan risas; se lo han ganado, es el momento de disfrutar.

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