Alberto Carrillo y Alberto Antuña, en Abiyán, Costa de Marfil, con las medallas de bronce del Afrobasket. CEDIDA
Baloncesto

El murciano Alberto Antuña lleva a Sudán del Sur su primera medalla internacional

Junto al alicantino Alberto Carrillo en el banquillo, el técnico gana el bronce en el debut de su selección en un Afrobasket

Lunes, 4 de agosto 2025

El primer gran éxito de la historia del deporte de Sudán del Sur estará para siempre ligado a un murciano. Este pasado domingo, Alberto Antuña ( ... Murcia, 33 años) lideró como su seleccionador al equipo nacional femenino del país más joven del mundo al bronce en el Afrobasket, la primera medalla internacional de Sudán del Sur en cualquier deporte. En su primera participación en el torneo, fuera del 'ranking' de las cien mejores selecciones del mundo y arrebatándole este bronce a Senegal, la selección que más veces ha resultado campeona y que había subido al pódium en 16 de las 17 últimas ediciones.

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Un resumen que da vértigo. Antuña lo va asumiendo «sin darle muchas vueltas», cuenta al otro lado del teléfono desde Abiyán, la ciudad más poblada de Costa de Marfil y que ha sido testigo del mayor éxito del deporte de un país y del currículum de este joven entrenador murciano, consciente de la magnitud de la gesta «conforme me van llegando mensajes y notificaciones».

Él mismo, en una entrevista para LA VERDAD dos meses atrás, se planteaba el objetivo de los cuartos de final, «por utópico que fuese». Quien le conoce sabe de su mentalidad competitiva y, llegados a aquel punto, el fuego lo prendía querer dar «ese pasito más que, si se lograba, iba a tener una repercusión mucho más fuerte para el equipo, nuestro futuro y la figura de la mujer en el país», cuenta. No fue un camino de rosas, pues Sudán del Sur perdió sus dos primeros partidos. A partir de ahí, un trabajo de «convencer a las jugadoras», a las que vencer a Egipto (65-75) por el billete a cuartos «hizo abrir los ojos».

El logro sudsudanés en el torneo es un éxito «para el equipo, nuestro futuro y la figura de la mujer en el país», dice el protagonistaSu ayudante y amigo ha quedado impactado «por el sentimiento de pertenencia que existe aquí»

Dos amigos de la mano

Si aún podía ser más especial un logro como este, para Antuña lo ha sido por estar rodeado de amigos. Luol Deng, el ex NBA que preside la federación sudsudanesa y que «estuvo con nosotros como siempre, muy implicado», le dio plenos poderes. Y al Afrobasket que se fue con José David Revuelta, fisioterapeuta con quien coincidió en el Palencia, León Lansac, preparador físico del Estudiantes y, cómo no, Alberto Carrillo, entrenador ayudante del Lucentum y con el que formó tándem de asistentes en Alicante en cuatro temporadas en las que compartieron piso y amistad.

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Él es otro casi murciano más de la hazaña sudsudanesa. Nacido y criado en la localidad alicantina de Pinoso, Carrillo se diplomó en Educación Física por la Universidad de Murcia y realizó sus prácticas de profesor en un instituto de Yecla. «El tío ha flipado», ríe Antuña. Pero mejor que lo cuente él mismo. «Es tremendo lo que hay aquí», confirma Carrillo, al que le ha impactado «el arraigo que existe al país», cuenta recordando especialmente el pase a cuartos. «Veías a la gente llorando y decías 'madre mía, la que tienen montada aquí', y poco a poco ibas entendiendo por qué tienen ese sentimiento de pertenencia tan intenso».

Antuña y Carrillo dejaron de ser compañeros de trabajo en 2021, pero nunca amigos íntimos que «todas las semanas hablábamos y cada verano hemos hecho por vernos», cuenta Carrillo, al que Antuña, ya en su tercera selección africana, siempre había querido reclutar, «pero mi contrato no me lo permitía». La espera ha merecido la pena. «Se ha juntado todo para que salga de cara», cuenta desde la humildad Antuña, ya héroe nacional sudsudanés.

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Finales de locura

Y esto no ha hecho más que empezar para una selección que «está trabajando en el medio y largo plazo, no se pretende dejar esto en un primer éxito». Uno en el que, por el camino, hubo que sacrificar a Uganda en cuartos de final y a Senegal por el bronce. De la primera salió el propio Antuña y en la segunda le abrieron la puerta. Uganda era favorita ante Sudán del Sur, ganar era mejorar el resultado de Antuña como su seleccionador y «una forma de decirme que podían mejorar lo que hice».

Un final de película, con Uganda fallando dos tiros libres para empatar o ganar, permitió la sorpresa (68-69) y dio «un poco de tensión pospartido, pero nada». Contra Senegal, una falta a 1,5 segundos del final dio tiros libres a Sudán del Sur, que convirtió el segundo (65-66). Luego, las senegalesas erraron el tiro ganador y al murciano le hizo feliz, «por lo menos, generarle a Senegal dudas por la decisión que tomaron». Pero «solo lo piensas unos segundos, no juegas los partidos pensando eso, estás muy feliz por lo conseguido».

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