Vicente Funes: «El cómic en la Biblioteca Regional es una especie invasora y se ha comido la zona de enciclopedias»
Conversaciones de invierno ·
«Mi idea con la beca de la Real Academia de España en Roma es hacer también un fanzine en el que participen autores italianos y españoles, con total libertad de creación», cuenta desde la capital italiana, donde desarrolla un proyecto de investigación a modo de ensayo cultural sobre el cómicDice Vicente Funes (Murcia, 1965), coordinador de la Comicteca -creada en el año 2003- y de Estrategias digitales de la Biblioteca Regional de Murcia, que ... las bibliotecas están obligadas hoy a repensarse, «como lo estamos prácticamente todos en este mundo digital y dado el papel que juegan las instituciones y, sobre todo, las instituciones culturales». Su proyecto 'Biblioteca Cinética' es un intento de escribir un ensayo cultural sobre la evolución del cómic, «como producto cultural denostado en el pasado que, sin embargo, abre vías para experimentar nuevas fórmulas desde la institución bibliotecaria», y le ha hecho merecedor de una beca de investigación en la Real Academia de España en Roma. Desde Nochevieja está en la capital italiana para disfrutar, sobre todo, del tiempo que no tenía y poder dar forma a este estudio sobre el cómic a lo largo de los próximos seis meses. El proyecto, que recuerda la venerable institución por la que han pasado grandes talentos de la cultura española, incluye la creación, impresión y publicación de un fanzine con obras originales de creadores italianos y españoles, que reflejará desde diferentes discursos creativos, algunos temas en que se centra el proceso de investigación. Este año son 20 los becados, y hay, además, otro murciano, el artista plástico Francisco Olivares Díaz (FOD), quien, recientemente fue distinguido por LA VERDAD con el premio Los Mejores del Valle del Guadalentín, junto a Sonia Navarro, ambos oriundos de Puerto Lumbreras. Su aventura romana acaba de empezar.
-'Biblioteca Cinética' recuerda mucho al complejo de estudios de cine y televisión Cinecittà...
-Sí, aunque no tiene nada que ver, lo cierto es que el cine siempre me ha apasionado, y más todavía el cine italiano. Ese nombre, Cinecittà, es algo mítico. Todavía no he podido ir a conocer los estudios porque aterricé aquí en Nochevieja, y ahora estoy poniéndome las pilas con el proyecto, investigando, intentando contactar con mucha gente de Italia. A ver cómo va.
-¿Cuál será el punto de partida de este proyecto de ensayo?
-Mi proyecto parte de un recorrido histórico paralelo. Me centro en tres momentos concretos en un recorrido por la industria del cómic en Italia y en España. El primer momento es la utilización que se hizo en Italia por parte del fascismo, la relación -muy interesante- entre Walt Disney y Mussolini, y cómo se italianizaron los personajes de Disney. Se han hecho muchos cómics en Italia por la escuela creada por Walt Disney y, paralelamente, en España tenemos el fascismo y el cómic 'Flechas y Pelayos' -revista infantil vinculada a la Falange Española Tradicionalista y de las JONS-, con una utilización ideológica y de adoctrinamiento de los niños con el cómic como instrumento. Da la casualidad de que, también en paralelo, en los años 60, se publica 'Apocalittici e integrati' (Bompiani, 1964), el ensayo de Umberto Eco aquí traducido como 'Apocalípticos e integrados'. Eco fue de los primeros intelectuales que se tomó un poco en serio el cómic, no lo vio como algo de usar y tirar o desechable, sino que empezó a ver las posibilidades artísticas que tenía el cómic. En España tenemos a Terenci Moix ('Historia social del cómic', 1968) o Luis Gasca, estudioso del cómic y del cine y editor. Ellos analizan y se toman en serio el cómic como creación artística e intelectual. Los surrealistas sí que se quedaron fascinados con obras de los pioneros norteamericanos en el cómic. Pero lo cierto es que el concepto de autor en el cómic surgió mucho en Europa y en los años 60.
-Sin embargo, hoy, la etiqueta de novela gráfica, vende más que otra cosa.
-Sí, esa etiqueta de novela gráfica ha calado tanto en Italia como en España y ha hecho que vengan autores nuevos, muy diferentes a lo que se entendía que era el cómic anteriormente. Fíjate que acabo de subir de una librería del Trastévere, y he comprobado que tenían una sección de novela gráfica, eso denota la importancia que se le da también. También quiero abordar en mi proyecto de ensayo la importancia que han jugado las bibliotecas, en ambos países, para fomentar y dar acceso a la lectura de cómic.
-¿Podrá conseguir su objetivo en solo seis meses?
-De momento, estoy acumulando cosas. En abril tenemos un 'open studio', quien quiera puede venir a visitar la Real Academia y a conocer los proyectos que tenemos en marcha. Y en junio es cuando tenemos que hacer la exposición final, la presentación del proyecto y lo que hemos alcanzado hasta ese momento. Mi idea es hacer también un fanzine en el que participen autores italianos y españoles, y que dialogue con los temas de investigación pero con libertad de creación para todos los autores.
