Alberto Antuña: «Mi objetivo es ser primer entrenador en baloncesto de clubes, pero no tengo ninguna prisa»
«Tanto mi equipo de Alemania como la Federación de Montenegro me dejan compaginarlo», dice el técnico murciano
Tiene solo 31 años, pero en el currículum de Alberto Antuña (Murcia, 1991) ya se encuentran la Liga Femenina, la LEB Plata, la LEB ... Oro y tres federaciones: las de India, Montenegro y Uganda. El país africano es el último sello de su pasaporte, pues será el seleccionador absoluto de su equipo femenino en las próximas 'ventanas FIBA', paréntesis de una temporada en la que ejerce como entrenador asistente en el Dresden Titans de la segunda división de Alemania. Como jugador llegó a estar convocado en ACB con el entonces Polaris World, jugó en LEB Oro y marchó a Hungría, donde, después de superar una grave lesión que le hizo «ver otras cosas» con 23 años, las charlas con Roberto Hernández, actual asistente del Valencia, le animaron a dar el paso. Eso sí, «como en casa, en ningún sitio», sostiene el murciano más internacional de nuestro baloncesto.
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–¿Qué tal estos primeros días por Uganda?
–Estoy viviendo prácticamente del hotel al pabellón y del pabellón al hotel. No he conocido de manera profunda el país, pero, siendo mi primera experiencia en África, me ha sorprendido, si bien soy alguien que viene directamente a trabajar con una federación. Estoy muy contento.
«Creo que con el fichaje de un entrenador joven y europeo como yo quieren demostrar que apuestan por el baloncesto femenino»
–¿Cómo surge una oportunidad tan exótica?
–En noviembre mi agente Jorge Méndez me comenta que Uganda está buscando un seleccionador de cara a la clasificación del próximo Afrobasket para estas 'ventanas FIBA', y que querían un entrenador de perfil europeo y joven. A su selección masculina la entrena George Galanopoulos, entrenador del equipo afiliado a los Dallas Mavericks en la G-League, así que creo que esta era una manera de demostrar que también apuestan por el baloncesto femenino cuando les toca hacer de sede para este torneo. Me lo plantearon, me sorprendió al principio, hablé con Galanopoulos, obtuve buenas referencias y, al ser por un periodo muy corto, tanto mi equipo de Alemania como la Federación de Montenegro me dieron viabilidad para compaginarlo.
–¿Hubo un momento exacto en el que decidió darse a explorar la vía internacional?
–Quizás no tan así, pero hace alrededor de un año y medio, cuando di el paso con Montenegro, descubrí que el mercado internacional era algo interesante, y más con 30 años, cuando aún no tienes que mover una familia, así que, si en algún momento iba a tomar decisiones así, mejor ahora y aprovechando mi trabajo para descubrir mundo. Me considero bastante extrovertido, me gusta tomar este tipo de aventuras; hace unos seis o siete años fui por dos meses a trabajar en un proyecto de la Federación de la India. No he tenido aún ninguna experiencia mala y eso te motiva a seguir haciéndolo.
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–Si todo fuese bien en este torneo con Uganda, ¿no sabría a poco?
–De momento no nos hemos comprometido más allá de esto. Sí que es verdad que en Uganda quieren crear un proyecto y una filosofía de trabajo para su sección femenina, así que ambas partes estamos abiertas, pero en selecciones es difícil comprometerse al medio plazo porque nunca sabes dónde vas a estar entrenando al año que viene, si va a ser posible compaginarlo, etc... Y el baloncesto de clubes ha de ser la prioridad porque es donde vas a estar trabajando diez meses y es lo que te sostiene económicamente. Esto es así.
«Está siendo una experiencia muy buena, todo el mundo me cuida mucho y estamos haciendo una gran temporada»
–A ese baloncesto de clubes cambiará el chip enseguida. ¿Qué tal todo por Dresden?
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–La experiencia está siendo muy, muy buena. La ciudad y el club me han sorprendido mucho, porque es muy familiar, todo el mundo me ha cuidado y me ha puesto muchas facilidades. El equipo es un recién ascendido y, una vez acabada la primera vuelta, estamos en la tercera posición, con el equipo jugando muy bien. La temporada está siendo un éxito.
–Quizás sea el baloncesto alemán el que más ha evolucionado los últimos años.
–Por capacidad económica, y con el modelo impulsado en su día por Himar Ojeda y Aíto García Reneses en el Alba de Berlín, ha evolucionado mucho. A nivel de infraestructuras sorprende mucho, con pabellones con un nivel altísimo de tecnología. El pasado Eurobasket creo que se vio que está evolucionando mucho y muy bien y que se reafirma como un mercado muy llamativo, especialmente por ser en Europa y en un país como Alemania, que te permite unas muy buenas condiciones de trabajo y de calidad de vida.
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–Ojeda apuntaba eso mismo, cómo hacen que cada partido sea una experiencia con mucho más alrededor. No es solo baloncesto lo que se vende al aficionado que va al pabellón.
–Por ejemplo, en Alemania existe la posibilidad de comprar entradas VIP, algo que en España solo existe si conoces a alguien. Tres horas antes hay un bufet continuo de comida que dura hasta otras cuantas horas después del partido. Cuando este termina los jugadores van a ese VIP a cenar con la gente que está ahí. Se toma como una experiencia familiar. La gente llega al pabellón a las cuatro de la tarde, el partido empieza las seis o a las siete y todos se vuelven a casa a las diez de la noche.
«No quiero ser primer entrenador a toda costa, hay que quemar etapas y disfrutar del camino»
–¿Cuál es su objetivo final?
–Para mí, ya estoy viviendo un privilegio dedicándome a mi pasión. Mi objetivo es ser primer entrenador, claro, y poder hacerlo, cuanto más tiempo posible, mejor. Empecé a entrenar hace unos siete años. Era muy joven, por una lesión, y por eso pienso que los plazos están yendo muy rápido. Tengo ganas de coger un proyecto como primer entrenador, pero no a costa de cualquier cosa, hay que quemar etapas y disfrutar del camino.
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–¿En ese futuro existe un deseo de volver?
–Cuando terminó la pasada temporada con el Palencia, mi agente sabía que lo que yo valoro es el proyecto y si de verdad me quieren. Si me siento valorado y estoy motivado, voy a ir a ese sitio, independientemente de que sea España, Europa u otro continente.
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