«El cómic estaba desde siempre en las bibliotecas, pero no se había explotado. Siempre se había considerado algo infantil, y como algo menor, y ahí encontramos un filón para innovar y pensar otras programaciones diferentes y hacer otras cosas»
Vicente Funes
Bibliotecario y gestor cultural
-¿Cómo se maneja con la lengua madre de Dante Alighieri y Vivaldi?
-He dado unas clases intensivas antes de venirme, pero mal (ríe con gracia). Estoy tirando de traductor ahora mismo. Estoy funcionando hasta ahora con correos electrónicos, y conversaciones en persona no he tenido todavía en italiano, porque mi italiano, por ahora, es muy de andar por casa.
-Hace poco más de 20 años, cuando comenzó la historia de la Comicteca de la Biblioteca Regional, quién podía imaginar que se iba a convertir en un referente para otras bibliotecas del mundo. Fue una puerta al futuro...
-Fue todo fortuito, porque ni siquiera yo había imaginado antes que podía ser bibliotecario. Surgió lo de estudiar Biblioteconomía y Documentación en un momento dado, cuando pusieron la carrera en la Universidad de Murcia. Mi hermana me dijo, '¿por qué no lo haces si te gustan los libros, la lectura y la cultura?'. Sí tenía claro que quería trabajar en algo relacionado con la cultura, y me metí. Terminé en la Biblioteca Regional, y se dijo de empezar a mover la Comicteca, al principio eran tres módulos con 5.000 títulos. Pablo Gallo, el director entonces, me dijo si quería hacerme cargo de ello, y yo me entusiasmé, es la verdad, aunque no era un fanático del cómic. En la biblioteca, donde todo está ya tan explotado, los clubes de lectura, la mediateca, los medios audiovisuales... y, de repente, tengo la suerte de contar con un producto cultural que estaba sin explotar. El cómic estaba desde siempre en las bibliotecas, pero no se había explotado. Siempre se había considerado algo infantil, y como algo menor, y ahí encontramos un filón para innovar y pensar otras programaciones diferentes y hacer otras cosas. El cómic, como yo digo, en la Biblioteca Regional de Murcia es una especie invasora que ha ido expandiéndose, y comiéndose la zona de enciclopedias y muchos libros de consulta que con lo digital han quedado desahuciados.
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¿Cómo mata el tiempo en Roma? Intentando no perderme en el Trastévere, cosa que no es fácil, porque es un laberinto. Hemos montado en la sala de reuniones un cineclub, y hemos visto 'Un condenado a muerte se ha escapado' (Robert Bresson, 1956) y 'Johnny Guitar' (Nicholas Ray, 1954) con Joan Crawford y Sterling Hayden.
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¿Qué será lo próximo? Quiero montar un club de lectura de novela gráfica con mis compañeros y compañeras, y estoy viendo cómo lo hacemos con la bibliotecaria de la Academia de España en Roma, que es cartagenera, Margarita Alonso [hija de Ramón Alonso Luzzy].
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¿Qué lectura tiene entre manos fuera de su tema de investigación? El libro de Lidia García (Montealegre del Castillo, Albacete, 1989) 'Tarantela sevillana: Lola Flores, Carmen Sevilla y Sara Montiel: estrellas españolas en Italia', y me lo estoy pasando genial con esas historias. Pero tengo en la mesa muchas cosas de historia del cómic en España e Italia. Me he traído un tomo interesante sobre la censura en el cómic en todos los países.
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¿Publicará su investigación? Me gustaría, espero que sí.
-Más bien ya parece más una especie endémica que invasora...
-Totalmente, el cómic es ya un virus en la BRMU [aparece la misma risa pilla de antes]. Vino un doctorando de la Universidad de Turín, por un cruce de casualidades. Es un estudiante de Biblioteconomía de Turín, Roberto Testa, que quería venir a Murcia a visitar la Biblioteca Regional y conocer la Comicteca y cómo llevamos las redes sociales. Pensé que me estaban grabando para una cámara oculta, porque era una casualidad muy sorprendente. Y vino, y, en marzo, de hecho, voy a presentar el proyecto de 'Biblioteca Cinética' en un congreso en Milán, un evento editorial y bibliotecario, que me va a permitir conocer la realidad de las bibliotecas en Italia. Sabemos que hay nuevos lectores aquí, aunque quizás no tan desarrollado y organizado en Italia como lo tenemos allá en Murcia.
Demanda
-No le sorprende que editoriales que no tenían línea de novela gráfica, ahora sí la tengan.
-No, porque es que se vende mucho. Editoriales que no se dedicaban al cómic han comenzado a publicar manga, novela gráfica... se nota que hay una demanda de venta de cómics. Y el hecho de que en España la Dirección General del Libro haya cambiado de nombre para llamarse del Libro, del Cómic y de la Lectura, ya es significativo. Se ha creado un grupo de trabajo en el Ministerio de Comictecas, para que sigan abriéndose en todas las bibliotecas de España. Y ahora no te sorprende tampoco encontrar críticas de cómics en los suplementos culturales de diarios.
-Gracias a usted y a su equipo, la Región de Murcia también es un referente de esta eclosión...
-El cómic estaba ahí latente, si bien en los 90 el manga hizo mucho bien para que la gente joven se aficionase a la lectura de cómic, concretamente de manga, y luego vinieron las adaptaciones de superhéroes. Pero fue en realidad hace 20 años cuando empezó todo este movimiento de la novela gráfica, ha sido una progresión y la Comicteca de la Biblioteca Regional ha ido creciendo a medida de ese desarrollo, con la creación de Premios Nacionales, que no existían hasta entonces, y eventos muy potentes. En Italia se está dando también, tienen festivales importantes como el de Lucca, la ciudad del cómic por excelencia. Hay un festival en unas catacumbas de Roma, el Crack, igual que tenemos el festival Zorroclocos e Lobos, la feria de Murcia dedicada al fanzine en las cocheras de la Biblioteca Regional de Murcia. Romics 2025 [exposición internacional sobre cómics, animación, videojuegos, cine y entretenimiento] es en abril; un evento similar al Salón del Cómic de Barcelona. En ambos países hay muchos paralelismos, y encima en la Región de Murcia es que la cantera de autores es fantástica.
-La lectura y la escritura han sido sus hábitats naturales...
-Sí, escribir he escrito siempre, aunque fuera para mí. Y luego he terminado escribiendo, en cierto modo, si no literatura, para las redes sociales de una empresa de servicios bibliotecarios. Aunque mi primer sueño era ser director de cine. Es curioso, ahora que lo veo con perspectiva, que he terminado trabajando con cómic, que es un lenguaje que coge de ambos mundos. Tiene parte literaria, y parte visual, y la composición de una página de cómic tiene mucho de lenguaje cinematográfico. Tengo la suerte de que en la actual promoción de la Real Academia de España en Roma hay gente del cine. Tenemos a Regina Rivas, conservadora y restauradora especializada en arte contemporáneo y nuevos medios, que trabaja en el Departamento de Conservación-Restauración del cine analógico en el Museo Reina Sofía, y tenemos a Bruno Delgado, director de cine experimental.
«Mi primer sueño era ser director de cine. Es curioso, ahora que lo veo con perspectiva, que he terminado trabajando con cómic, que es un lenguaje que coge de ambos mundos. Tiene parte literaria, y parte visual, y la composición de una página de cómic tiene mucho de lenguaje cinematográfico»
Vicente Funes
Bibliotecario y gestor cultural
-También está Sara Barquinero.
-Precisamente hoy le he dicho a Sara que estaba leyendo 'Los Escorpiones' cuando salió la resolución de la convocatoria de las becas, fue muy curioso eso de leer una novela y saber que iba a convivir con su autora. Es una autora superjoven y es impresionante lo que ha hecho hasta ahora. Hay aquí gente joven que tiene un recorrido potente, y lo bueno de la Academia de Roma es que el grupo de becarios es intergeneracional, y es algo que me parece positivo.
-También está becado este curso FOD, el pintor lumbrerense, con quien compartió la Nochevieja en Roma, a la que se sumaron la artista Sonia Navarro y el actor Ginés García Millán, con su barba de Max Estrella de su versión de 'Luces de bohemia'.
-Yo creo que tanto Sonia como Ginés volverán por Roma, ¿cómo van a desperdiciar esta oportunidad? El día de Nochevieja había aquí un 'lobby' murciano bastante llamativo. A FOD tampoco lo conocía personalmente, y a Sonia sí la seguía. Me pasó algo curioso, porque estuve hablando con una mujer sin saber que era Sonia Navarro, llevaba un peinado diferente y no la había reconocido con el moño.
Sin compromisos
-¿Qué es una suerte?
-Poder tener la suerte de dedicar el tiempo a esto. Poder cortar con tu vida y dedicarte solo a esto. Aquí, salvo hacerte de comer, todo lo demás lo tienes hecho. No te tienes que preocupar de la intendencia ni surgen compromisos como ocurre donde trabajas habitualmente. La ansiedad que surge aquí es la de hacer el proyecto en un plazo, eso es lo que marca el ritmo.
-Con qué edad le pilla esto.
-Con 59, estoy ya rozando los 60. Y eso, que no hubiera límite de edad, es algo que me gustó de estas becas. Es la primera vez que las pedía. Hace dos promociones estuvo el mazarronero Juan Pedro Navarro Martínez, doctor en Historia Social por la Universidad de Murcia (Premio extraordinario 2023), y autor de 'Destruyendo Sodoma. La represión social y judicial del pecado nefando en Castilla a finales del Antiguo Régimen' (Plural), al que sigo por Instagram, y el año pasado estuvo Lidia García, investigadora predoctoral en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Murcia y autora de 'Tarantela sevillana: Lola Flores, Carmen Sevilla y Sara Montiel: estrellas españolas en Italia' (Somos B). Es el libro que me estoy leyendo ahora.
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